Desarrollador: The Molasses Flood
Distribuidora: The Molasses Flood
Lanzamiento: 24 de febrero de 2016, 17 de enero de 2017 (PS4)
Distribuidora: The Molasses Flood
Lanzamiento: 24 de febrero de 2016, 17 de enero de 2017 (PS4)
Plataforma: PC, PS4
Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por The Molasses Flood
¿Creen en el amor a primera vista? Esa especie de “flechazo” que dura unos segundos, en que las personas involucradas sienten algo especial el uno por el otro. Mucha gente es incrédula ante tal situación, hasta que son afectadas y toman conciencia de lo ocurrido… A veces este amor se genera entre personas y otras, como en este caso, con un juego.
Sí, enamorarse
de un juego: ¿A quién no le sucedió eso? Seguramente cada uno de ustedes guarda
en un lugar especial de su corazón aquellos juegos que les generaron esa
sensación de “amor a primera vista”, que apenas empezaron a jugarlos ya sabían
que eran el uno para el otro.
Pero como nada
es absoluto en estas cuestiones, tanto en la vida misma como en los juegos las
sensaciones pueden variar. ¿A qué me refiero? Habrá juegos que podrán gustarnos
más o menos, un poco, o tal vez nada o incluso enamorarnos profundamente, pero nunca
de la misma manera ni por el mismo lapso
de tiempo; seguramente en cada jugador va a generar experiencias variadas,
según quien las experimente. Y esas sensaciones pueden cambiar con cada juego como sucede a menudo en el amor, cuando
pasada esa etapa de “súper enamoramiento”, empezamos a ver los “defectos del
otro” o aquellas cuestiones que quizás no nos gusten tanto… Sin embargo, eso no significa
que "Lo bueno" pasa a ser "Lo malo".
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Durante las tormentas será fundamental buscar refugio. |
The Flame in the
Flood es el título del bonito juego que me cautivó a los pocos segundos de
jugarlo. El responsable de esto es el estudio indie The Molasses Flood, que
nos trae un videojuego de supervivencia, ambientado en un mundo actual que se
encuentra completamente inundado, donde deberemos sobrevivir haciendo frente a
las inclemencias temporales y a la fauna salvaje, mientras satisfacemos
nuestras necesidades básicas. Esto que tal vez no parezca suficiente motivo
para enamorar, cambia drásticamente al ver su arte gráfico y escuchar su
excelente banda de sonido.
Al comenzar el
juego y oír la primera melodía, compuesta de un melancólico piano, nos da una
idea de la situación en la que nos encontramos. El mundo ya no es lo que era: las ciudades, los campos, las praderas… todo ha quedado bajo el agua, debido a
un terrible cataclismo que ha asolado al planeta. Ahí, en medio del desastre,
se encuentra nuestra protagonista, Scout, acompañada por un entrañable perro
llamado Aesop y las esperanzas de llegar a un mejor sitio donde asentarse, que provienen de
mensajes recibidos a través de una vieja radio.
Las mecánicas no difieren en nada a cualquier otro título del género: Recolectar
recursos, construir herramientas, conseguir alimentos y defendernos de las
criaturas que nos acechan. En cualquier juego de similares características, la
premisa sería hacernos fuertes en una posición, atrincherarnos en una
inexpugnable fortaleza a la que podamos llamar hogar… pero en The Flame in the
Flood no… aquí las esperanzas están enfocadas en llegar a un lugar mejor, a un
lejano lugar lejos de toda la desolación que trajo consigo esta inundación de
proporciones bíblicas.
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Contar con abrigo adecuado será indispensable para soportar las frias noches de este desolado mundo. |
Luego de
explorar la pequeña porción de terreno en donde inicia nuestra aventura, de informarnos de ciertos
aspectos referidos a la jugabilidad y de recolectar un puñado de recursos nos
dirigimos al muelle, donde se encuentra nuestra embarcación. Y ahí comienza
nuestro viaje, en una destartalada balsa de madera con la que podemos navegar
por las sinuosas corrientes de un interminable río, mientras esquivamos los
restos de lo que otrora fuera un lugar civilizado. Aquí es donde reside la
diferencia de este juego con sus pares. No hay vuelta atrás, es ir hacia
delante, abasteciéndonos de lo necesario por el camino para continuar nuestro
viaje. No hay un lugar al que volver, sino al que llegar.
