Lanzamiento: 25 de Octubre de 2018
Plataforma: PC
Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por tinyBuild
Vivir en un edificio, rodeado de jóvenes universitarios es presagio de bullicio. No sé ustedes, pero varias veces fui víctima de ruidosas fiestas en días de semana… Fiestas a las que no fui invitado, dicho sea de paso. Por un lado la música, los gritos, la algarabía, la juventud en su máximo esplendor. Por el otro, un tipo tratando de pegar un ojo, pensando en “cuando se callaran estos pibes”, añorando las épocas doradas en que hacía lo mismo y refunfuñando por no poder ser parte de eso. No es que sea un viejo amargado, pero los tiempos cambian y la prioridad por las responsabilidades diarias cambia drásticamente. Así y todo, nunca se me cruzó por la cabeza sacar un cuchillo, ponerme una máscara y convertirme en un asesino serial, pero claro, no todo el mundo es como yo. Algunos pierden la paciencia más fácilmente.
En 2015, de la mano de Pinokl Games, llegaba a PC Party Hard. El videojuego que nos ponía en el rol de un sujeto, posteriormente conocido como The Party Killer, que se dedicaba a terminar con todo tipo de fiestas, poniendo fin a la existencia de decenas de personas. En aquella entrega, la motivación del protagonista era la de terminar con sus molestos vecinos, intentando –en la medida de lo posible- no llamar la atención. Lo interesante de dicha propuesta, era la variedad de posibilidades que el título ofrecía para llevar a cabo nuestro cometido pudiendo usar una afilada navaja o elementos del entorno.
Si bien la primera parte logró cosechar un éxito moderado, había varios aspectos que debían pulirse y es por esto que Pinokl se puso a trabajar en una secuela. Party Hard 2 parte del mismo concepto que su predecesor, solo que ahora presentando un argumento más elaborado, además de mejorar su aspecto gráfico y jugable. Casi podría considerársele como una re-invención del original, puesto que en esta ocasión la desarrolladora ha contado con un mayor presupuesto lo que les ha permitido realizar un producto bastante más “redondo”.
La historia en esta ocasión nos sitúa diez años después de los eventos acontecidos en Party Hard. El Party Killer ha desaparecido de las escenas del crimen, sin embargo otra ola de crímenes violentos está teniendo lugar en la ciudad. Al parecer un misterioso asesino en serie deambula nuevamente por las fiestas dejando tras de sí una enorme pila de cadáveres y ríos de sangre, lo que me ha llevado a preguntarme: ¿De quién se trata? ¿Es acaso un imitador? o… ¿Tal vez se trate de alguien con otro tipo de motivaciones? El tema es que para encontrar respuesta a estas inquietudes será necesario finalizar cada uno de los escenarios que componen el título.
Lo novedoso en Party Hard 2 es que ahora no todo pasa por eliminar a todas las personas que deambulan por el mapa… o sí… pero como alternativa. Esto se debe a que los escenarios ahora proponen dos opciones: Por un lado llevar a cabo la misión primaria, que generalmente consta de eliminar un conjunto de personas específicas (las incluso pueden defenderse); o en caso de que nos resulte complicado, optar por el genocidio y ya. Cabe destacar que en la medida que avancemos, los objetivos se volverán más complejos y requerirán de un minucioso estudio del mapa. Por ejemplo, en uno de los niveles se nos pedirá que abramos una caja fuerte. Para llevar a cabo dicha tarea, no solo tendremos que hallar el modo de llegar a la habitación donde se encuentra el objeto en cuestión, sino también conseguir la combinación para poder abrirla y hacernos con su contenido.
