Análisis: Tesla vs. Lovecraft — tentáculos y frenesí twin-stick

Un twin-stick shooter donde podemos jugar con Nikola Tesla haciendo uso de armas devastadoras ¿para acabar con hordas de criaturas terroríficas salidas de la mente de Lovecraft.

Calificación:


Desarrollador: 10tons ltd.
Distribuidora: 10tons ltd.

Lanzamiento: 26 de enero de 2018
Plataforma: PC

Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por 10tons ltd.

Inventos disparatados, poderes del más allá, criaturas primigenias, tentáculos, acción, frenesí, e incluso un poderoso mecha son algunos de los elementos que componen Tesla vs. Lovecraft, la más disparatada, y quizás irracional, creación de 10tons. El estudio indie finlandés, responsable del aclamado Crimsonland o del reciente Time Recoil, nuevamente demuestra que es especialista en el arte de crear twin-stick shooters.

Tesla vs. Lovecraft es un juego particular que, justamente, se aprovecha del absurdo al enfrentar a dos figuras de culto, ofreciendo un título simple y sumamente entretenido. Dejen que les cuente la historia… y entenderán el porqué. Érase una vez, en la ficticia ciudad de Arkham, que don Tesla se encuentra presentando una nueva invención que proporcionaría energía gratuita e ilimitada a todo el mundo. Sin embargo, en el cenit del evento, es abruptamente interrumpido por la sombría figura de H.P. Lovecraft, quien le advierte que está jugando con fuerzas más allá de lo comprensible.

Tildado de loco y alborotador, el legendario escritor, autor de los mitos de Cthulhu, es detenido por las autoridades y encerrado en un sucio calabozo. No obstante, lejos de quedarse de brazos cruzados, con la ayuda del Necronomicón, Lovecraft comienza a invocar todo tipo de demonios de los planos etéreos, y con el único objetivo de detener al peculiar inventor, reduce el laboratorio de este a cenizas. A partir de entonces, nos pondremos detrás del tupido bigote de Nikola Tesla para ir en busca de venganza, eliminando a nuestro paso a cuanto horror de Eldritch encontremos.

Los hombres de ciencia sospechan algo sobre ese mundo, pero lo ignoran casi todo. Los sabios interpretan los sueños, y los dioses se ríen.
Es evidente que el argumento solo busca ser una mera excusa para tirarnos de cabeza a repartir balazos y descargas eléctricas por toda la ciudad, lo cual no es malo en absoluto. A mi modo de ver, sostener una narrativa profunda en un videojuego que se toma muy poco en serio a sí mismo, resultaría muy complicado o hasta probablemente perjudicial. Además mermaría el ritmo frenético que la acción impone, ya que cada nivel puede tomar entre dos y tres minutos en ser completado… quizás un minutito más en las batallas contra los jefes, pero nunca llega a superar los cinco.

Hablando de niveles, el titulo presenta un mapa con una treintena de puntos que representan diversas partes de la ciudad, muchas de ellas referenciando a alguna de las obras literarias de Lovecraft. Cada una de estas partes, es a su vez un escenario, un pequeño fragmento de Arkham, en los que una y otra vez tendremos que sobrevivir a ingentes oleadas de criaturas que nos seguirán incansablemente. Debido a ello, es fundamental mantenerse en constante movimiento, buscando  aprovechar cada recoveco que el nivel nos provee a nuestro favor, en pos de establecer una distancia segura entre nosotros y el enemigo.

Ahora, ¿qué sería del frenesí si no está acompañado de buenos controles y una pulida jugabilidad? Probablemente, nada. Por suerte aquí no hay que lidiar con ese tipo de problemas, ya que Tesla vs. Lovecraft se luce en ambos aspectos, pudiendo jugarse perfectamente con mouse y teclado, o joystick (alternativa que personalmente recomiendo). Como todo twin-stick shooter que se precie de tal, presenta los conceptos básicos del género (apuntar con un Stick y moverse con otro), aunque incorpora una serie de mecánicas que dotan al juego de cierta profundidad. ¡Ojo!, tampoco es que la complejidad sea pasmosa, pero… tiene lo suyo y resulta interesante.

Nuestras virtudes y nuestros defectos son inseparables, como la fuerza y la materia. Cuando se separan, el hombre no existe
Para que se entienda, al comienzo de cada misión, arrancamos con Tesla en nivel 1 y una pistola que causa muy poco daño. Esto no es problema ya que al poco de comenzar podremos reemplazarla por escopetas, ametralladoras o rifles de energía; armas de gran poder con las que podremos realizar verdaderas carnicerías. En la medida que vayamos diezmando la pantalla de enemigos, nuestro héroe ganará experiencia y subirá de nivel, lo cual nos permitirá escoger un power-up pasivo que durará hasta que completemos el escenario… o nos maten, claro. Los hay de todo tipo, como aquellos que afectan a las armas, la salud del personaje u otros que hacen que irradiemos o repelamos a los enemigos que nos alcancen. Pero eso no es todo, porque también podemos recoger habilidades activas, como la espada etérea o la bola de rayos, que aparecerán aleatoriamente en el escenario, aunque su uso está limitado a cantidades determinadas.

