Análisis: The Final Station — supervivencia sobre rieles

The Final Station es una aventura con toques de “Survival Horror” que nos pone en la piel de un maquinista anónimo que tendrá que recorrer a bordo de su tren una veintena de estaciones.
Calificación:


Desarrollador:  Do My Best Games
Distribuidora:  TinyBuild Games
Lanzamiento:  30 de agosto de 2016
Plataforma: PC

Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por TinyBuild Games

Últimamente cuando veo un nuevo juego que se identifica con las palabras “Apocalipsis y Zombie” lo único que me sale hacer es huir de él. No es por nada, pero hay tantos juegos que toman esta temática que el mercado se encuentra saturado… al igual que mi paciencia, que clama por ver algo original o al menos innovador respecto a la cuestión. Pareciera que los zombies –oh ironía- se han convertido realmente en una plaga, pero en el mundo de los videojuegos.

Ojo, no con esto quiero decir que todo juego que llegue al mercado y que aborde el tema sea malo. Hay de todo un poco, algunos malos, otros buenos y otros… que no sé cómo definirlos. Solo me queda pensar “si estos juegos salen, es por que hay gente que los consume” ¿no? ¡¿No?!

Enfrascado en estos pensamientos estaba cuando sonó mi celular. Era un mensaje de nuestra redactora en jefe (La Master Chief-a) quien me asignaba la tarea de revisar un peculiar juego, que se trataba -ni más ni menos- de un Apo-Zombie: The Final Station (TFS para los amigos). “Bueno” pensé, “serán cosas del Karma. A ver de que va este…”
Las ciudades ya no son lo que eran, la presencia militar es cada vez mas fuerte y los abusos de poder se manifiestan.
Inmediatamente me dispuse a instalarlo, sin tener idea de que me iba a encontrar. Bah, suponía lo obvio: sobrevivir en un mundo apocalíptico plagado de zombies, fin del cuento… ¡Ah!, ¡pero qué equivocado estaba, y qué grata sorpresa me llevé! Si bien mi suposición estaba relativamente acertada, el juego tenía un no se qué que me atrapó en sus redes y no me largó hasta que hubo terminado.

¿Y esto a qué se debió? Generalmente, este tipo de cosas se da cuando hay un estudio Indie de por medio, y este caso no es la excepción. The Final Station es el desarrollo del estudio Ruso Do My Best, que nos ofrece un juego con una propuesta interesante y en ciertos aspectos innovadora. No será una bocanada de aire fresco al género, pero si se siente como una agradable brisa veraniega.


“106 años desde la primer visita”, es la frase con la que TFS nos da la bienvenida a su historia… Pero, ¿A que se refiere con eso de “primer visita”? La amenaza Zombie está vez no es producto de un virus que infectó el mundo, sino que viene de mucho más lejos… del espacio. Unas cápsulas que golpean la superficie terrestre despiden un extraño gas que comienza a contaminar a la población transformándolos –literalmente- en sombras de lo que alguna vez fueron. Y si se preguntan ¿Quienes son los visitantes? ¿Por qué vuelven? ¿Qué quieren de la humanidad? Eso queridos amigos, los invito a que lo descubran por su cuenta.

Este juego de aventura con toques de “Survival Horror”, nos pone en la piel de un maquinista anónimo, que tendrá que recorrer a bordo de su tren una veintena de estaciones. No se nos explica demasiado acerca del argumento, pero gracias a conversaciones que vamos teniendo con una gran cantidad de personajes nos vamos poniendo al corriente.
Los escenarios tienen un diseño excelente y gran cantidad de detalles.
Hay que destacar que la trama del juego nos mantiene preguntándonos el "por qué" de muchas cosas, ya que a veces no se entiende todo a las claras, dando al jugador gran libertad de interpretar los acontecimientos como mejor le cuadre. En mi caso, pase gran parte de la aventura sin saber bien qué pasaba, sin embargo eso no hizo que quisiera dejar de jugar, sino todo lo contrario: indagué para encontrar respuestas a todas mis incógnitas.

