Análisis: Desperados III — Lo mejor de la táctica en el salvaje y lejano Oeste

Desperados 3 es, en pocas palabras, un juego de estrategia y mucho stealth, funciona de precuela de Desperados (2001) y Desperados 2 (2006) y nos presenta el origen de los diferentes protagonistas de la casa. En este caso, la historia gira en torno a John Cooper y su grupo de forajidos.

Calificación:


Desarrollador: Mimimi Games
Distribuidora: THQ Nordic
Lanzamiento: 16 de junio de 2020
Plataforma: PC, PS4, Xbox One

Análisis basado en una copia digital para Steam facilitada por THQ Nordic.

Desperados 3 es, en pocas palabras, un juego de estrategia y mucho stealth, de esos que cada tanto ven la luz pero que, en general, muy pocos llegan a las grandes ligas. Por su parte, esta tercera parte de la reconocida saga no solo pisa fuerte en las grandes ligas, sino que hace temblar el estadio. Entre tanto monstruo enorme que viene sacudiendo la industria de los videojuegos, Desperados 3 es de esas joyitas que pasan desapercibidas de forma injusta.

No hay que complicarnos mucho con la fórmula: hablamos de RTS, estrategia en tiempo real, donde se nos plantea un escenario, obstáculos y un objetivo a superar. Si hilamos fino, básicamente es el concepto de cualquier puzzle. Por lo tanto, decir que Desperados 3 es como un juego de puzzles no estaría tan errado. Tenemos fichas (personajes), un objetivo a seguir, y varias cosas que se interponen entre nuestro camino y el punto final. Superarlo va a depender de cómo hagamos nuestra jugada, dónde y cómo dispongamos nuestras fichas.


Como decía, el título que tenemos hoy entre manos combina, de forma impecable, las mecánicas tipo stealth y la forma de juego al estilo XCOM, por solo poner un ejemplo. A eso tenemos que sumarle un apartado visual impecable lleno de personajes animados gracias a la captura de movimiento; voces reales con una calidad de altísima definición y muy bien adaptadas a la época y lugar. El juego, desde su concepción creativa, es una genialidad.

El hecho de que tenga 16 niveles puede asustar a muchos, pero la dinámica del juego, la forma en la que plantea la acción y la forma en la que nos hace pensar y generar cada una de las estrategias, nos pueden regalar muchísimas horas. Para aquellos que suelen estar disconformes de pagar un precio elevado por un juego de pocas horas de duración, les puedo decir algo: Desperados 3 les va a hacer sentir que pagaron poco.

Gracias a lo planteado en el párrafo anterior, el juego se termina adaptando tanto a los que recién inician en el género y en la saga, como a los veteranos que gustan de los desafíos extremos. El juego comienza de a poco, presentándonos a los personajes con una breve historia, para luego hacernos pasar algunos objetivos concretos que nos sirven para aprender los diferentes movimientos que tenemos, como si fuese un tutorial. De ahí en más, vamos a estar solos en este cometido. Bueno… solos es una forma de decir.


Como decía, Desperados 3 funciona de precuela de Desperados (2001) y Desperados 2 (2006), donde se nos presenta y se nos hace conocer el origen de los diferentes personajes que componen la saga. La historia gira en torno a John Cooper y su grupo de forajidos, cada uno con sus propias habilidades especiales, que van teniendo mayor presencia a medida que viajan por el oeste americano del siglo XIX. El juego tiene un total de cinco personajes, y todo bien distintos entre sí, obligándonos a saber bien cómo funciona cada uno y, sobre todo, entendiendo cuándo tenemos que usarlos.

El duro John Cooper puede realizar derribos silenciosos acercándose con sigilo a los enemigos, además de desenfundar dos pistolas de doble que puede disparar al mismo tiempo en diferentes direcciones. Mientras tanto, Doc McCoy es un personaje que puede curarnos (por algo estudió lo que estudió, ¿verdad) pero como cualquier doctor que se precie en aquel momento, también puede usar cloroformo para abatir enemigos, una bolsa médica explosiva que puede arrojar y atontar a los curiosos o una pistola de alcance que funciona bien a distancias más largas, como si fuese un sniper. Si les parece poca cosa, hay un personaje de carácter místico que puedo tomar posesión a lo lejos de otras personas o animales. Nada más para decir.


Bueno… nada más para decir en el apartado de personajes, porque el juego da para largo. Los niveles son enormes, y se dividen en etapas, donde los enemigos se concentran en pequeños grupos aislados donde se encuentran haciendo, generalmente, diferentes actividades. Si usamos el sigilo como arma principal, vamos a poder ir resolviendo, tramo a tramo, los distintos objetivos. Si hacemos mucho ruido, los enemigos más cercanos nos van a escuchar y van a acercarse a ver qué pasa, obligándonos a cambiar toda nuestra estrategia si no es que morimos en el intento.

Porque, vale la pena aclarar, si sos de esos jugadores frágiles y poco tolerantes al fracaso, no creo que éste sea tu juego. Desperados 3 basa su curva de aprendizaje en el famoso “prueba y error”. Grabar la partida cada vez que superamos un objetivo nos permite que, de morir más adelante, no tengamos que volver a repetir todo lo que ya hicimos una vez. Aunque, irónicamente, el juego te premia mientras más tiempo pase sin grabar la partida. Incluso nos muestra un cronómetro con dicha información.

