Desarrollador: Wolf Brew Games
Distribuidora: Digerati Distribution
Distribuidora: Digerati Distribution
Lanzamiento: 4 de agosto de 2016
Plataforma: PC
Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por Digerati.
Hay un famoso dicho que dice: “De los errores se aprende”, y es verdad. Piensen en cuantas veces hicimos mal un simple cálculo matemático que nos costó una mala nota en un examen, en cuantas situaciones decidimos patear al arco en vez de pasarla a nuestro compañero que estaba solo en el área recibiendo una lluvia de insultos por parte de nuestro equipo, y las veces que por apretar mal el botón “B” caímos al abismo jugando a Súper Mario… Todo esto lleva a que aprendamos y mejoremos para que, cuando se repitan este tipo de situaciones, sepamos como obrar en pos de un mejor resultado.
Aunque les parezca extraño, esta
pequeña reflexión se aplica perfectamente a Slain. Este título, desarrollado
por Wolf Brew Games, llegó a Steam luego de una exitosa campaña Kickstarter en
la que el estudio logra recaudar todo el dinero que necesitaban para su
producción. El 24 de marzo de 2016, Slain, un prometedor juego de acción y
plataformas, vio la luz y… sinceramente, hubiera sido mejor que permaneciera en
la penumbra: ¡Resultó ser un desastre!
Slain presentaba unos gráficos
pixel art hermosos y una banda de sonido muy interesante, sí, pero era lo
único rescatable ya que estaba plagado de bugs y errores de programación que lo
tornaban injugable. El control de nuestro protagonista era desastroso, los
jefes de nivel estaban bugeados, el sistema de impactos era deplorable, la
historia inentendible y para colmo de males, podíamos acceder al nivel final a
poco de comenzar a jugar para encontrarnos con el malo de turno y ¿Dar por
terminado el juego? Si, así es, y solo para ver una pantalla donde teóricamente
debíamos ver los créditos… en la que irónicamente no se veía nada. Es como si
el juego se hubiera hecho a sí mismo, y tendría más sentido eso, que el pensar
que tras su desarrollo se encontraba gente con mucha experiencia en el rubro…
tristísimo.
Por supuesto que las reviews
negativas no se hicieron esperar. Tanto la prensa especializada como los
usuarios que habían respaldado el proyecto se sintieron decepcionados al
tener entre sus manos un producto que parecía inacabado. Sin embargo, tal como
les decía, “de los errores se aprende” y parece que Wolf Brew Games aprendió
mucho.
Es raro encontrarnos ante este
tipo de situaciones. Decididos a inclinar la balanza a su favor, el estudio se
puso nuevamente la ropa de trabajo en pos de solucionar todos los problemas que
su juego adolecía. ¿Y saben qué? ¡Lo lograron! Aprendieron de sus errores,
entendieron que el producto era malo, que parecía una beta a la que le faltaba
más desarrollo para ser distribuida como un producto final. Debido a esto, luego
de cambiar gran parte del equipo de desarrollo y de incesantes meses de trabajo
relanzaron Slain bajo un nuevo nombre, Slain:
Back From Hell (Slain: BFH), versión que sí amerita ser analizada.
Tal como dijera párrafos más
arriba, Slain: BFH se trata de un juego de plataformas 2D y acción
Hack´n Slash, que toma fuertes influencias de juegos como Castlevania u otros
clásicos como Ghost and Goblins. Trampas, puzles y desafiantes combates contra
temibles jefes de nivel al son de una genial banda de sonido heavy metal es lo
que encontraremos en este divertido, interesante y difícil (A veces quizá
demasiado) título de corte retro. ¿Me estoy olvidando de algo? ¡Ah!, sí, que
vamos a morir mucho.
La historia detrás de Slain: BFH es bastante simple y nada que no hayamos visto antes. Asumimos el rol
de Bathoryn, un guerrero que descansa pacíficamente en su tumba, quien es
invocado por un extraño espíritu que nos encomienda la misión de derrotar a
Lord Vroll (El malo de turno) y desterrar el mal de un medieval y decadente
mundo. Armados con un gigantesco mandoble y de algunos trucos de magia,
tendremos que recorrer los distintos escenarios destruyendo a cuanta
abominación se nos ponga en frente.
El control de nuestro protagonista, a diferencia de esa especie de beta horrorosa que saliera en un principio, funciona muy bien. Los controles son totalmente configurables a nuestro antojo, permitiéndonos usar solo el teclado, una combinación de mouse y teclado o hacer uso de un joystick. Cualquiera de las tres opciones se siente cómoda y relativamente precisa.
Dominar las artes bélicas de
Bathoryn no requiere de mucho esfuerzo. Con un botón atacamos y con otro
levantamos nuestra espada para bloquear los ataques, lo que si hacemos en el
momento justo, nos permitirá efectuar un devastador y espectacular
contraataque, que de eliminar a nuestros enemigos nos regenerará mana. Del
mismo modo, golpeando con nuestra espada podremos devolverles a nuestros
enemigos los proyectiles lanzados hacia nosotros, aunque el timing para esto
tiene que ser perfecto. También podemos hacer uso de un dash para esquivar
rápidamente, saltar y lanzar hechizos. Por último, si dejamos el botón de
ataque apretado, realizaremos un potente ataque especial que ocasionará una
gran cantidad de daño a quien se encuentre delante.
Wolf Brew Games obsequió gratuitamente Slain: Back From Hell a todos aquellos usuarios que compraron y sufrieron con la primera versión.
El juego transcurre a lo largo de
seis reinos que están totalmente malditos y corrompidos por seis señores que se
manifestarán en forma de jefes de nivel. Sin embargo, llegar a ellos no será
cosa simple. Slain: BFH es difícil… a veces más, a veces menos, pero difícil al fin.