Respecto a la parte jugable, el juego se divide en dos fases: por un lado tenemos la exploración de los escenarios, y por otro las secuencias a bordo de nuestro tren. Ambas partes transcurren en entornos totalmente bidimensionales pero con características que las diferencian perfectamente una de otra.

Durante la exploración, muy entretenida por cierto, recorreremos una amplia variedad de locaciones: poblados abandonados, instalaciones militares, complejos científicos, extraños lugares que no aparecen en ningún mapa e inclusive grandes ciudades habitadas, custodiadas por una fuerte presencia militar y/o policial. En cada lugar tendremos dos objetivos bien claros: conseguir suministros vitales (municiones, alimentos, medicamentos) y un código que nos permitirá llegar a la siguiente estación… ah, sí, y en el proceso rescatar a algún sobreviviente.
Infectados, un peligro constante en esta aventura.
¡Wou, wou, wou! ¡Stop! ¿Un código? Sí, sí, eso mismo. Porque... ¿qué objeto tendría bajarse a explorar cualquier lugar –teniendo en cuenta que la mayoría está lleno de peligros- si tenemos un tren que nos puede llevar de un punto a otro? Y es que el juego de algún modo nos tiene que incentivar a hacerlo. Al parecer, por regulaciones de “vaya uno a saber quién” cada vez que un tren llega a una estación, tiene la obligación de detenerse y no podrá emprender viaje nuevamente hasta que el maquinista ingrese un código de desbloqueo, que generalmente esta en poder de los jefes de estación (gente que tiene el poder especial de morirse lo mas lejos posible). Así que si queremos continuar viaje, tendremos que hacernos con el bendito código.

Hablando de exploración, los escenarios poseen un muy buen diseño, con muchos secretos por descubrir y lugares que investigar. En ocasiones, para avanzar, tendremos que buscar llaves para abrir algunas puertas, o resolver algún que otro pequeño puzzle. Pero no sólo eso, sino también hacer frente a las criaturas que acechan en la oscuridad, ¡Ahí es donde se siente esa cosita de “Survival”! Debiendo racionar las municiones y botiquines que tanto escasean… a eso, y a la inevitable sensación de soledad.
En nuestro viaje podremos recolectar dinero que servirá para comprar mejoras para nuestro arsenal.
¿Soledad? Así es. La exploración la haremos solos en todo momento. Seremos nosotros y una confiable arma, los que deberemos arriesgar nuestra vida para rescatar a completos extraños de una casi segura muerte, mientras nos preguntamos porque rayos la suerte se ensaña con nosotros y no con otro maquinista.

Que se entienda: no es un juego donde se nos presentan criaturas horrorosas que harán que peguemos saltos de la silla. Sin embargo TFS se las arregla muy bien para ponernos en situaciones de tensión, cuando debemos hacer frente a un gran grupo de zombies y tenemos las balas contadas. Lo vital será disparar a la cabeza para ahorrar munición o, si es posible, evitar el peligro. De cualquier forma nuestro protagonista puede arreglárselas perfectamente a puño limpio o hacer uso de algunos objetos del escenario para eliminar a los amenazantes seres.
En las ciudades podremos visitar a algunos comerciantes e inclusive comprar el periódico para mantenernos informados.
La otra fase del juego se desarrolla a bordo de nuestro experimental tren. Esto sirve de transición entre escenarios en donde podremos conversar con las personas que hayamos rescatado, usar una especie de servicio de mensajería para hablar con otros maquinistas y un módulo para craftear municiones y botiquines.

Desde ya que no todo es tan simple debido a que, por si no lo notaron, dije “experimental” tren. El “Belus 07” (así es como se llama la máquina) dispone de varias partes que necesitan constante supervisión. Esto se desarrolla en forma de mini juegos, pero que son muy básicos, y detenerme a explicar cada uno de ellos no tiene sentido alguno.
Pese a no ser un Survival Horror hecho y derecho, The Final Station se las arregla muy bien para generar momentos de tensión.
Los pasajeros también tendrán sus demandas: Lo usual… comida, atención médica o ambas cosas. Esto puede suponer algo de dificultad (sumado a una gran frustración) cuando por algún motivo nos quedamos sin suministros, ya que la idea es finalizar cada acto con la mayor cantidad de personas vivas… para sentirnos como héroes y por supuesto, obtener mejores recompensas.

