Análisis: State of Decay 2 — el viejo y conocido apocalipsis zombi

Volvemos a vivir el apocalipsis zombi de la mano de Microsoft y Undead Labs con una secuela continuista que agrega modo cooperativo para cuatro jugadores. La diversión está asegurada.

Calificación:


Desarrollador: Undead Labs
Distribuidora: Microsoft
Lanzamiento: 22 de mayo de 2018
Plataforma: Windows 10, Xbox One


Análisis basado en una copia digital del juego para Windows 10 facilitada por Microsoft

El fenómeno zombi ha mermado en el último año, pero eso no quita que ver cómo machacan a un muerto vivo de vez en cuando no sea tentador. Los aficionados no exigimos lo suficiente del género como para que se renueve. Además, al apocalipsis zombi le sienta tan bien el drama, que prácticamente toda premisa puede adaptarse a él. Tal es así que The Walking Dead sigue siendo una de las sagas más vistas de la TV y el cómic original no tiene planes de detener su emisión, ¡Y ni hablar de las adaptaciones a videojuego que se vienen! Capcom, además, planea anunciar un nuevo Dead Rising pronto, y hasta Dying Light se adapta a los tiempos que corren con su inminente modo Battle Royale, a estrenarse en los próximos meses. La vorágine por los come cerebros no parece tener fin.

En este contexto llega un nuevo contendiente: State of Decay 2, el nuevo título de Undead Labs y Microsoft, una secuela de lo más continuista que no trae grandes cambios en relación a su antecesor, a excepción del modo multijugador, el gran agregado de la propuesta.

No hay mucho para contarles sobre la historia de State of Decay 2. Comenzamos husmeando en un campamento militar en busca de provisiones. El lugar parece desolado, transitado por algunos zombis aislados que no nos generan mucho problema. Al menos así es hasta que aparece un infectado de la plaga, quien termina mordiendo a nuestro acompañante. Estos, a diferencia de los zombis normales, aplican heridas mortales que pueden transformar a los humanos al mejor estilo The Walking Dead. Con el fin de recoger muestras para crear una dosis de antídoto y de encontrar un lugar que sirva de nuevo asentamiento, nos alejamos del campamento y la aventura comienza.


Lo que acabo de contarles es el tutorial del juego, pero antes, lo primero que hacemos es elegir a la pareja protagonista o, dicho de otro modo, a nuestro dúo de supervivientes iniciales. Es notable la diversidad de trasfondos que tienen los personajes, como ya pasaba en la primera entrega. Podemos elegir entre dos hermanos que no se conocen mucho, una pareja de lesbianas que se vive peleando o una pareja heterosexual que encontró el amor en plena matanza zombi, por solo nombrar algunos personajes disponibles. La vida personal de cada uno de ellos le aportará color y algo de humor a esto de sobrevivir, pero hay que tener en cuenta que lo que verdaderamente pesa en la experiencia de juego son sus habilidades. No hay un personaje mejor que el otro, pero sí hay que saber elegir a consciencia para saber cómo encarar las misiones con cada uno de ellos.

En este sentido, tal vez no sea muy sensato construir un huerto si no tenemos un superviviente en nuestra colonia que tenga grandes habilidades de jardinería. Hay otras formas de conseguir alimento, ya sea saqueando instalaciones o conquistando puestos avanzados (con puntos de influencia que ganamos cumpliendo objetivos), que generan recursos en base diaria. Lo más atractivo de State of Decay 2 es este sistema de gestión, que es complejo y da lugar a muchos estilos de juego. Aunque no innove mucho en relación a la primera parte en términos de mecánicas, los nuevos mapas y los nuevos objetivos son excusa suficiente para cazar el bate de béisbol y salir a patear el valle en busca de materiales, dejando sin cabeza a todo infectado que se nos cruce en le camino.

En lineas generales, la dinámica jugable en State of Decay 2 consiste en explorar el mapa, cada vez más lejos de nuestra base original, y entablar combates con zombis y otros supervivientes. Con la ayuda de unos puntos de observación , que son torres desde las que miramos con binoculares a los edificios y estructuras que hay a nuestro alrededor, podremos identificar lo que nos rodea. Así, podremos saber si tenemos cerca posibles puestos avanzados de alimento, recursos o medicamentos, por ejemplo, además de conocer las ubicaciones de nuevas infestaciones y núcleos de la plaga.


El objetivo de explorar es encontrar recursos y herramientas para construir un refugio mejor y tener un grupo de supervivientes más satisfecho y sano. Podremos tomar control de cualquier miembro de la comunidad y cada uno de ellos tendrá una personalidad y habilidades particulares. Los habrá más diestros en combate, por ejemplo, o más atléticos. Desde la base, activaremos misiones, que siempre nos obligan a salir en una expedición, y que pueden consistir en recuperar un auto, rescatar a un superviviente o conseguir nuevas armas. Además de estas misiones "activas", habrá una misión "pasiva" que se sostiene durante toda la campaña y que será la de gestionar la comunidad, prestando atención a las necesidad.

