Análisis: Disaster Report 4 —la nueva entrega del clásico de culto sorprende por su valor humano

Sobrevivir a condiciones extremas y la dureza de la naturaleza contra la sociedad son el objetivo de Disaster Report 4: Summer Memories. Diferentes crisis y elementos en contra por sortear para salir vivo del desastre esperan en un videojuego donde las decisiones también serán importantes.

Calificación:


Desarrollador: Granzella
Distribuidora: 
Granzella (JP), NIS America (Resto del mundo)
Lanzamiento: 07 de abril de 2020
Plataforma: PC, PS4, Switch


Análisis basado en una copia digital para PS4 facilitada por NIS America 

Disaster Report 4 se siente como un videojuego de otro tiempo. De hecho, literalmente lo es y ahora les voy a explicar por qué. Pero hablando en sentidos más figurados, el juego nos remonta a aquellos tiempos en los que solíamos fascinarnos con juegos que estaban bastante rotos a nivel técnico, pero que ofrecían algo único en diseño y visión. Los años 2000s fueron la década por excelencia de los videojuegos de culto, especialmente si hablamos de proyectos japoneses.  Shadow Hearts, God Hand, Kuon, Ikaruga y títulos más recientes como Deadly Premonition y Nier son buenos ejemplos. Y hay que sumar, obviamente, a Disaster Report. 

La primera entrega de la saga (en japonés llamada Zettai Zetsumei Toshi, literalmente ‘La ciudad desesperada’) llegó en 2002 a PlayStation 2, con un lanzamiento en occidente en 2003 para la misma consola. Este título sentaría las bases de la serie, que pone a sus protagonistas a evadir escombros y edificios a punto de derrumbarse mientras escapan de un desastre natural. 


En Disaster Report, el primer juego, sobrevivimos a un terremoto; en Raw Danger, la secuela lanzada en 2006, nos amenaza una inundación. En la tercera parte, Disaster Report 3, que nunca llegó a occidente y se estrenó solo en Japón para PSP en 2009, también enfrentamos un terremoto. Los juegos nos dan un panorama de cómo vive el país nipón las catástrofes que lo golpearon históricamente. Es una saga de supervivencia, aunque el foco está puesto más en la historia que en obligarnos a idear una estrategia para sobrevivir. 

Disaster Report 4 inicialmente iba a lanzarse en 2011 para PlayStation 3, pero terminó siendo cancelado a causa del tsunami que sufrió la región de Tōhoku ese mismo año. Obviamente, con una fecha de estreno tan cercana a la tragedia que se cobró más de 15 000 muertes, nadie estaba de humor para jugar una nueva entrega. Excepto los fans, que no descansaron hasta que Granzella retomó el desarrollo, estrenando el juego finalmente en 2018 en Japón. 

Dos años más tarde llega a occidente en el momento justo, a falta de una mejor palabra, en medio de una pandemia global. Tras un desarrollo precipitado, estamos antes un juego que se ve y se juega como si fuese de la generación pasada. Esto es lamentable, pero no lo suficiente como para detener a los fans. Si la pasaste bien en sus momentos con las entregas anteriores, Disaster Report 4 tiene una gran experiencia para ofrecerte, aunque hay que jugarla sabiendo de antemano con qué nos vamos a encontrar.


Les cuento, entonces, que en los primeros tramos de la aventura vamos a descubrir cómo terminamos inmersos en el epicentro de un terremoto. Elegimos si jugamos como mujer o varón, personalizamos un poco su aspecto y el juego ya nos arroja la primera elección durante los primeros minutos de partida. 

Disaster Report 4 es un juego narrativo en el que tendremos que lidiar con las calamidades del desastre. Los jugadores vamos a decidir qué actitud tomar frente a las distintas situaciones que se nos planteen, algunas muy delicadas, otras más triviales. La historia nos llevará a encontrarnos con distintos personajes, llegándonos a mostrar hasta el lado más bajo del ser humano y como, durante un desastre, la gente se puede volver muy vil y egoísta. 

Esto último es el plato fuerte de la aventura. Primero porque hay un medidor de moral que evaluará nuestras acciones de acuerdo a cuán egoísta o solidario somos. Y segundo porque en todo momento tomaremos decisiones durante los diálogos que formarán la personalidad de nuestro protagonista. Estas decisiones modifican nuestras relaciones con los personajes y, en última instancia, el final del juego. No tienen un peso especial en el curso de la aventura, pero no dejan de ser relevantes porque vemos distintos ángulos del desastre y reacciones en las personas de acuerdo a cómo actuamos

¿Queremos aprovecharnos de la gente y venderles una botella de agua a 100 dólares porque la tienda del barrio quedó sepultada en escombros? Podemos hacerlo. Si nos encontramos a un anciano atrapado en un edificio inundado que nos pide ayuda, ¿nos sale del alma socorrerlo o somos unos mercenarios sádicos y le cobramos el favor? 