Guiado por estas
tormentosas corrientes seremos capaces de anclar en diferentes “islas” que servirán
a distintos propósitos, encerrando cada una distintos peligros, ventajas y
desventajas. Hay zonas de granja que generalmente contarán con buenas
cantidades de alimentos, otras que serán algo más inhóspitas donde habita la
vida salvaje, también hay lugares específicos en los que podremos mejorar y
reparar nuestra embarcación u otros que dispondrán de mesas de trabajo en los
que podamos fabricar herramientas más avanzadas.
Que su estética, simpática y colorida no los engañe. The Flame in the Flood resulta ser un juego desafiante que nos obligara constantemente a tomar decisiones rápidas.
En ocasiones, durante
la exploración de estos parajes, nos encontraremos con otros supervivientes que
nos contarán sus historias y estarán dispuestos a intercambiar objetos con
nosotros. También hallaremos unos buzones de color azul que contienen distintas
misiones y tareas que al cumplirlas nos beneficiarán con recompensas.
Lo interesante
durante la navegación es que al ser tan fuertes las corrientes del río y dada
la imposibilidad de volver hacia atrás, muchas veces –por no decir, siempre-
nos veremos forzados a elegir qué lugar visitar ¿Vamos hacia esa granja en
busca de comida? O… ¿Anclamos para reparar nuestra balsa? Tal vez debamos dejar
eso de lado de momento para llegar a la iglesia en busca de elementos que
sirvan para curar nuestras heridas antes de que se infecten… Las elecciones se
hacen inevitables al poco tiempo de comenzar a jugar y de cada una de ellas
depende nuestra vida. Los errores se pagan caros y esto crea mucha tensión.
El juego
incentiva a estar en constante movimiento. Quedarnos en un lugar más tiempo del
necesario, puede hacer que ese sitio, se convierta en nuestra tumba. Esto se
debe a que las necesidades de Scout necesitan ser suplidas, y no me refiero
solo a mantener el estómago lleno para evitar morir de inanición o saciar
nuestra sed para no perecer por deshidratación. También hay que conseguir
mejores abrigos para no sufrir el frío, buscar refugio en los que descansar para no caer fatigados y
evitar mojarnos cuando se desaten tormentas. Si alguno de estos valores llega a
un nivel mínimo, nuestra protagonista morirá.
Detrás de una
estética simpática y colorida se esconde un juego complicado y difícil, en el
que tenemos que prestar atención en cada paso que damos. No es muy agradable
vérselas con un jabalí, quedar a merced de una jauría de lobos hambrientos o,
peor aún, tener que hacer frente a un territorial oso sin contar con algo con
qué defendernos. Por otra parte, hay que ver bien donde pisamos, ya que entre
la hierba pueden ocultarse venenosas serpientes, y por si fuera poco, meternos
entre zarzas espinosas, pisar un hormiguero o pasar por encima de la hiedra
venenosa también nos resultará perjudicial.
La banda de sonido y su apartado visual, son sin lugar a dudas uno de los platos fuertes del juego y que lo dotan de una personalidad única.
Por supuesto que
contamos con herramientas que nos servirán para palear cada una de estas
situaciones. Podemos construir trampas, antídotos, cebos envenenados e
inclusive un arco. De todos modos, no son las únicas formas de lidiar con la
fauna salvaje. Si queremos ir por la senda del pacifismo podemos usar una
antorcha que ahuyente a los lobos… aunque el fuego atrae a las serpientes… y si
lo que están pensando es “Tiro la antorcha y listo”, es una opción, pero los
lobos que antes espantamos volverán a acosarnos. Sin embargo, siempre podemos
usar ciertas cosas a nuestro favor, como atraer a los temibles mamíferos hacia
los escamosos vertebrados y dejar que su veneno haga el trabajo sucio. Son
estos pequeños detalles los que hacen que este juego sea especial.