Al margen de lo mencionado, y sea cual sea el camino que tomemos, lo importante es llevar a cabo una buena estrategia, ser cautos y sigilosos, porque de otro modo, nuestra carrera criminal finalizará muy rápidamente. Dejar un cadáver a la vista de los demás juerguistas implica un llamado a la policía y cuando esto suceda, los azules dedicarán un buen tiempo a buscarnos por la zona circundante al homicidio. Pero si nos ven cargando un cuerpo, la persecución será sin cuartel por cada rincón del mapa. De todos modos, no siempre será necesario estar pegado a alguien para poner fin a su vida ya que también podremos usar elementos del entorno que nos facilitaran el trabajo. Otra mecánica que Party Hard 2 implementa es la de poder recoger y combinar objetos, pudiendo crear bombas molotov u otros ítems especiales.
Si he de ser sincero, no hay demasiadas sorpresas… o bueno, si las hay, pero no quiero arruinarlas con spoilers… esta entrega respecto a su predecesor, sino más bien mejoras. Party Hard 2 representa una evolución desde prácticamente todos los puntos de vista, incluso en lo artístico. En este apartado se nota un gran trabajo por parte de sus responsables, manteniendo un elegante estilo pixel art combinado con escenarios en 3D. Esto que puede parecer un mero detalle estético, dota al juego de cierta “espectacularidad” gracias a las luces y efectos que vemos en pantalla. Los niveles a su vez son mucho más grandes y extensos, lleno de trampas mortales que incitan a desatar el instinto asesino y la creatividad del jugador. En cuanto a la música, sigue manteniendo el estilo tecno, que resulta muy pegadizo y acorde a cada nivel.
Lamentablemente no todo lo que brilla es oro, porque si bien como decía, hay muchas virtudes en el título, también hay ciertos aspectos que pueden desencantar. A ver, no es que sean grandes problemas, pero están ahí y en ocasiones pueden resultar molestos. Para empezar, cada vez que comenzamos un nivel los objetivos a eliminar aparecen en posiciones aleatorias, haciendo que cada partida sea diferente a la anterior. El asunto con esta imprevisibilidad es que cuesta llevar a cabo una planificación sumamente meticulosa como la que el juego pretende que hagamos. Parece que no, pero la ubicación procedural de las victimas afecta al nivel de dificultad del juego, obligándonos a improvisar cuasi constantemente.
A esto, debe sumarse que –tal y como cité en reiteradas ocasiones- Party Hard 2 prima por que no demos pasos en falso. El título de Pinokl penaliza mucho los errores, haciendo que por momentos la frustración y nuestra paciencia se vayan al demonio. Esto es mucho más patente cuando por una serie de eventos desafortunados, desencadenado por alguno de los tantos fiesteros, hace que la ley se manifieste en el lugar, sin darnos posibilidad a huir de la escena del crimen, acabando inmediatamente con el progreso realizado. Imaginen tener que reiniciar el nivel cada dos por tres, luego de haber pasado 10 o 15 minutos para eliminar a un par de objetivos… Cansa. A la larga es muy probable que aprendamos a ser precavidos, pero hasta entonces pasará un buen tiempo.
Sin embargo y pese a estos “contratiempos”, no se puede ignorar el hecho de que Pinokl ha logrado mejorar su propuesta. Si bien es cierto que se pierde el factor sorpresa de su predecesor, esta es una de las pocas situaciones en que eso de “no arreglar lo que no está roto” funciona bien. Incluso se han agregado cuatro nuevos psicópatas que podremos controlar, cada uno con sus características y habilidades propias, sin que esto afecte el balance del juego.
¿Cómo dices? ¿Qué el vecino no te ha dejado leer en paz el análisis? Anda, ve a pedirle amablemente que baje el volumen de su TV… y si no, ya sabes, pregúntale si le gustaría que le mostrases tu nueva sierra y tú mascara de hockey.
Lo bueno:
- Evoluciona sin perder la esencia de la primera parte.
- Variedad de objetivos.
- Apartado gráfico renovado.
Lo malo:
- La aleatoriedad de los objetivos influye demasiado en la dificultad.
- En ocasiones se vuelve muy frustrante.
- Las novedades no aportan demasiada profundidad al gameplay.
Nota Final:
7.5
ESCRITO POR
Viejo Frank
Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.
0 Gritos :
Publicar un comentario