Análisis: Gears of War 4 — un paso adelante en varios sentidos

25 años después de los sucesos de Gears of War 3, el jugador se pone en la piel de JD Fenix, hijo de Marcus, para hacerle frente a una nueva raza alienígena: los swarm.
Calificación:



Desarrollador:  The Coalition
Distribuidora:  Microsoft Studios
Lanzamiento:  11 de octubre de 2016
Plataforma: Xbox One, PC (Windows 10)

Análisis basado en la versión para Xbox One del juego gracias a una copia digital facilitada por Microsoft.

Después de las primeras escenas del juego que funcionan a modo de prólogo y tutorial, JD Fenix y Kait Diaz (dos de los nuevos personajes principales) mantienen una conversación sobre el maravilloso proceso de la metamorfosis: ella sostiene en la mano un capullo que estando en su etapa final de desarrollo, rompe la vaina para convertirse en un bello insecto volador. No es casual: es una auténtica declaración de principios.



Encarar –y en cierto modo, revivir- un nuevo juego para una franquicia tan arraigada y querida por los jugadores del universo Xbox nunca es una tarea sencilla. 343 ha tenido su faena con las dos últimas entregas de Halo, y ahora es The Coalition quienes reciben la posta de Gears of War y con él, el enorme peso de traer a la vida la última expresión del que supo ser el juego que terminó de darle forma a la acción en tercera persona. Pero al contrario de lo que sucedió con 343, The Coalition encontró la alquimia perfecta para tomar los elementos familiares, sumar ideas nuevas y entregar un juego que por sobre todas las cosas, exuda confianza por los cuatro costados, mostrándose sólido y más importante, entretenido.

Inteligencia. Esta palabra define a la manera en la que The Coalition encaró esta nueva aventura. Gears of War siempre trató de conflictos de gran escala en donde la camaradería entre soldados siempre estuvo y aunque hubo un esfuerzo por parte de Epic Games de insuflar narrativa en los últimos juegos de la serie, nunca lograron que conectemos del todo con el relato: siempre estuvo en un segundo plano. En Gears of War 4, la historia es bien distinta. No porque no haya conflictos a gran escala –los hay- sino porque el motor narrativo está propulsado por dos temas con los que todos podemos conectar: la amistad y la familia.


La historia transcurre veinticinco años después de los sucesos del tercer juego. La Coalición de Gobiernos Ordenados (COG, en inglés) tomó los vestigios de humanidad en el planeta Sera, y para asegurar la preservación de la humanidad, estableció una serie de ciudadelas valladas bajo un estricto orden de vigilancia. Aquellos que no se encontraban a gusto con este nuevo régimen gubernamental se establecieron fuera de las murallas, en distintos enclaves, como forajidos. Esta tensión social es en la que se mueve el juego, donde JD Fenix (el hijo de Marcus y Anya) decide rebelarse contra este orden junto a su pelotón, uniéndose a un grupo de resistencia comandado por Reyna (la madre de Kait).

Aquí entra en juego una de las primeras novedades del juego, que son unos enemigos sintéticos conocidos como DBs (deebees). Estos androides son quienes construyen y mantienen las ciudadelas y son con quienes entablamos los primeros enfrentamientos, ya que el primer objetivo que nos plantea el juego es robar el “fabricador”: un equipo que permite construir todo tipo de recursos, ideal para nuestra aldea. Los DBs plantean una forma distinta de jugar: atacan por olas y dadas sus diversas características, están los androides que nos hacen salir de cobertura, o aquellos que gracias a su armadura y poder de fuego, nos presionan para que emprendamos retirada.



Pero no es la única amenaza del juego: después de esta primera misión, nuestro nuevo hogar es asediado por un enemigo desconocido, a quienes los protagonistas del juego denominan como Swarm, o Enjambre: unas bestias muy en el plan de los Locusts, pero que operan secuestrando humanos para usarlos como si de incubadoras se tratase. Ante este nuevo peligro y considerados como fugitivos por los COG, JD y compañía acuden al único que puede hacer frente a esto: su padre, Marcus. Así, nuestro nuevo pelotón de soldados está solos contra todos: contra los COG, que no paran de darles caza durante toda la partida, contra los swarm, de quienes deben recuperar sus amigos y familiares, y contra el mismo planeta Sera, que se retuerce desde sus entrañas, demostrando su malestar a través de numerosas inclemencias climatológicas.

Una de las facetas más interesantes del juego es la forma en la que construye la relación entre amigos y familiares, entre padres, hijos y tíos. La misión que los congrega está repleta de clichés, pero funciona porque los diálogos están construidos de forma excepcional. De manera inesperada, rescatamos un punto altísimo en el juego, que es la escritura misma, cosa que ningún otro juego de la serie logró hasta el momento. Además de los buenos guiones y actuaciones –mención especial para los doblajes en español latino, como de costumbre- el juego gana enteros sirviéndose de la narrativa a través de los entornos, en forma de propaganda, libros y una parva de coleccionables. El universo se siente más nutrido que nunca.

Siguiendo con los entornos, decir que son más protagonistas que nunca, ya que en Gears of War 4 la dinámica de la cobertura y disparos está afectada, por ejemplo, por las increíbles tormentas que no sólo entorpecen el paso, sino que afectan la trayectoria de los proyectiles y granadas; incluso podemos destruir zonas de cobertura para exponer a los enemigos y que reciban así la furia de la tormenta. O las cápsulas de incubación de los swarm: podemos utilizarlas como cobertura con el riesgo de que exploten a causa del fuego cruzado, con el potencial peligro de contener en sus adentros todo tipo de sorpresas desagradables. Las cápsulas suspendidas desde el techo cumplen la doble función de ser descolgadas para cubrirnos, o para aplastar rivales.