¡Qué lindo es el
amor! Y como se nota cuando un desarrollador le pone mucho a una de sus
creaciones… ¿Cómo no enamorarse de un juego así?
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Las indomables corrientes del río interminable nos obligaran a elegir y a seguir siempre hacia delante. |
Pero donde el juego más llega, donde toca nuestro corazón y nos enamora a primera vista, es con su soberbio apartado técnico. Ahí es quizás donde se note la experiencia de uno de sus desarrolladores, quien trabajara como director de arte en proyectos como Bioshock y Halo.
Gráficamente, el
juego se ve genial. Tanto el aspecto de nuestro personaje, como el de su
mascota y el de las bestias que nos acechan es muy bueno. El diseño de los
escenarios es sublime, opresivo y plagado de detalles, donde se nota como el
agua ha ido erosionando y sembrando la destrucción a su paso: Postes de luz
arrancados, autopistas destruidas, coches oxidados, edificaciones deterioradas
y el inevitable avance de la vegetación. Además, hay ciclos de día y noche, buenos
efectos de iluminación y cambios climáticos. Mención especial para las
tormentas que comienzan con truenos, relámpagos y unas pocas gotitas, para
luego convertirse en poderosos aguaceros donde podemos apreciar hasta como el
viento mueve los árboles. ¡Excelente!
¡Y la música que
acompaña la acción! The Flame in the Flood cuenta con una banda de sonido que
hace tiempo no disfrutaba tanto en un juego. Las melodías, compuestas por
Chuck Ragan –a quien sinceramente no conocía- alternan entre lo melancólico y
excelentes piezas de música country, que no hacen más que sumergirnos en este
gran juego, realzando las distintas circunstancias que nuestro protagonista
atraviesa. Es realmente un placer transcurrir esta aventura disfrutando de tan
hermosas rolas.
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Aesop será nuestro fiel y entrañable compañero durante toda la aventura. |
Por último, y como para aportar rejugabilidad al título, podemos jugar el modo campaña en una dificultad mayor donde habrá menos recursos y la muerte será permanente. Además tenemos la opción de “Juego Ilimitado”. Esta modalidad mantiene las mismas mecánicas solo que nos propone el desafío de llegar lo más lejos posible antes de morir.
Claro que hay
algunos aspectos criticables, como la escasa cantidad de herramientas o
artilugios que fabricar, ya que pasadas unas horas nos encontraremos con todas
las recetas aprendidas. Otra cuestión es que puede tornarse algo repetitivo el
tema de la exploración debido a que algunos escenarios se repiten. También sobre el final el juego puede resultar algo fácil, debido a que al estar bien abastecidos de recursos, salvo que necesitemos algo especifico o con mucha urgencia, la necesidad de explorar se reduce drásticamente.
Ciertas
mecánicas también resultan repetitivas, sobre todo a la hora de lidiar con la
fauna salvaje, la que resultó ser algo escasa. De todos modos creo que no son
cuestiones que empañen la experiencia que el juego brinda. Como decía, existen
esas pequeñas cosas que no nos gustan, pero que ni de lejos hacen que se
convierta en un juego del montón.
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Los animales salvajes constituyen una de las mayores amenazas, pero también una buena fuente de recursos. |
Lo bueno:
-Un juego de
supervivencia con gran personalidad que lo distingue del resto.
-Desafiante e
impredecible.
-Apartados
visual y sonoro excelentes.
-Buen diseño de
escenarios y personajes.
Lo malo:
-Poca cantidad
de objetos crafteables.
-La variedad de
criaturas salvajes es escasa.
-En instancias finales, explorar se reduce a lo justo y necesario.
Nota Final:
8
Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.
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