Si queremos llegar al final de cada nivel, tendremos que estudiar los patrones
de comportamiento enemigo a fin de alzarnos victoriosos. Cada ataque recibido
puede –en el mejor de los casos- quitarnos un tercio de nuestra barra de vida,
con lo que de tres golpes cualquier enemigo pelele puede mandarnos a mejor
vida. Si nuestra estrategia se resume a machacar botones a lo loco, les aseguro
que no duraremos ni un minuto.
Pero ¡ojo! no todo pasa por
revolear espadazos. Hay muchas otras formas de morir en Slain: BFH. El juego tiene
una gran dosis de plataformas por las que saltar y puzles que tendremos que
resolver para seguir adelante. Y como si fuera poco, entre saltos y combate,
habrá que ir evitando las mortíferas trampas que acabarán automáticamente con
la vida de nuestro valiente guerrero.
Si luego de todo esto, no caemos presos de la frustración y logramos llegar al final del escenario, nos enfrentaremos a los desafiantes jefes en geniales combates épicos. Al igual que los monstruos que nos encontramos en el transcurso del nivel, los jefes son poderosos… ¡Muy poderosos!, al punto que pueden llegar a eliminarnos de un golpe, y tal como sucedía en Dark Souls III, en la medida que les inflijamos daño, comenzarán a cambiar sus patrones de ataque, llevando, en algunos casos, la dificultad a niveles perversos.
Por suerte –para nosotros- en
nuestra odisea, contaremos con la ayuda de un espíritu guía que nos proporcionará
de un par de variantes para nuestra gigantesca espada, permitiéndonos imbuir
nuestra arma en fuego o hielo. Esto resultara útil para combatir contra
determinados tipo de enemigos ya que les ocasionará más daño, haciendo que los
combates se tornen un poco más sencillos. Igual vamos a morir, eso resulta
inevitable.
Una de las mejores cosas con las
que cuenta Slain: BFH, (y que por suerte mantuvo de su olvidable
primer versión) es su apartado gráfico. Los artistas que dieron vida a este
sombrío mundo de pesadillas hicieron un trabajo sobresaliente. El pixel art es
increíble, de lo mejor que he visto este año, y la ambientación lograda gracias
a esto es única: Pueblos medievales venidos a menos, ruinas deterioradas por el
paso del tiempo, pútridas cloacas o castillos góticos asolados por lluvias de
sangre son solo algunos de los parajes que recorreremos. Es más que claro que
cada escenario estará regado de enemigos que van desde simples esqueletos,
cabezas voladoras que escupen ácido, infernales perros en llamas a
espeluznantes espectros, temibles hombres lobo y gigantescas criaturas con
afiladas garras, todo esto sumado a los jefes finales ¡Una
maravilla!
La banda de sonido también es otro de los puntos fuertes de este juego y que mejoro bastante (aún más si fuera posible) respecto al Slain original. Está compuesta de melodías heavy metal que nos meten de lleno en la acción y le da un toque épico a la vez que frenético, variando según en qué parte del escenario nos encontremos. Además, así como cada nivel cuenta con su canción, cada jefe de nivel tiene la suya. Las melodías no cansan, no aburren y, por sobre todo, tienen gran calidad.
A pesar de lo interesante que se
ve y de que pueda sentirse como algo más de lo que realmente es, Slain: BFH resulta ser un juego simple. Que se entienda que no es una cuestión
del todo mala, pero sí es algo que lo deja un poco lejos de una calificación
mejor.
Esto a mí entender se debe a que si bien el sistema de combate funciona
bien, se resume a lo mismo una y otra vez: Golpear, bloquear, contraatacar. No
hay variantes, no hay ningún tipo de combo a desbloquear, ya que tampoco existe
una progresión de personaje. Comenzamos y terminamos con la misma barra de mana
y salud, en ningún momento nos sentimos más poderosos o algo por el estilo.
Otra de las contras, es que los niveles, súper vivos y detallados, en diseño resultan simples. Son muy lineales y con poco lugar para la exploración. Los puzles tampoco son demasiados creativos y las secciones de plataforma se sienten más un adorno que un desafío en sí mismo.
Además hay algunas pequeñas
cuestiones como la “relativa” precisión del control, más que nada al efectuar
el dash para esquivar, movimiento que se realiza con un leve retraso y que no se
puede llevar a cabo en medio de un combo. También está el hecho de que en
algunos casos no existe mucha diferencia entre los jefes respecto a ciertos
enemigos que nos encontramos recorriendo los niveles, ya que son igual de
grandes y poderosos… y en casos particulares hasta quedan visualmente
deslucidos.
Pero quizá la falla más grande en
Slain: BFH sea el hecho de
que nos hayan tenido que entregar una versión prácticamente re-hecha para
solucionar todos los problemas de sentido común que presentara el juego
original. Es admirable que el estudio se tomara seriamente las críticas y
haya decidido tomar cartas en el asunto aprendiendo de sus errores, pero ¿Con
qué necesidad entregaron un producto a medio terminar? ¿Con qué necesidad
exponerse a críticas desastrosas por brindar algo que desde lejos se veía que
le faltaba trabajo? La verdad, no lo sé y quizá sea uno de esos misterios sin
resolver de “Misterios sin Resolver”.
Lo Bueno:
-Apartado visual y sonoro sobresaliente.
-Acción constante y desafiante en cada nivel.
-El sabor a juego clásico.
-Sistema de combate simple y sin demasiadas variantes.
-Que el juego destaque más por su apartado técnico que por su profundidad.
-Simple diseño de niveles y puzles.
-Que hayan tenido que rehacer el juego para entregarnos un producto decente.
Nota Final:
7.5
Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.
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