Análisis: The Complex — Una película interactiva que se queda muy corta

The Complex es un thriller de ciencia ficción interactivo, estilo FMV, que insta a los jugadores a elegir su propia aventura en un juego con hasta ocho finales diferentes.

Calificación:


Desarrollador: Wales Interactive
Distribuidora: Wales Interactive
Lanzamiento: 31 de marzo de 2020
Plataforma: PC, PS4, Xbox One, Switch


Análisis basado en una copia digital para PS4 facilitada por Wales Interactive

Cuando tenía doce años no tuve mejor idea de pedir una Sega CD para navidad, incluso acepté no irme de viaje de egresados de la primaria para solventar el gasto. La contrapartida era que conseguir juegos de Sega-CD acá era un parto. Siempre podía jugar a los de Mega Drive, pero tenía ahí adelante mío el futuro y quería tratar de aprovecharlo al máximo. Conseguir cada juego era un dineral, porque lo traían importado. Y encima era una lotería, porque acá las revistas de videojuegos no le daban mucha bola a la Sega CD, por lo que era raro que reseñen un juego de dicha consola, generalmente hacían una nota corta con dos o tres imágenes y ya, que el resto lo haga tu imaginación.

Por eso, cada vez que conseguía un juego, lo fulminaba. Jugaba cientos de veces y trataba de descubrir todos los secretos. Es así cómo me enamoré de los FMVs. Prometía ser la próxima generación de juegos, pero en realidad era poco más que una película interactiva. Digo “poco más” porque hubo varios que le dieron a los FMVs el mejor uso posible, metiendo escenas grabadas e interacciones con los escenarios, generando infinitas posibilidades. Juegos como Phantasmagoria, The 7th Guest, X-Files y Death Trap supieron sacarle todo el jugo a este estilo y crear una fanbase que hasta el día de hoy sigue al pie del cañón, esperando el próximo FMV que le devuelva la gloria al género.


A la hora de hacer un buen FMV, lo más importante es la historia, casi empatando con el Gameplay y las actuaciones. Pero en sí, estas tres instancias están continuamente entrelazadas y siempre complementándose. Nos quedamos enganchados con los FMVs porque queremos ver qué ridiculez pasa después, pero para cuando llegamos al final estamos totalmente comprometidos, enamorados de los personajes, el mundo y el gameplay.

Y esto pasa porque en los FMVs no sólo tenemos que tomar decisiones, sino que interactuando con todo lo que encontremos, podremos develar escenas secretas, finales escondidos o ítems que más tarde servirán para destrabar una o ambas. El gameplay puede ser tan simple como un point n’ click, pero al activar una animación cada vez que interactuamos con algo, las posibilidades se multiplican, y la curiosidad nos lleva a tocar todo mil veces.

Phantasmagoria 2 fue uno de los que más me marcó, con un easter egg simple pero efectivo. En tu habitación tenías un espejo, y cada vez que interactuabas con él pasaba algo semi gracioso: El personaje haciendo caras o ruidos, peinándose, mirándose con detenimiento y diciendo algún comentario ingenioso, etc. El tema es que esta diversidad te llevaba a tocar el espejo cada vez que podías, hasta que en una de esas todo empezaba a enturbiarse. A veces la imagen del espejo nos pedía que matemos gente, o veíamos flashes de gente siendo torturada o asesinada y así, hasta que en un momento finalmente una mano sale del espejo y nos mata, demostrándonos que la curiosidad mató al gato. Este tipo de genialidades es la que alimenta nuestras ganas de explorar el juego y, además, cada interacción le va dando personalidad al personaje que manejamos o a los personajes con los cuales el principal se relaciona.


Es esta promesa de jugar a algo que nos entretenga y asombre, pero que a la vez nos haga reír por lo irreal de las actuaciones y la historia, lo que nos mantiene expectantes del próximo gran FMV, algo que con la tecnología actual debería ser un paseo en el parque.

Bueno, The Complex no es el caso. De hecho, es casi un ensayo de lo que no se debe hacer a la hora de crear un FMV Video Game. El principal error es tratar a este género como una “película interactiva”, cuando hay mucho más para explorar. En “The Complex” tomamos el rol de Amy Tenant, una doctora que está desarrollando una especie de cura mágica con “nanocells” junto a una farmacéutica que en ningún momento oculta su malicia ni su doble moral.