La dificultad principal del juego es que los enemigos no nos vean. Cada enemigo tiene un ángulo de visión, que vamos a poder observar todo el tiempo. Cuando hay varios personajes, todos con diferentes ángulos que incluso se entrecruzan, la cosa se vuelve más complicada, ya que todo lo que hagamos tiene que ser sin ser vistos. Para esto tenemos que distraer a los villanos y hacer que miren momentáneamente hacia otro lugar, o incluso hacerles hacer cosas para que se muevan del sitio donde estaban parados. Gracias a que podemos mover la cámara 360 grados alrededor de la acción, vamos a tener una mejor visión de todo lo que hay en la pantalla para poder organizar nuestra jugada.


El juego está diseñado para poder jugarse con teclado y mouse, o con gamepad, pero si eligen esta última opción, creo que hay gran parte de la experiencia que se termina perdiendo. Porque si bien el juego no es por turnos sino que como aclaré en los primeros párrafos, es estrategia en tiempo real (sí, es pausada, podemos tomarnos nuestro tiempo, pero no por eso deja de ser dinámica y en tiempo real) que distribuye las acciones de cada personajes y los movimientos que hacemos con el cursor como si fuese un MOBA clásico. Adaptarnos a esto nos lleva segundos, y rápidamente se convierte en una extensión de nuestro cuerpo.

La inclusión de nuevos personajes bajo éste esquema le da una dinámica increíble al juego, ya que en varios momentos (por no decir siempre) vamos a tener que utilizar a más de uno al unísono para poder avanzar. Podemos “programar” nuestra estrategia, por así decirlo: ponemos la primera acción que queremos que el personaje haga, luego la segunda, y cuando le damos a “ejecutar”, el personaje cumple lo requerido. Esta mecánica la vamos a poder combinar con la de otros personajes, mientras que al mismo tiempo vamos a poder seguir usando a otro libremente. La combinación inmensa que esto propone, es de las mejores cosas que tiene el título y uno de los motivos por el cual se destaca entre tanto.

Porque no solo es la mecánica del juego, sino el diseño de los niveles y el planteo de las estrategias. No hay nada librado al azar, y cada “puzzle” a resolver está pensado milimétricamente para triturarnos el cerebro. La dificultad no es aprender las habilidades de cada personaje, sino aprender a tener todo eso bien claro en nuestra mente para saber cómo utilizarlo y cuando. Es una mezcla de cosas: mecánica, diseño de niveles y curva de dificultad. Todo esto alrededor de una historia sólida, con personajes interesantes y en un contexto histórico que no sé a uds, pero al menos a mí me apasiona.


¿Recuerdan que hace rato dije que podíamos pausar el juego, tomarnos nuestro tiempo? Eso es en los niveles de dificultad bajos, ya que en el nivel de dificultad más alto, no hay pausas, los hechos se suceden a la velocidad de la luz y los personajes enemigos no dejan de moverse continuamente, lo que hace que el juego sea completamente diferente. El mismo juego, la misma genialidad, pero con una premisa muy diferente. Incluso me animaría a decir que es para otro público. La frustración de perder tantas veces, de quedarnos trabados, de no poder avanzar y tener que hacer todo una y otra vez, no es para cualquiera. Nos puede quitar toda la paciencia que tenemos.

Ahí sí que podemos hablar de estrategia en tiempo real tal cual la definición lo describe. Para que se den una idea, el primer nivel, que sería algo así como un tutorial extendido, me llevó alrededor de 30 o 40 minutos superarlo. En la mayor dificultad del juego, hay un logro que solo lo desbloqueamos si superamos el nivel en 5 minutos. Así de intenso se vuelve, porque literalmente no podemos frenar, y nos genera esas ganas de ver en cuánto tiempo vamos superando cada etapa, y las ganas implícitas de rejugarlo para superarnos. Seguramente vayan a aparecer speedruns de Desperado 3.


Palabras Finales:
Esta nueva entrega de la saga Desperados, desarrollado en Unity por Mimimi Games y publicados por THQ Nordic, es una gema oculta que debería tener más exposición de la que tuvo. Es un juego que le puede llegar a gustar incluso a aquellos que no sean muy amigos de los RTS, como era mi caso, hasta que me di cuenta de que en realidad, estaba frente a un juego de puzzles. Uno con gráficos impecables, sonido de tope de gama, una historia atrapante. Un juego sólido, mire por donde se lo mire.

Lo bueno:
- Las mecánicas y cómo se mezclan entre ellas.
- La historia y el contexto histórico.
- Los personajes, sus habilidades y cómo cada una se relaciona con su historia de vida.
- El diseño de los niveles, tanto en la parte visual como en el diseño de su dificultad.
- El diseño del juego en pos a la rejugabilidad.

Lo malo: 
- Creer que tenemos todo controlado, olvidarnos de grabar por la inmersión del juego, perder y tener que hacer todo de nuevo.
Nota Final:

9
Excelente
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ESCRITO POR Lucas Robledo

Game Designer y Producer. Redactor mercenario. Cinefilo conflictivo. Casi músico y muy poco de ilustrador. Gamer de la vieja escuela. Aficionado al terror, a los comics y a la literatura.

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