Análisis: Obey Me — un hack and slash infernal hecho en Argentina

En Obey Me, el Cielo y el Infierno se enfrentan en un conflicto eterno en el que las almas humanas están en juego. Un hack and slash infernal y cooperativo.

Calificación:

ANÁLISIS | Obey Me es un decente brawler con algunas diabluras de ...

Desarrollador: Error 404 Game Studios
Distribuidora: Blowfish Studios
Lanzamiento: 21 de abril 2020
Plataforma: PC, PS4, Xbox One


Análisis basado en una copia digital para PC facilitada por Error 404 Game Studios

Vivimos en una época en que los videojuegos indie han ganado un importante terreno de cara a las grandes producciones. Cada vez son más los usuarios que se vuelcan hacia este tipo de producciones, ya sea por lo económicas que resultan ser, como así también por el amor que las desarrolladoras ponen en ellas. Tal es el caso del estudio argentino Error 404 Game Studio, que tras un largo tiempo de desarrollo, diversos cambios de enfoque y mucho esfuerzo, ha logrado lanzar su primer videojuego, Obey Me.

Estamos frente a un juego que no pretende descubrir la pólvora y que toma como punto de referencia varios juegos AAA. Obey Me es un brawler en 3D con una cámara con vista cenital, similar a la que emplean juegos como Darksiders Génesis o Diablo, y que presenta ciertos elementos y mecánicas que inmediatamente remiten a Devil May Cry. Sin embargo, no por ello la creación del estudio radicado en Buenos Aires deja de tener personalidad propia, presentando un apartado técnico muy bien trabajado, una jugabilidad basada en un elaborado sistema de combate y un dúo protagónico realmente genial.


Obey Me presenta una historia interesante, aunque bastante sencilla, la cual se narra a través de 12 capítulos. El juego nos lleva a una época donde el cielo y el infierno se enfrentan en un conflicto en el que el planeta Tierra y todos sus habitantes están en juego. En medio de esta confrontación, donde la corrupción avanza inexorablemente consumiendo las almas humanas, y convirtiendo a sus cuerpos mortales en demonios y horribles criaturas, tomaremos el control de una singular pareja con mucha química: por un lado, Vanessa Held, una cazadora de almas que trabaja siguiendo las órdenes del demonio Ammon; por el otro, Monty, un irreverente y locuaz sabueso infernal que acompaña a Vanessa (A quien el cariñosamente llama “V”) allí donde va. Lo primero que llamó mi atención es, como mencionara anteriormente, la química que hay entre estos dos personajes y los constantes diálogos que estos mantienen durante gran parte del juego. En este aspecto se nota un gran trabajo por parte de Error 404, en hacer que esa relación se sienta muy orgánica y fluida.

Un detalle que me resultó bastante interesante es que esta relación entre V y Monty se ve reflejada en el gameplay. Obey Me se desarrolla en escenarios relativamente lineales, donde el objetivo será ir del punto A al punto B repartiendo golpes a todo lo que se mueva en pantalla, esquivando trampas y, -eventualmente- “pirateando” a puñetazos algún que otro ordenador que nos permita abrir determinadas puertas que impiden el avance. En primera instancia, el título nos pone al mando de Vanessa, aunque si lo deseamos, podemos compartir la experiencia de juego con un segundo jugador que tomará el control de Monty. De cualquier modo, sea cual sea el modo en que decidamos jugar, la experiencia se mantendrá intacta debido a que la IA de Monty resulta ser bastante competente, haciendo que la compañía del can nunca se sienta como un lastre… y he de confesar que más de una vez me sacó las papas del fuego.


Como comentaba párrafos más arriba, la jugabilidad gira en torno al sistema de combate. En un principio Vanessa solo cuenta con una daga, un dash para esquivar y un par de combinaciones de ataque. Sin embargo, a medida que la aventura progrese y comencemos a reventar enemigos, ganaremos fragmentos de alma que podremos invertir en un árbol de habilidades para desbloquear nuevos poderes. Avanzar en la historia también nos dará acceso una poderosa habilidad que nos permite fusionarnos con el can que nos acompaña y a diferentes armas, como un pesado martillo o un par de guanteletes con púas, entre otras, las cuales cuentan con sus propios árboles de mejoras.

