Análisis: Oxenfree II: Lost Signals, una aventura de terror sobre difícil de ser adulto


Cinco años después de los eventos de OXENFREE, Riley regresa a su ciudad natal, Camena, para investigar unas señales de radio misteriosas.
Calificación:

Desarrollador: Night School Studio
Distribuidora: Netflix Games
Lanzamiento: 12 de julio de 2023
Plataforma: PC, PlayStation 4, PlayStation 5, Switch, iOS, Android (en Netflix Games)


Análisis basado en la versión de PC facilitada por Night School Studios


El primer Oxenfree llegó en enero de 2016 como todo un visionario en el género de adolescentes involucrados en líos de terror y ciencia ficción. Se le adelantó a sucesos como Stranger Things, que se estrenó 6 meses después, y a It Part One, en otras series y películas que revivieron este género tan ochentoso. Netflix lo sabe y compró al estudio de desarrollo, Night School Studio y hoy publican Oxenfree II: Lost Signals, una secuela posicionada 5 años después del original, que expande la historia y profundiza el sistema de decisiones que tanto gustó en la primera parte.

Nos presentan a Riley, joven que regresa a su ciudad natal, Camena, para investigar unas señales de radio misteriosas que están generando revuelo: las TV se encienden y se apagan, los aviones pierden la señal, las radios no funcionan. La joven acepta el trabajo y junto al perspicaz y divertido Jacob, un lugareño contratado para guiarla, debe posicionar unos transmisores para que la empresa que los emplea pueda entender estas señales extrañas… que termina acercando rápidamente a ambos jóvenes a sucesos paranormales.

Quienes hayan jugado el primer Oxenfree sabrán qué encontrar en esta secuela. De hecho, si bien no es obligatorio jugar la primera parte, sí será vital para entender el trasfondo completo. La isla Edwards y el submarino USS Kanaloa son nombres conocidos para quienes ya están inmersos en este universo y regresan en Oxenfree II.

La estrella del asunto es el sistema de diálogos. Pocos juegos consiguen una dinámica conversacional tan fluida y original como la de Oxenfree II. Si el primero ya era llamativo por esta, ahora tenemos un ritmo de diálogos constante, que nos permite responder, interrumpir o quedarnos callados de una forma tal que resulta todo muy natural y narrativamente llevadero.

Las conversaciones atraviesan toda la experiencia y lo interrumpen todo. En medio de un puzzle, por ejemplo, vamos a seguir conversando; una charla que tengamos con el walkie-talkie se verá interrumpida por comentarios de Jacob y la red de diálogos ahí será más compleja. La forma en que respondemos impacta en el destino de los personajes y en el final, y muchas de estas decisiones las tomamos de forma inadvertida, lo que hace aún más brillante al apartado narrativo de Oxenfree II. Vivimos una aventura de una noche en una isla misteriosa, que nos lleva hacia el pasado y el futuro, inmersos en un bucle temporal, y los diálogos resultan tan profundamente humanos y naturales que toda la narración nos llega muchísimo.

El sistema no es infalible, claro, y a veces se dan bugs sonoros. O puede que si una cinemática interrumpe un diálogo, haya que reiniciar porque este no vuelve a dispararse. En sí, no hay problemas técnicos graves, pero sí varios de interactividad que quizás nos hacen reiniciar un checkpoint, que no significa perder mucho tiempo, pero los errores están y hay que marcarlos.
En Oxenfree II podemos ir directo a nuestra tarea de la noche, de colocar los transmisores, y hacer oídos sordos a los comentarios de Jacob o ser sumamente cortantes con quien sea que nos contacte por radio. Pero también podemos indagar muchísimo en lo que nos cuentan y llegar a tener momentos muy contemplativos, que pueden evocar charlas con amigos íntimos en una madrugada o momentos cálidos, como contar anécdotas a la luz de una fogata. El punto fuerte es que esto lo decidimos nosotros y aunque la historia principal es una, la profundidad con la que nos llega y el tono con la que vivimos cambia de acuerdo a nuestra actitud.

Obvio que no deja de ser una aventura de terror y la trama es oscurísima por momentos, pero también deja lugar a explorar las motivaciones de los “villanos”, si es que se los puede llamar así. El foco ahora está puesto en la temática del comienzo de la adultez, cuando nos cuesta encontrar motivación en la vida (¿crisis de los 30, les suena?), y hay temáticas como la nostalgia y la soledad que calan hondo por cómo están abordadas. Night School Studio, además, consigue que la secuela cierre por todos lados porque también vuelve a tratar el tema de la adolescencia problemática, ahora desde el punto de vista de Riley, que es adulta, y que interactúa con jóvenes solo a través de radio. Es que, dejando de lado a Jacob, el resto de los personajes no tienen forma corpórea y los conocemos por las conversaciones que oímos, que tienen con Riley o que tienen entre ellos y Riley es una simple escucha.

Visualmente es una pintura, casi de manera literal. Exploraremos escenarios que tienen un dejo lúgubre, pero que son muy pintorescos, con una paleta de colores variada, pero de tonos lavados, como la moda noventosa. Otro punto fuerte del diseño del mapa es que, si bien no llega a ser abierto, no nos lleva de la mano y vamos recorriendo Camena a nuestro ritmo. Tenemos una clara misión que cumplir, pero hay muchos puntos opcionales y secretos para descubrir que le suman riqueza a la trama. La aventura nos puede durar entre 3 o 6 horas dependiendo de cómo juguemos.

El punto flojo es el sistema de puzzles, que son más bien minijuegos sin mucha dificultad, salvo algunos muy puntuales. Casi que cortan con la acción y la historia. Oxenfree II funciona mejor cuando nos pone desafíos más orgánicos con la trama, como el de encontrar una ruta o ver cómo llegar al sitio donde va un trasmisor. Pero cuando nos pone a girar figuras geométricas para hacerlas coincidir o sincronizar ondas de radio, pierde un poco la magia.

Oxenfree II es puro guion en todos los sentidos y su encanto yace en cómo vamos construyendo una historia en nuestras cabezas solo con conversaciones. Tiene el encanto de la literatura, raro de encontrar en videojuegos, ya que hay personajes que quedan en la imaginación porque lo que sabemos de ellos lo escuchamos por radio y nada más. Y además, narra con una fórmula única que antepone el diálogo por sobre todo, haciendo que tomemos decisiones sin saberlo y envolviéndonos en una historia que atrapa por su misterio y por su valor humano. El terror sobrenatural está presente y tocará nuestros nervios más de una vez, pero lo que nos estremece y se queda con nosotros es conocer a fondo los personajes y sus motivaciones personales.

Lo bueno:
- La forma en que narra la historia
- El sistema de diálogos
- Los personajes y las temáticas son más que memorables
- A nivel visual y sonoro es impecable

Lo malo:
- Los puzzles son una mera anécdota de relleno
- Bugs menores de interacción y diálogos

Nota Final:


8.5

Muy bueno
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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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