Al darnos la opción de tener actitudes negativas, aprovechándonos de los demás, o burlándonos incluso, Disaster Report 4 destapa la faceta cruel que adopta mucha gente ante estas situaciones. No es un juego perfecto en cómo aborda los temas tan delicados que toca, pero sí llega a tener buenas dosis de drama. Cada uno elige cómo jugar, pero si decidimos ponernos en el lugar de los demás, vamos a encontrar que el juego es sorprendentemente humano, incluso cuando a veces echamos de menos un cierre mejor para las historias de los personajes que encontramos.

En cuanto al gameplay, me sorprendió sentirme confundida durante las primeras horas, tal vez porque estoy acostumbrada a los juegos modernos que nos bombardean con tutoriales para saber qué hacer y donde ir. Disaster Report 4 no nos lleva tan de la mano. Nos permite explorar una ciudad entera a nuestro ritmo, aunque no en mundo abierto sino con pantallas de carga de por medio. Vamos desbloqueando secciones de la ciudad y cada vez que llegamos a una nueva, el juego nos propone tomarnos el tiempo para entender qué está pasando y explorar el área. Se puede hablar con cada persona que encontramos, aunque solo unas pocas son cruciales para la trama.

Durante nuestro viaje recorremos tanto escenarios que son una recreación fiel de Tokyo como los barrios más humildes, sin rascacielos y con casas de corte más tradicional japonés. El juego intentará proponernos mecánicas de supervivencia. Digo “intentar” porque en realidad no propone un desafío a la altura de la catástrofe. En teoría tenemos que cuidar nuestra hambre y sed, que en la práctica no bajan nunca y, si bajan, no tienen una repercusión importante en nuestro medidor de salud. Lo mismo pasa con nuestras ganas de ir al baño, que hay que monitorearlas, pero no tienen un peso real en el personaje. 


El único medidor que tiene que importarnos es el que marca el estrés. Mientras recorremos la ciudad vamos a sentir temblores, la técnica para salir ilesos es agacharnos y ver dónde está ocurriendo el derrumbe o temblor, para intentar escapar de esa zona. Podemos morir aplastados o perder mucha vitalidad si no avanzamos con precaución ante un temblor. Nuestro estrés sube en estas situaciones y si nos descuidamos, llegará al nivel máximo y empezaremos a perder salud.

Disaster Report 4 no es un juego difícil, aunque vamos a morir algunas veces cuando algún evento desastroso nos tome por sorpresa. Es un juego generoso con la cantidad de puntos de guardado que nos ofrece, además de tener autoguardado. Si llegamos a morir, no vamos a perder progreso prácticamente. En este aspecto no se siente como un juego de supervivencia, auque no deja de ser divertido porque los desafíos son variados, desde rescatar personas en edificios derruidos y secuencias de sigilo hasta puzles del tipo encontrar la llave o un objeto clave para avanzar. 

Para finalizar, tenemos que hablar del apartado técnico, el verdadero punto flojo de Disaster Report 4. Es cierto que tiene decisiones de diseño cuestionables, como el haber metido con calzador las mecánicas de supervivencia que no suman ni restan, pero esto no llega a arruinar la experiencia. Ya les había mencionado que el juego se ve como si fuese de PlayStation 3, ahora les cuento que tiene problemas técnicos extra, con tiempos de carga más largos de lo que esperásemos y controles que se sienten toscos, incluso sin ser un juego de acción. Sorprendentemente el framerate está muy bien, al menos jugando en PlayStation 4 Pro.


El título es anticuado en la dirección de arte y en los detalles también. Los escenarios externos tienen su encanto, pero todos los interiores tienen poquísimo trabajo, en iluminación, texturas y colores. El diseño sonoro también deja mucho que desear en lo que respecta a efectos ambientales.

Es imposible explicar por qué una obra se gana el título de “de culto”, pero, sea por la razón que sea, Disaster Report lo es. Hace más de una década que tiene una base de fans dedicada, especialmente en Japón y entre los amantes de la cultura nipona. Siendo un juego tan particular, es difícil recomendarlo a quienes no conocen la saga, aunque como suma un modo VR en PC y PlayStation 4 que nos permite jugar todos los escenarios, quizás sea una buena adhesión a la biblioteca de los amantes de la Realidad Virtual que busquen un juego distinto.


Palabras Finales:
A pesar de todo lo rústico que puede ser, el juego es entretenido. Y la historia, aunque tarda en arrancar, una vez que lo hace es difícil de soltar. Como decía más arriba, Disaster Report 4 es un juego que llegó porque los fans lo pidieron. Hay un público al que puede gustarle, de hecho, a mí me encantó. Quienes puedan apreciar la propuesta sin que le pesen mucho las falencias técnicas, van a encontrar un juego original muy humano, con una denuncia social que muestra todas las aristas de los desastres naturales, que sacan lo mejor y lo peor de las personas.

Lo bueno:
- La historia atrapa, especialmente por la variedad de personajes, cada uno con sus problemas personales y sus crisis frente al desastre natural
- Las decisiones que tomamos nos ponen en una posición moral delicada
- Plantea un drama humana con el que se puede empatizar
- Se siente original en cuanto a gameplay
- La implementación de la realidad virtual

Lo malo:
- Está atrasado a nivel audiovisual en todo aspecto
- Los elementos de supervivencia no cuajan en la propuesta

Nota Final:

7.5
Bueno
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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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