En fin, todo muy lindo, pero así como las rosas tienen sus espinas, y más allá de que disfrute mucho del juego durante las cuatro horas que me tomó finalizarlo, no puedo dejar de resaltar ciertos aspectos negativos en el desarrollo de Do My Best.
Los pasajeros nos darán sus impresiones de lo que creen que esta aconteciendo en el mundo.

En primera instancia, por momentos me resultó repetitivo. Me refiero a que en cada lugar que visitamos la misión siempre es la misma: Investigar, conseguir el código, viajar a la próxima estación. Dicho así suena feo, y no lo es tanto, ya que como bien resalté la exploración es muy entretenida, pero una cosa no quita la otra. Bonito sí, repetitivo también.
Los viajes en tren tampoco están muy aprovechados, es lo que más me extrañó dado que el titulo gira en torno a esto, y que lo diferencia un poco de los juegos del mismo estilo. Tenemos esas cosas que supervisar, sí, pero es tan simple que se torna algo molesto, porque ni siquiera suma al nivel de dificultad. No hace falta explicación alguna acerca de qué hacer, de tan intuitivo y sencillo que es. No pretendo un simulador de trenes, pero si quizá tuviéramos la posibilidad de elegir a que estación ir, o de introducir algún tipo de mejoras a la locomotora, la historia seria otra.

Por último, algo que llamó poderosamente mi atención, es como de un momento para otro el juego finaliza. Cuando comenzamos a comprender algunas cosas y todo comienza a ser más interesante, se termina. Es raro que sea así, debido a que hay unas cinco o seis estaciones que nos quedan sin visitar ¿Qué cómo se esto? Bueno, porque en el tren disponemos de un mapa que nos marca el recorrido y luego de chequear los lugares que visitamos, note que hay varios puntos del mapa que quedan sin tocar. No sé si es que no había dinero para más o quizás las ideas se terminaron… pero da la sensación que el juego no se encontraría del todo terminado, aunque lo está.
Postales de un mundo devastado, sumergido en el caos y la guerra.
Para ir finalizando, adentrándonos ya en los aspectos técnicos de TFS, gráficamente, amén de que soy un amante de todo lo que sea pixel art, es correcto, sin sobresalir demasiado. Considero que no necesita más que lo que ofrece. 

Los escenarios tienen buen diseño y son detallados, aunque hay algunas estancias que parecen repetidas. Destacan en este apartado, sin lugar a dudas, los fondos. Me he pasado un buen tiempo admirando los paisajes, que parecían ir mejorando en la medida que más jugaba.

En cuanto al apartado sonoro, no hay demasiadas melodías… de hecho no recuerdo ninguna memorable, y no está mal, ya que el énfasis esta puesto en los sonidos de ambiente consiguiendo de este modo una mejor atmósfera, sombría y solitaria.
¿Que es eso? ¿Un Pájaro? ¿Un Avión?
Palabras Finales:Concluyendo, The Final Station es un juego interesante que nos mantendrá atrapados gracias a su trama y a la necesidad de comprender qué es lo que está sucediendo en este desolado mundo. Por momentos resulta un poco repetitivo, pero no por eso deja de ser divertido el explorar los distintos escenarios a la vez que intentamos sobrevivir. Si ya están cansados de las amenazas zombies convencionales, denle una oportunidad a este título, que si bien no revoluciona el género, los dejará con una linda sensación gracias a su original propuesta.

Lo Bueno:
-Gran diseño de niveles.
-Los paisajes de fondo.

-La sensación de estar solos y aislados en todo momento.
-Explorar los escenarios resulta divertido…

Lo Malo:
-… aunque con el paso de las horas puede resultar repetitivo.
-Las secciones del tren se sienten desaprovechadas.
-La sensación de que tenía más para ofrecer.


Nota Final:

8

Comparte en Google+
ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

0 Gritos :

Publicar un comentario