Estos pequeños detalles enriquecen un apartado jugable que toma todo lo bueno de la serie y lo pule hasta dejarlo brilloso como un espejo, resultando en una experiencia sumamente profunda y satisfactoria. Saltar de cobertura a cobertura entre distintos objetos y obstáculos responde mejor que nunca, al igual que el fenomenal sistema de recarga dinámica con efectos directos en las balaceras en las que nos metemos. Lo mismo ocurre con nuevas mecánicas como las de agarrar desde cubierto a un rival para dejarlo mareado y ejecutarlo: la jugabilidad sigue siendo el punto más alto de la experiencia, y sin lugar a dudas, es el juego más sólido de la serie en este apartado.



Nada de esto sería tan espectacular de no ser por la última versión del Unreal Engine con la que está construido el juego. Todo luce increíble. En Xbox One tenemos resolución full HD corriendo a 30 cuadros estables en todo momento, mientras que por el lado multijugador ofrece un desempeño de 60 cuadros por segundo sacrificando detalle, mas no espectacularidad. En PC es una bestia completamente distinta, ya que el juego soporta resoluciones de 4K nativas sin bloqueo de frames en ningún apartado, siempre y cuando nos dé el músculo para moverlo.

La mariposa que emerge del capullo ostenta una gama de colores que bien podría aplicarse a la paleta general del juego, rica por donde se la mire. Atrás quedaron los tiempos donde decir Gears of War evocaba colores grises marrones: los escenarios en Gears of War 4 son vibrantes, variados, y conbastante vegetación, puesto que, por momentos, avanzamos sobre ruinas del viejo Sera, donde la exótica flora del planeta ganó espacio por donde el hombre construyó. A través de escenarios que van desde lúgubres mansiones y museos abandonados -sólo por poner un par de ejemplos- el juego genera diversos climas desde lo visual y ambiental, apoyado en el estupendo diseño y ritmo que tienen los niveles mientras progresamos a través de la aventura.

Parte del ADN de la serie es prepararnos para diversas confrontaciones al darnos señales específicas: arenas enormes donde parapetarse y toneladas de munición. En Gears of War 4, The Coalition utiliza estos clásicos recursos para engañarnos con batallas que terminan por no celebrarse, manteniendo una tensión constante que nos agarra desprevenidos, una sensación desconocida en un juego que, en esos aspectos, siempre resultó predecible. Ni que hablar de aquellos pasajes del juego caracterizados por el silencio y la introspección, en donde explorar minuciosamente sombríos pasajes convierten a este juego de acción trepidante y visceral en una experiencia que linda con el horror. Y horror del bueno.



La historia principal de Gears of War 4 constituye un paso adelante para la serie en términos narrativos, y no es hasta que vemos caras familiares como las de Marcus que nos damos cuenta el afecto que teníamos hacia estos personajes, y lo mucho que echábamos en falta verlos. No es perfecta: posee los defectos que generalmente acarrean los juegos que son responsables de iniciar un arco argumental.En especial, deja algunas preguntas sin responder y ciertas relaciones sin desarrollar a fondo. Pero entre la jugabilidad, los gags y las formidables peleas de jefe y escenas guionadas al mejor estilo Uncharted, la experiencia resulta satisfactoria, digna de ser jugada en más de una oportunidad.

El modo multijugador también es marca registrada de la serie, y en el caso de Gears of War 4 nos encontramos con la mejor expresión de la franquicia hasta el momento. El modo Horda 3.0 está mejor que nunca con unos escenarios minuciosamente diseñados, jefes alucinantes que nos visitan cada diez rondas y nuevos aditamentos que lo tornan en un juego táctico perfecto para compartir con amigos. La experiencia está enriquecida por un nuevo sistema de progresión por cartas y packs con boosters, skins, armamento y un sinfín de opciones, incluyendo skins raras para los personajes que podemos utilizar.

Además de esto, nos encontramos con la oferta de modos competitivos más alta de la serie, con novedades como Carrera de Armas, que nos obliga a utilizar todo el armamento del juego por turnos, adaptándonos a opciones y situaciones diversas a través de la partida. El juego contiene un Season Pass con contenido pago, pero también se va a beneficiar a largo plazo de un montón de actualizaciones gratuitas, siguiendo una ruta similar a la que Microsoft tomó con otro de sus hijos pródigos, Halo 5.



Palabras Finales:Misión cumplida. The Coalition logró revivir y dotar de una vigencia indiscutible a una serie que vio sus mejores momentos hace algo más de cinco años, tomando lo mejor de sus antecesores y animándose a explorar nuevos horizontes jugables y narrativos. Es por eso que Gears of War 4 no sólo un digno sucesor, sino también un juego de vanguardia, y de los mejores exponentes del género en los últimos años. No es perfecto, pero gracias a su robusta campaña, su estupenda jugabilidad y la enorme oferta multijugador, no puede considerárselo menos que esencial.

Lo Bueno:
- Estupenda campaña principal, escritura y desarrollo de personajes
- Excelente balance entre familiaridad y nuevas mecánicas de juego
- Técnicamente impecable
- Modo multijugador gigante

Lo Malo:
- La historia plantea situaciones interesantes que no termina de explotar
- Aunque el juego se anima con nuevos enemigos, ciertos elementos se sienten calcados de juegos anteriores

Nota Final:

9

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