Desarrollador: Remedy Enterntainment
Distribuidora: Microsoft
Lanzamiento: 5 de abril de 2016
Plataforma: Windows, Xbox One
Análisis basado en una copia digital del juego para Steam y Windows 10 Store, facilitada por el equipo de Microsoft
En "¿Ya jugaste a...?" recomendamos juegos de horror no tan recientes pero que vale la pena que descubras.
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Quantum Break es un
juego que hace tan bien y tan mal lo de siempre dentro de lo que es Remedy
Entertainment como desarrolladora.
En
este nuevo título de los creadores de Max Payne –los primeros dos– y Alan Wake,
usamos a Jack Joyce, un hombre interpretado por Shawn Ashmore (X-Men) que se ve
envuelto en una trama repleta de acción bien digna de una película pochoclera.
Lo cual no es una objeción de mi parte ni nada del todo símil, sino una
observación. Verán, lo que le ocurre a Jack es que tiene un amigo, Paul Serene,
interpretado por Aiden Gillen (Game of Thrones), que se le ocurre activar una
máquina del tiempo que, naturalmente, termina generando más problemas que beneficios.
De modo que, la premisa del título, es que el tiempo está llegando a su fin y
nosotros, imbuidos con poderes que nos permiten manipular aunque levemente el
tiempo, debemos detenerlo. Como dije, tanto el punto de ataque como el
desarrollo de los acontecimientos son muy propios de una película de acción,
pero eso no le resta fuerzas a un guión de un ritmo muy atrapante, plagado de
personajes muy bien escritos, llenos de matices y contradicciones, además de
estar encarnados por actores de un notable despliegue.
El
argumento de Quantum Break se desarrolla a través de cinco actos, cada uno
parcelado en partes –suelen variar entre dos y cuatro–; estos consisten
exclusivamente en avanzar hacia adelante disparando a todo lo que se nos cruce.
Estamos ante un título sumamente lineal, cuya capacidad para explorar se resume
en hallar algún hueco u otro en donde encontraremos puntos de experiencia para
ampliar las habilidades de nuestro protagonista. Olvídense del stealth/sigilo,
no existe esa cualidad acá. Cuando no estamos acribillando a los enemigos,
estamos o resolviendo algún puzzle sencillito –mayormente con la intervención
de nuestros poderes– o leyendo; el entorno está colmado de notas para leer. En
serio, colmado, hago énfasis en eso. Siempre que no estemos en alguna secuencia
de acción, nos veremos rodeados de notas y notas para leer, en un recurso tan
utilizado a lo largo de la aventura que logra volverse tedioso. Además porque
el contenido de muchas de estas notas a veces hasta se antoja superfluo y hasta
poco verosímil, en el sentido que uno se pregunta “¿En serio, quién dejó esto
acá?” Más allá de eso, hay notas interesantes –unas muy divertidas acerca de un
supuesto “guión de cine” que me sacó muchas risas– y otros elementos como
radios y TVs. Se tratan de los elementos narrativos convencionales, no sólo
dentro del mundillo de los vídeos juegos, sino que también dentro del
repertorio de Remedy, pero me cuesta no pensar que quizá se les fue un poco de
la mano en esta oportunidad. Aunque quizá estas instancias resultan tan
tediosas porque incluso las partes de acción terminan resultando así;
básicamente, a nivel gameplay/jugabilidad, Quantum Break es repetitivo y hasta
poco creativo, si bien tiene algunas ideas atractivas medias colgadas por acá y
por allá.
Es
que nadie va a negar su portento audiovisual. A nivel gráfico el juego es un
lujo, con un detallado facial tremendo que representa casi a la perfección las
cualidades de los respectivos rostros de cada actor. Las texturas, en especial,
son magistrales, todas luciendo con una amplia gama de detalle a tal punto que
podemos leer hasta los más mínimos textos en los distintos carteles que
atravesaremos a lo largo de la aventura. Con todo esto, al usar los distintos
poderes de Jack estaremos casi ante un delirio audiovisual: ondas expansivas
que petrifican a nuestros personajes por una determinada cantidad de tiempo;
otras ondas que nos funcionarán como escudo ante los disparos de los enemigos;
capacidad de teletransportarse de un punto al otro o incluso detener el tiempo
por unos segundos, entre otras no muchas habilidades que resultan muy
entretenidas, hasta que inexorablemente se tornan repetitivas y agotan su
sentido novedoso.
A
nivel sonoro tampoco se queda atrás, con un soundtrack tan cuidado como suele
ser por parte de Remedy, especialmente destacándose, obviamente, en la
actuación de voz y en la musicalización compuesta por Petri Alanko nuevamente.
