Con un presupuesto de 4 millones de dólares (y monedas), Get Out recaudó 247 millones a nivel mundial, con la crítica rendida a sus pies, recibiendo un 99% de aprobación de acuerdo verifica Rotten Tomatoes. Como tal, las expectativas en torno al film se fueron acumulando de manera cuasi eufórica, con muchos fanáticos del terror hasta cautivados con lo que ya significa un absoluto retorno del género a las pantallas del cine, dada la creciente demanda.
Hilando fino, nos encontramos que la
película está producida por Universal (que lanzó hace no mucho el para nada terrorífico reboot de The Mummy) y
Bloomhouse Productions, justamente productora que tiene bajo su haber gran
parte de esta moderna reencarnación del género: Insidious, Paranormal
Activity, The Purge e incluso la
reciente Split, quienes muchos
enmarcan, y no carentes de raciocinio, como a su vez el retorno de M. Night
Shyamalan.
¿Por qué me tomo unos renglones para
esclarecer estos datos? Porque si vamos a la ficha del film leeremos que
pertenece al género “Horror”, cuando el corte que todos vimos tiene tanto de
eso como de otros géneros. En cierta forma, sucede algo no muy distinto a lo
que sucedió con Split: una película
publicitada como de terror que termina causando más risa que miedo. ¿Es eso
algo malo o bueno? Malo no es, exactamente, porque las risas no suceden de
manera impertinente como sí ocurría en otro éxito reciente, Lights Out (de otras productoras). Al
igual que en Split, estamos ante un
film que mezcla una suerte de terror hasta psicológico con cuotas de comedia.
Es un manejo del tono que parece estar empezando a marcar tendencia, y quizá
sea porque, en efecto, genera ganancias.
Enfocándonos de lleno en el film que
nos reúne acá: Jordan Peele, un reconocido comediante, la escribió y luego
dirigió (lo cual provee de cierta lógica a las intervenciones cómicas de la
película). La trama: tenemos a una figura protagonista en Chris Washington
(interpretado de forma prácticamente inmaculada por Daniel Kaluuya) cuyo
conflicto nace a partir de conocer y caerle simpático a los padres de su novia.
Ya desde el vamos la película nos presenta su temática: el racismo, y la
premisa a la que llega es en parte una crítica social satírica y en parte algo
íntegramente digno de un film de terror. El gran problema de la película recae
en que ya al final del primer acto uno ata cabos y resuelve la trama antes que
el mismo protagonista y esta cuestión, del espectador adelantándose al
argumento del film, pincha la tensión, la intriga. De modo que la siguiente hora
el elemento de lo siniestro deviene tanto en un film de suspenso como en un
thriller, debido a que escena a escena se hacen más obvias las intenciones de
los antagónicos. Y al final, ¿cuál es el pay
off, el punchline? En rigor, el
director recurre a un “momento Matrix”,
entendiendo a este como una escena en donde el argumento se pone en pausa para
explicar el funcionamiento de la historia; siguiendo a esto unos últimos
minutos de un gore suavecito (a pesar de ser clasificación R).
Entretejido con el suspenso está el
elemento de lo gracioso, labor que recae principalmente en un secundario que
actuará como aliado del protagonista a lo largo de la cinta. Esta comedia funciona
pero desentona en un film que, para empezar, nunca termina de causa esa
aversión que entendemos como horror, género al cual dice pertenecer. En rigor,
el único momento terrorífico del film es el inicio: un teaser de no más de dos
minutos filmado en plano secuencia (la labor fotográfica del film es
sobresaliente, por cierto) donde se nos termina prometiendo un encontronazo al
que nunca retornamos; no del todo, al menos. Tras esta escena, el largo pasa a
una secuencia de títulos cuya música ya sugiere un tono extraño en comparación
a lo que acabamos de ver, y desde entonces nada vuelve a ser lo mismo.
Entonces, ¿qué sensaciones me llevo
de Get Out? Es una película divertida, sí, eso seguro. Pero no puedo evitar
conjeturar que la crítica la alabó por el aspecto social del film (el ya
mencionado racismo). Justamente desde esa perspectiva tiene su garbo, pero no
es suficiente. Como ópera prima, Jordan Peele sin dudas ejerció una labor
direccional muy admirable, pero a nivel guión le faltó, le faltó, le faltó,
cumpliendo con lo justo y necesario, sobrándole nada en lo absoluto. Véanla si
gustan, pero bajo la advertencia de lo que se encontrarán.
Explicación de sistema de calificación: la empatía representa no sólo cuán bien nos caen los protagonistas sino que también cuánto nos identificamos con ellos. La intriga es el nivel de atención generado por el conflicto del film mientras que la satisfacción es cuán contentado nos deja la resolución de dicho conflicto.

Escritor en ratos libres. Gamer por la noche. Cineasta en el futuro.
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