Pero eso no es todo, porque Monty también tiene su propio conjunto de habilidades a desarrollar. Este simpático perrito no solo puede dar mordiscos, sino que también puede transformarse obteniendo en el proceso diversos ataques elementales, los cuales resultan ser muy útiles, en especial cuando tenemos que hacer frente a una decena de enemigos a la vez.

Error 404 puso un especial énfasis en el sistema de combate y no es broma cuando digo que recuerda a Devil May Cry. Salvando las grandes distancias, se nota que hay una fuerte inspiración en el videojuego de Capcom –o al menos es la sensación que me dejó- puesto que la clave para superar cada contienda consistirá en movernos de forma constante y realizar combos. A ver, debo confesar que si bien siempre hubo un momento en el que incurrí en la vieja y –ocasionalmente- efectiva técnica machacar el botón de ataque como un poseso, generalmente fue el hecho de realizar combinaciones golpes lo que me permitió progresar. Los controles se sienten responsivos, ágiles y bastante pulidos, al punto que Vanessa puede encadenar ataques cambiando de armas en mitad de una secuencia, de forma casi similar a la de Dante. Ojo, esto no quiere decir que el control sea perfecto, porque recuerdo haber tenido algún ligero inconveniente para realizar determinados ataques, pero nada realmente importante.

Para poner a prueba toda la variedad de armas y combinaciones de ataque, Obey Me nos pondrá a prueba con un amplio repertorio de enemigos. Las criaturas a las que tendremos que hacer frente se dividen en tres grupos: Corruptos, demonios y ángeles. Cada “facción” cuenta con sus características propias y si bien hay ciertos enemigos que presentan un aspecto relativamente similar, sus ataques y efectos están bien diferenciados. En ocasiones nos enfrentaremos a un único tipo de criaturas, pero sobre los capítulos finales comenzarán a aparecer mezclados, elevando notoriamente el desafío. Como es costumbre en el género, también habrá batallas contra jefes de nivel. De más está decir que estos combates son los más duros del juego, aunque también los más divertidos, debido a que cada jefe tiene su mecánica propia para ser derrotado. Ese detalle me pareció un punto a favor realmente muy bueno, puesto que hizo que cada combate se sintiera único y diferente.


Otro de los elementos que inmediatamente se puede relacionar con el hack’n slash de Capcom son las puntuaciones de combate. Luego de “liarnos a ostias” con cada jefe de nivel o grupo de enemigos seremos puntuados en base a nuestro desempeño, el cual estará determinado por tres parámetros: Eficiencia, tiempo y daño. Las puntuaciones van desde D a SS y se irán sumando, para al final de cada nivel promediar y darnos un veredicto final indicando que tan bien o que tan mal lo hicimos. Si bien a primera vista podría parecer que esto es un simple agregado “cosmético”, es mucho más que ello puesto que no solo mide nuestro progreso y mejora como jugadores, sino que también es una invitación a intentar obtener la mejor puntuación en cada capítulo.

Hay algo que no he mencionado y que me gustó mucho, es que el juego tiene un lore bien trabajado. El diario de Vanessa recopila información acerca de cada personaje importante que conocemos, facilitándonos datos de interés para que comprendamos quienes son, de donde vienen y hacia dónde van. Si dedicamos parte de tiempo de juego a leer cada entrada, descubriremos también el origen de cada personaje y enemigo, como así también de nuestras armas. Además, hay una parte del lore que tendremos que desbloquearlo consiguiendo los diarios del Sr. Crowley (objetos coleccionables ocultos en los mapas) que revelarán detalles muy interesantes y enriquecedores.