La “historia” se desarrolla durante un período de tiempo incierto, ya que las transiciones no son claras, no tenemos luz natural ni relojes en el fondo para deducirlo nosotros y nunca siquiera se cita la época en la que esto sucede. La tecnología un poco irrisoria puede sugerir un presente con tecnología secreta, oculta de las masas, o un futuro cercano, pero nunca es claro. Y eso es lo que The Complex es, una experiencia que no se sabe dar a entender y que tampoco procura hacerlo mucho. No se nota esfuerzo por el guión, la dirección, la puesta en escena ni la actuación, todo parece hecho de mala gana y con un cronogragama ajustadísimo.


Durante la historia, The Complex nos quiere hacer creer que tiene relación con otros personajes y que deberíamos preocuparnos por ellos, pero nunca pasa nada como para que nos interesen. Son todos unidimensionales, o bidimensionales en los mejores casos. Los dos protagonistas son los que más tratan de parecer humanos, pero después son todos de cartón, lo que ves es lo que es. Nadie te sorprende con un cambio de actitud, un remordimiento o siquiera una disculpa. La música es extremadamente genérica y podría no estar sinceramente.

Quise estirar todo esto lo más posible para que entiendan bien lo que es un FMV y cómo muestra profundidad a pesar de ser algo tan limitado en papel. Para contar una historia interactiva también hay que darle un poco de libertad al usuario. Juegos como Heavy Rain, Detroit Become Human o los títulos de Telltale permiten que exploremos un poco más el mundo y sus personajes. Con detalles como poder analizar objetos o tomar decisiones que no avancen en la historia, el juego nos permite explorar la psiquis del principal y saber qué opina de lo que está sucediendo.

Pero si nos quitan esa libertad y sólo tenemos que esperar que avance la historia hasta el próximo punto de decisión, la experiencia va a ser unidimensional. Y eso se exacerba más aún si los personajes no ayudan a darle identidad al mundo ni a ellos mismos.


Lo que The Complex hace es darte la batuta una vez cada diez minutos para que elijas si querés callarte la boca o discutir, excepto algunas veces donde podemos elegir entre tres o cuatro opciones, aunque esto no sucede muy seguido y de igual manera todas las decisiones son confusas.

Confusas porque leyendo la opción rara vez recibimos lo que suponemos, muchas veces The Complex nos penaliza con la muerte de un personaje por no pensar con la lógica del juego. Y sí, durante la historia se pueden morir todos los personajes que nos acompañan, pero también podemos salvar a varios de ellos. Imagínense lo bueno que sería esto si nos importase un comino, pero lamentablemente, no lo hace.

Como establecimos antes, los personajes son tan básicos que no nos importa lo que les pase. En general todos son egoístas pero al final el juego quiere ponerles a todos un manto de piedad, tratando de darle justificaciones a cada uno por sus malas acciones. Obviamente que termina siendo un desastre, queriendo abordar un tema tan amplio y delicado como la moral del bien mayor en un juego tan corto y con tan poca profundidad.


Palabras Finales:
Ocho finales diferentes, la posibilidad de que se te mueran todos y la capacidad de caerle bien a todo el mundo es todo lo que The Complex ofrece. Y la verdad que es un desastre, porque es todo tan superficial que casi se siente como una estafa. Nuestras decisiones usualmente nos llevan a las mismas instancias y casi que lo único que cambia es el final, pero en cualquier momento podemos volver a tratar bien a un personaje que basureamos durante toda la partida y eso le quita credibilidad, autoridad y profundidad.

Sinceramente, me disculpo por el tono personal de la nota, pero es cuando toca cerca de casa que uno debe hacerse oír y decirles que no pueden jugar con la nostalgia para hacerse un billetín. Sobre todo cuando esa nostalgia tiene una fanbase que la defiende a muerte. Así que Wales Interactive, que esto sea una lección. Por favor sigan explorando este género porque tiene mucho para ofrecer y siento que quizá algún día lo entiendan, pero por ahora este título es un rotundo fracaso.

Lo bueno:
- Aunque que no lo haga bien, mantiene viva la llama de los FMVs

Lo malo:
- El guión
- Las actuaciones
- Lo superficial del gameplay
- La dirección
- La música
- Lo vago que es y lo poco que intenta
-  Muy corto
- Todo lo demás

Nota Final:

3.5
Malo
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ESCRITO POR Rodrigo Scarlata

Amante del terror en todos sus medios y aspirante a artista marcial. Ama a Hokuto no Ken casi tanto como a sus gatos.

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