¿Les parece poco? Bueno, agárrense porque no son los únicos trucos que el inventor serbio tiene bajo el brazo. Como decía, los enemigos aparecen en apabullantes hordas y en un comienzo, es muy factible el vernos rodeados, lo cual se traduce en una muerte prácticamente instantánea. Para soliviar estos inconvenientes es que existe el Quantum Teleport, una especie de “dash” con el que podremos atravesar no solo las filas de monstruos, sino también paredes, rejas o precipicios… Interesante, ¿No?... Puede ser… Aunque nada supera al Mech. Pilotear esta imponente mole de metal, requiere de recoger las cinco partes que la componen. Toma trabajo, sí; pero una vez que logramos activarlo, no solo nos volvemos invulnerables por unos segundos, sino que también nos convertimos literalmente en una eficaz máquina de destrucción masiva.

Además, entre misión y misión, seremos recompensados con cristales de éter, moneda de cambio del juego, que obtendremos al cumplir con ciertos objetivos. Gracias a estos preciados objetos seremos capaces de adquirir mejoras permanentes para Tesla. En total hay unas diez para elegir, las que en su mayoría, son susceptibles de ser mejoradas.

Lamentablemente, pese a todo lo bonito que tiene el videojuego, un análisis no estaría completo de no mencionar aquellos detalles que no terminan de cerrar. No es que haya demasiado que reprocharle, pero considero que una mayor variedad de enemigos no hubiera sentado mal. Me refiero a que, los modelos son bonitos y están bien animados, pero más pronto que tarde, comienzan a repetirse, dado que solo enfrentamos a los mismos ocho tipos de criaturas nivel tras nivel.

No hay emoción más intensa para un inventor que ver una de sus creaciones funcionando
Los jefes tampoco están bien aprovechados. Tan sólo son versiones más grandes y poderosas de los enemigos comunes… Sinceramente esperaba algo diferente, como por ejemplo, enfrentar a alguno de los dioses primigenios de la mitología lovecrafriana ¡Y, sí! Pensarán que las deidades como Cthulhu, Yig o Hast... quiero decir “Aquel que no puede ser nombrado”, son inmortales. Sin embargo, con algo más de empeño podrían haber ideado algún tipo de mecánica especial para derrotarlos, convirtiendo estas batallas en contiendas épicas.

Finalmente, lo último que puedo criticar es lo reiterativo que se torna a medida que avanzamos. Por un lado, porque no existe ningún tipo de objetivo alternativo que no consista en matar, matar y matar… aunque bueno, principal tampoco. Por el otro, a que muchos escenarios se reciclan, dando la sensación de que a esa pantalla “ya la jugamos”… Para colmo de males, una vez finalizados los treinta niveles, se habilitan treinta más correspondientes al plano Etéreo, para una vez concluido este, ganar el acceso a otra treintena del plano Eldritch ¿La diferencia? Ninguna, salvo por el abrupto incremento en el nivel de dificultad.

Para terminar, solo queda hablar de los aspectos técnicos. Tesla vs. Lovecraft hace uso de un aspecto visual de corte cartoon que le sienta muy bien. Por contraparte, es una pena que sea el propio estilo artístico el que haga que los “horrores indescriptibles” no infundan miedo o temor por verse demasiado… lindos. Igualmente he de reconocer que es vistoso y se nota un excelente trabajo de optimización por parte de 10Tons puesto que los tiempos de carga son breves. En cuanto a la banda sonora, las melodías son geniales, acompañando perfectamente la velocidad con que la acción se lleva a cabo. Mención especial para la rola que suena al activar el Mech ¡Exquisita!

¡Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!
Palabras Finales:
Tesla vs. Lovecraft parte de una premisa absurda, para ofrecer una propuesta tan divertida como disfrutable. Es un juego que cimienta los pilares de la velocidad, la acción y el frenetismo, encima de una sólida base constituida por un pulido control y una jugabilidad suficientemente profunda e interesante. Tiene sus pegas, claro, pero no por eso lo convierten en un mal juego, sino en un título ideal para disfrutar en esos ratos libres, mientras debatimos a que otra gran producción le vamos a dedicar cientos de horas de nuestras vidas. Mi consejo es que no se empachen, que lo degusten de a bocados… Tipo snack, igualito a esos que se comen en la picada, mientras esperamos el plato principal.

Lo bueno: 
- Tesla y Lovecraft, dos figuras de culto en un mismo videojuego.
- Frenético, rápido, divertido.
- Las mecánicas de progresión.
- Apartado sonoro de muy buen nivel.
- Destruir enemigos a bordo del Mech.

Lo malo: 
- Poca variedad de enemigos.
- Los jefes y los enfrentamientos contra estos podrían haber estado un poco más trabajados.
- A medida que avanzamos se vuelve repetitivo.

Nota Final:

8
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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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