Realmente quedé muy satisfecho con la experiencia de juego que me brindó Obey Me, aunque si hay algunos detalles que, si bien no son graves, no quisiera dejar de mencionar. Por todo lo mencionado hasta este punto, estimo que intuirán que estamos ante un videojuego sólido, divertido y hecho con mucho amor, pero que tiene sus pegas. En primer lugar, la historia tarda en despegar y si bien está aderezada por todo el lore que rodea al juego, no llega a enganchar como esperaba que lo hiciera ¡Ojo, no está mal! Que se entienda que esta crítica es muy a nivel personal, pero me quedé con la sensación de que todo fue una mera excusa para repartir patadas y navajazos.


En segundo lugar, hay un tema con el balance y utilidad de las armas. Se agradece que haya variedad, por supuesto que sí. Sin embargo, pasé más del 90% del juego usando tan solo un arma y ya. El resto solo las probé para ver cómo funcionaban y su existencia se redujo a algo meramente anecdótico. La daga de Vanessa es demasiado versátil con respecto a las demás piezas de equipo, puesto que no solo es el arma con mayor velocidad de ataque, sino también es la única que se puede arrojar permitiendo el ataque a distancia y es la que más variantes de ataque permite realizar.

El tercer y último punto criticable, al menos a mí entender, está justamente en el core del gameplay: El combate. Si bien es el aspecto mejor trabajado de la producción, hay algunos detalles que podrían haber estado mejor pulidos. En ocasiones el hitbox no parece funcionar del todo bien y no se llega a comprender cuál es el área de efecto o alcance de algunos ataques. También está el hecho que al estar realizando ciertos combos, las animaciones no pueden ser canceladas por el dash, quedando en reiteradas ocasiones expuestos ante los ataques enemigos. Finalmente, problema con el mencionado movimiento de esquiva, el cual se siente un poco lento y corto. Daría la sensación de que en ese momento Vanessa no responde con la velocidad que uno espera y requiere de algo de tiempo acostumbrarse a usarlo debido a ello.

Respecto al apartado técnico, Obey Me presenta escenarios bien diseñados y coloridos, aunque algo carentes de detalle. El arte del juego está bien trabajado, con ilustraciones ligeramente animadas que ayudan a narrar los eventos de la historia. Donde sí se nota mucho más esmero es en el diseño del dúo protagonista, los cuales están muy bien conseguidos, como el de los enemigos que no solo es detallado, sino también variado. Mención aparte para las transformaciones de Monty, que no solo impactan en como se ve el can, sino que también modifican el aspecto de Vanessa al momento de fusionarse. No obstante, donde el juego me terminó de conquistar fue en lo sonoro. La música que acompaña la acción es muy buena y en más de una ocasión me recordó a las melodías que supe escuchar en DOOM ¡Y ni hablar de la rola que suena en el menú principal! Realmente genial.


Palabras Finales:
Años de trabajo y esfuerzo han rendido sus frutos. Es verdad que Error 404 no ha concebido un videojuego revolucionario y que quizá lleve a muchos a preguntarse “¿Por qué debería jugarlo?” y la respuesta es muy simple, puesto que Obey Me cumple con uno de los principios fundamentales de los videojuegos: Divertir. La aventura de Vanessa y Monty fue concebida con mucho amor, es muy entretenida en términos jugables, y si bien su historia no llega a ser memorable, sus protagonistas, su relación y los diálogos que estos mantienen son muy buenos, haciendo que las 7 u 8 horas que pueda tomar el completarlo sean realmente agradables. Todo esto sin contar su sistema de combate, la posibilidad de jugar con un amigo y su muy accesible precio de salida.

Lo bueno:
- La relación entre Vanessa y Monty.
- Sistema de combate bien trabajado y con un buen nivel de profundidad.
- El apartado sonoro es muy bueno.
- Buena variedad de habilidades y enemigos.

Lo malo:
- La historia tarda en despegar haciendo difícil engancharse.
- Las armas no están muy bien balanceadas.
- Algunos problemas con el hitbox.
- El dash se siente un poco lento.

Nota Final:

7.5
Bueno
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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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