Salir en una expedición a diario es casi obligatorio. Nuestro grupo irá agotando las reservas de materiales, alimentos y munición; también iremos construyendo instalaciones como la enfermería o el taller, y necesitaremos recursos para mejorarlas. Es importante saber que destruir infestaciones y núcleos de la plaga (son dos tipos de "nido zombi"), subirá la moral de nuestro grupo, indicador que será vital tener controlado porque una moral baja implica peleas, deserciones y pocas ganas de trabajar. Mientras estemos fuera, explorando, iremos recibiendo informes de lo que está pasando en la base. Si nos avisan que agotamos las reservas de alimento, lo más sensato será no regresar hasta que tengamos cómo reponerlas.


State of Decay 2 maneja ciclos de día/noche. Un día dentro del juego dura aproximadamente 30 minutos y es muy común que seamos presa de la noche durante las expediciones, un detalle muy acertado para aumentar las sensaciones de desesperación y adrenalina. Hay que añadir que, como no podía ser de otra forma, además de lidiar con zombis normales, tendremos que ocuparnos de infectados especiales como los aulladores y otros más agresivos.

El sistema de combate es simple, pero efectivo. Las armas de fuego no abundan y provocan un ruido que atrae infectados, de modo que serán nuestro último recurso. Entonces, machacaremos infectados a diestra y siniestra, teniendo en cuenta que cada personaje tiene un medidor de resistencia que se agota a fuerza de golpes. Podremos rematar de un solo golpe a los zombis que están en el piso y a los que encaramos desde la espalda, en estilo sigilo.También habrá que monitorear nuestra vitalidad y el medidor de infección si nos contagiamos de la plaga. Recordemos que la muerte es permanente.

Arriba a la izquierda se nos muestra constantemente el estado de nuestra base, recursos, nivel de moral y otros aspectos

Como verán, el sistema de gestión es estratégico y saca a lucir todos nuestros dotes administrativos. Siempre estaremos ocupados en State of Decay 2 y eso es lo más gratificante de la experiencia. Hay que decir, de todas formas, que la experiencia puede tornarse repetitiva, más en el último trecho de la campaña. Sin embargo, con todo eso, el punto más atractivo del título está en su narrativa emergente, en la infinidad de situaciones que pueden darse mientras sobrevivimos, lo que convierte a cada expedición en una experiencia única. El mapa es lo suficientemente grande como para que vivamos todo tipo de aventuras y en compañía de otro jugador, en cooperativo, la diversión se maximiza.


Quiero mencionar que la conducción no llega pulida como esperábamos. Es más fácil controlar los vehículos que en la primera entrega, pero las físicas siguen comportándose de manera extraña, de modo que será normal atacarnos en algún punto del mapa o directamente volcar, del modo más violento, con nuestro auto o camioneta por haber rozado apenas una piedra.

Pantalla de selección de personaje, aquí podremos ver los roles y habilidades de nuestros supervivientes

El título es muy rejugable. La inclusión de tres mapas muy diferenciados entre sí le da frescura a cada nueva partida, que puede durar entre 10 y 15 horas. Llevar a una comunidad a la prosperidad nos da la opción de arrancar a jugar con una nueva y sabemos muy bien que lo que viviremos con ellos será totalmente distinto a lo anterior. En lo personal, siento que se echa de menos un poco más de profundidad narrativa. Conectamos muy poco con los personajes y cualquier situación de drama que viven, que podría ser la muerte de un ser querido, queda resuelta en una simple línea de diálogo. State of Decay 2 no necesita una buena historia para engancharnos, pero es un poco triste que nos den igual todos los personajes.

El apartado técnico, en general, es correcto. En PC la optimización es impecable, sin problemas de tearing o framerate, y el apartado gráfico, aunque no deslumbra, está más que cuidado. Hay bugs, especialmente de físicas, como en la mayoría de los títulos de mundo abierto, pero nada que arruine la experiencia. La IA de los supervivientes aliados a veces es errática, es decir, un personaje puede desaparecer y nos lo encontramos caminando por cualquier lado, por ejemplo. Aun así, en general, si estamos jugando en solitario, es una ventaja llevar a un NPC con nosotros en una misión porque a la hora del combate, la IA suele hacer muy bien su trabajo de ayudarnos.

Mi experiencia en State of Decay 2 no ha sido en su mayoría en solitario, con alguna cooperación aislada con otros jugadores en misiones particulares. Como título de supervivencia, siento que resulta gratificante solo o en compañía. Y a la hora de jugar en cooperativo, hay que tener en cuenta que no podremos alejarnos mucho del anfitrión de la partida. Se nota que la experiencia está pensado para jugar en cooperativo con amigos.


Palabras Finales:
Todo aquel que haya disfrutado de la primera entrega, no puede perderse State of Decay 2. Es una secuela que tiene pocas novedades en todo sentido, es decir, no reformula al género de supervivencia ni trae cambios sustanciales en relación a su antecesor. Aún así, ofrece amplia rejugabilidad y una infinitud de situaciones en la lucha diaria por sobrevivir. Hay pocos títulos de supervivencia tan divertidos como este y ahora puedes pasar el rato en compañía de otros jugadores.

Lo bueno:
- Un sistema de gestión completo y complejo. Siempre tendrás algo para hacer.
- Gran rejugabilidad
- El modo cooperativo es orgánico, bien implementado en la experiencia

Lo malo:
- Es una secuela muy cómoda. Todo lo que ofrece ya lo vimos
- Se agradecería más profundidad narrativa
- Hay bugs, nada abismal, pero están ahí.

Nota Final:
7.5
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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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