Además, entre acto y acto siempre suena alguna canción de distintas bandas, sea
Royal Blood, Paramore, entre otras. Mención aparte para Poets of the Fall que
esta vez, lamentablemente, se encuentra ausente, aunque Sam Lake manifestó que
la intención era poner The Labyrinth, de su último CD, pero por distintas
cuestiones no se concretó.
Pero
si algo hay que destacar en Quantum Break es su serie. En Live Action, sí;
entre acto y acto, hay un capítulo de hasta veintidós minutos que nos muestran
el desarrollo del argumento a partir del punto de vista de otro personaje. La verdad sorprende gratamente el
realizado de estos capítulos, con un presupuesto notorio que se permite el
costo de algunos efectos especiales del todo aceptables y con una dirección y edición
que tranquilamente iguala la calidad de muchas otras series. El frenetismo
desplegado entre sus planos de poca duración y cortes rápidos dotan a los
capítulos de una velocidad a veces hasta trepidante, todo imbuido con una
fotografía mayormente poblada por colores cálidos. Y, nuevamente, el guión, con
un ritmo muy marcado y con giros de
tuerca, llevando a cabo una serie que se acopla por completo al desarrollo de
los acontecimientos dentro del juego. Los mismos desarrolladores dijeron que
era no resultaba perentorio el visionado de los capítulos, pero yo
personalmente se los recomiendo absolutamente, ya que creo que es uno de los
fuertes del vídeo juego y hasta de lo más novedoso que hace, dado que nunca se
le dio tanto énfasis a esta técnica anteriormente –si bien Alan Wake, por
ejemplo, tuvo una miniserie a modo de precuela, por ejemplo–. Me tomo las
líneas también de traer a flote el hecho de que estos capítulos no se descargan
en la versión de PC, sino que se miran vía streaming,
de modo que es hasta vital tener una buena conexión de internet. De todos
modos, al menos yo, no pude verlos por ese medio, ya que se crasheaba el juego
en todas las oportunidades; si les sucede lo mismo, es tan sólo cosa de ir a
youtube y listo. Aunque fíjense, ya que anterior a cada capítulo siempre se nos
otorga una decisión a tomar, lo cual suele cambiar un elemento o dos de
dichosos capítulos, así que vean el capítulo acorde a la decisión que tomaron.
Como
mencioné en la anterior sección, el juego te obliga a tomar decisiones al final
de cada acto; pero no se ilusionen, que estas apenas sí repercuten en el
desarrollo de los eventos: a nivel gameplay, cero, y en la serie poco y nada.
Para
los fanáticos de Alan Wake, el juego está repleto de easter eggs al respecto,
desde una mujer jugándolo en su computadora hasta posters que claman sobre una
banda de rock que hace tributo a los “Old Gods of Asgard”, entre otros detalles
que van a hacer sonreír a más de a uno. De Max Payne no se ve tanto, aunque sí
hay algún que otro.
El
sistema de checkpoints no es muy misericordioso, otra constante en Remedy, por
lo tanto procuren no morir mucho. Especialmente durante la pelea final del
juego, que seguro va a hacer enojar a más de uno por su diseño.
El
sistema de coberturas está muy mal implementado; es del tipo “moderno” que
funciona automáticamente. Es decir, el personaje se agacha solo y solamente
cada vez que pasemos cerca de alguna caja o similares objetos de media altura,
lo cual resulta incómodo y hasta poco práctico a la hora de evadir disparos
enemigos.
Podría
ocurrir que compren el juego y no les abra o, por alguna otra razón, que nos le
funcione. A mí me pasó y lo solucioné bajando todas las actualizaciones de
Windows que tenía pendiente. Prueben eso, sino busquen en foros ya que hay
mucha gente con este problema y de alguna u otra forma lograron resolverlo.
Creo
que nunca vi un juego haciendo tanto “product placement” como este lo hace con
Nissan.
Y
por último, la aventura dura entre ocho y trece horas –dependiendo si ven la
serie y se toman el trabajo de leer todas las notas, etc– y una vez finalizada
la aventura ya no queda mucho incentivo para jugarlo. Hay coleccionables, sí
–las notas, radios, TVs, puntos de experiencia y otras pocas cosas– pero no
mucho más.
Lo bueno:
- Guión atrapante llevado con gran ritmo.
- Audiovisualmente portentoso.
- Trae una serie live action incluida, un lujo.
Lo malo:
- Gameplay repetitivo.
- Gasta el recurso narrativo de usar notas, etc. para contarnos parte de la historia.
Nota Final:
7.5
7.5

Escritor en ratos libres. Gamer por la noche. Cineasta en el futuro.
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