Desarrollador: Snowhound Games
Distribuidora: 1C Company
Lanzamiento: 15 de Noviembre de 2017 (Acceso Anticipado en Steam)
Plataforma: PC
Impresiones basadas en una copia digital para Steam facilitada por 1C.
Antes de comenzar las andanzas por el espacio, se
nos permite armar nuestro equipo de aventureros… o mejor dicho, de ciudadanos
de segunda, dispuestos a arriesgar su cuello por el mejor postor. El grupo se
compondrá de tres miembros, para los cuales podremos elegir distintas clases,
cada una con sus características particulares, ventajas, desventajas y
habilidades especiales propias: médico, chatarrero, técnico, líder, soldado y rastreador.
Hay que tener en cuenta que una vez hecha la elección ya no podremos
modificarla, y salvo que comencemos una partida nueva o muramos, no podremos
cambiar a ninguno de nuestros personajes, como así tampoco su profesión.
Será entonces que haciendo uso de una nave podemos
elegir a donde dirigirnos para comenzar a recabar información, además de
objetos y tesoros. Lo importante es explorar minuciosamente cada nivel, aunque
siempre vigilando la barra de energía, que determina cuanto tiempo podemos
dedicar a recorrer cada escenario. A ver, para que se entienda mejor: los mapas
están divididos en cuadrículas. Contamos con 100 unidades de energía y movernos
de una casilla a otra consume una unidad. Algo que resulta práctico es poder
realizar un escaneo de los alrededores (aunque esto consuma 5 células) debido a
que de este modo se resaltan las casillas de interés. Además, podemos
anticiparnos a cualquier movimiento enemigo e incluso estar mejor preparados
para la batalla. Un detalle a tener en cuenta es que si nos quedamos sin
energía, moriremos, por lo cual resulta vital volver a la nave antes de que
esto suceda. Y vale aclarar que si mueren todos los personajes… chau, a
comenzar nuevamente de cero.
Por su parte, el sistema de combate es por turnos. Nuestros personajes, que actuarán de acuerdo a su capacidad de reacción, muestran dos indicadores: uno de escudo y otro de vida. El primero se regenerará luego de cada contienda, mientras que la segunda solo podremos rellenarla pagando una cuantiosa suma de dinero o bien con las habilidades del médico. Es obvio que esta mecánica no genera tanta tensión como la barrita de cordura del Darkest Dungeon, la cual hacía que los héroes se comportaran de forma impredecible, pero, cuando solo tenemos dos o tres puntos de vida y el escudo con un 10% de carga, créanme que las batallas se vuelven desesperantes. Factor que se acrecienta cuando notamos que por cada turno, también perdemos una unidad de energía.
Igual no todo es peleas y exploración… o bueno,
sí, pero también hay lugar para la gestión de recursos. Bah, en realidad solo
de uno: el vil metal. Bien sabemos que el mundo se mueve por interés, y aquí
–por supuesto- no hallaremos la excepción. Entre incursión e incursión,
podremos volver a la ciudad espacial en la cual comenzamos, donde además de
informar de nuestro progreso al vicegobernador, podemos visitar la taberna y
aceptar algunas misiones secundarias que nos reportaran créditos, los cuales
serán sumamente necesarios. También hay un centro médico donde curar o
resucitar a los miembros del escuadrón -lo cual puede resultar bastante caro- y
una casa de empeño para deshacernos de toda la basura e ítems que creamos
innecesarios.
Siendo honesto, y a pesar de que ha recibido
algunas actualizaciones desde su puesta a la venta, lo que el título de Snowhound ofrece, puede que resulte
escaso, más si lo comparamos con el fenomenal Early Access de Darkest
Dungeon: explorar un puñado de sistemas, probar los diferentes personajes y
batallar contra algún que otro jefe, es lo que hay y ya. No hay más que hacer.
No obstante entendiendo que aún hay trabajo por delante y defectos que
corregir, aunque ya se nota que hay potencial, porque me he quedado con muy
buenas sensaciones. Estoy seguro de que cuando abandone la etapa de acceso
anticipado, estaremos ante un videojuego sumamente interesante que ofrecerá
muchas horas de contenido. Sin lugar a dudas, una apuesta muy sólida para un
estudio relativamente nuevo.
En una galaxia muy, muy lejana, donde el futuro se
ha ido literalmente al carajo, la humanidad se encuentra dividida en dos
estratos sociales: los que gobiernan y los que obedecen. Si bien esta premisa
puede resultar “actual”, porque como dice el tango “El mundo fue y será una
porquería ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también…” la verdad
es que al menos -de momento-, no nos hemos visto en la obligación de surcar el cosmos
en busca de valiosa chatarra espacial con la que comerciar para lograr
subsistir. Justamente en esto último, es que radica la propuesta de Deep Sky Derelicts, el videojuego creado por Snowhound, que actualmente se encuentra en una temprana etapa de
Acceso Anticipado.
Tal vez la mejor forma de explicar brevemente de
que va este juego seria decir “es como un Darkest
Dungeon, pero en el espacio”. El tema es que si bien sus creadores son
otros, es notoria la inspiración en la obra de Red Hook, de la cual bebe su estética y –a grandes rasgos- su
jugabilidad. Deep Sky Derelicts es un roguelike
con elementos RPG, combates por turnos y una dificultad que, si bien no llega a
estar a la par del título con el cual lo comparo, puede llegar a ser por
momentos suficientemente desafiante. Como decía, las influencias están ahí,
aunque he de reconocer que también hay algunas mecánicas novedosas que resultan
ser interesantes.
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No importa lo arriesgada que sea la misión si la recompensa es una mejor calidad de vida. |
La historia comienza con el equipo siendo
contratado por un vicegobernador, quien nos pide hallar el paradero de una nave
nodriza que se cree, se encuentra abandonada cerca de la ciudadela espacial en
la que comenzamos. A cambio de ello, se nos ofrece una ciudadanía de primera,
con todos los lujos y beneficios que ello representa. Es evidente que la
historia es tan solo una excusa para viajar por distintos sistemas en busca de
datos que nos permitan dar con la ubicación exacta de nuestro objetivo. Sin
embargo, por muy simple que parezca, el camino será arduo y difícil, dado a que
cada lugar está plagado de peligros.
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Las viñetas animadas enseñan los ataques y los efectos que estos tienen en el enemigo. |
Por su parte, el sistema de combate es por turnos. Nuestros personajes, que actuarán de acuerdo a su capacidad de reacción, muestran dos indicadores: uno de escudo y otro de vida. El primero se regenerará luego de cada contienda, mientras que la segunda solo podremos rellenarla pagando una cuantiosa suma de dinero o bien con las habilidades del médico. Es obvio que esta mecánica no genera tanta tensión como la barrita de cordura del Darkest Dungeon, la cual hacía que los héroes se comportaran de forma impredecible, pero, cuando solo tenemos dos o tres puntos de vida y el escudo con un 10% de carga, créanme que las batallas se vuelven desesperantes. Factor que se acrecienta cuando notamos que por cada turno, también perdemos una unidad de energía.
Sin embargo, el giro de tuerca de las batallas
está en el equipo que asignemos a los personajes. Cada arma u objeto viene con
una serie de cartas de uso, siendo alguna de estas de ataque y otras de apoyo o
defensa. A partir de equipar diversos ítems se genera una especie de mazo que determina,
ni más ni menos, que las acciones que podremos realizar a la hora de combatir.
Hay que tener en cuenta dos puntos fundamentales: los mazos se crean
automáticamente y no existe la posibilidad de modificarlos… salvo que se cambie
el equipamiento y lo más importante, no siempre las mejores armas tienen las
mejores cartas. Esto último nos obliga a ser creativos, pugnando por encontrar
una combinación óptima de habilidades.
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El sistema de exploración se antoja algo básico y desaprovecha el excelente apartado artístico. |
Deep Sky Derelicts me resultó sumamente interesante desde el momento en que fue anunciado, y se
debe –en gran medida- a lo que me entró por los ojos: el Arte. Este universo frío,
sórdido, e impregnado de una paleta de colores oxidados en que el juego se
desarrolla, remite a Nostalgia. Es un mundo futurista, pero a la vez triste y
extraño, aun cuando todos los personajes son humanos. Además, su estética de
comic retro-futurista, recuerda –salvando las distancias- a los maravillosos
trazos de Mike Mignola o al Eternauta
de Alberto Breccia. Como detalle, cabe mencionar que durante las peleas, cada
ataque que realizamos se visualiza como si de una viñeta se tratase ¡Hermoso!
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Cada clase cuenta con sus propias características y funciones en la batalla. |
Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.
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