Análisis: Redeemer — solo con violencia no alcanza

Redeemer es un beat 'em up de acción pura y dura, con grandes dosis de violencia y sangre, que nos pone al control de Vasily, un exagente especial que ahora busca redención.

Calificación:


Desarrollador: Sobaka Studio
Distribuidora: Gambitious Digital
Lanzamiento: 1 de Agosto de 2017
Plataforma: PC

Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por Gambitious Digital


Violencia ¿Qué sería de los videojuegos sin ella? Existen juegos como Mortal Kombat o God of War, que hacen un uso de la sangre y el gore cada vez mayor, debido a que esto es un “sello distintivo” de la franquicia. Creo que a estas alturas nadie en su sano juicio concibe la idea de que alguno de estos títulos esté huérfanos de vísceras y hectolitros de sangre.

Sin embargo, cierto es que muchos títulos no hacen uso de dicho recurso para llamar la atención, puesto que apuntan a atraer a los jugadores con narrativas más profundas o mecánicas novedosas. Pero… ¿Qué sucede cuando llega al mercado un juego que no tiene una historia tan buena o que no posee mecánicas novedosas? ¿Cómo captar las miradas del público? Fácil: Con violencia.

Al ver el primer tráiler de Redeemer, no llegué a comprender bien de que iba el asunto. Fue algo así como ¿WTF? Se veía a un tipo pelado, muy parecido a Kratos, vestido como si fuera un monje similar a los vistos en Diablo III, pero que usaba armas de fuego… y sangre, mucha sangre por todas partes. En el video promocional se veían violentas ejecuciones haciendo uso del entorno, que daban como resultado una hermosa lluvia rojo carmesí… Indudablemente, eso fue motivo suficiente para llamar mi atención… Sin embargo, al tener el videojuego en mi poder y dedicarle varias horas, note que toda esa espectacularidad ha quedado bastante diluida…

Vasily hace uso de su fuerza bruta sin igual para destruir a sus enemigos.
Redeemer, el desarrollo del estudio indie Sobaka, nos relata la historia de Vasily, un ex agente de élite, que trabajara para una corporación armamentística realizando ciertos trabajillos de esos que dejan las manos sucias. Intentando dejar atrás su violento pasado, se interna en un remoto monasterio budista, en busca de su redención -de ahí el título del juego-. El problema se presenta, cuando un numeroso grupo de mercenarios, asalta el templo en busca de nuestro protagonista con el fin de asesinarlo. Además, para sumarle algo de tragedia al asunto, en el proceso matan y secuestran a los pobres monjes, algo que sin duda enfurece aún más a nuestro genérico antihéroe.

No hay mucho más para contar acerca del argumento, mera excusa para repartir golpes a todo lo que se mueva. La campaña se compone de 16 misiones que nos llevan a recorrer tres locaciones: el monasterio, un laboratorio clandestino y una especie de instalación militar. Cada vez que cambiemos de ambiente, seremos testigos de una cinemática (que en realidad es una sucesión de dibujos tipo comic) que ofician de nexo entre los distintos lugares.


Una vez metido en el juego propiamente dicho, encontré que Redeemer es una especie de simbiosis entre un Beat´em Up y un Twin-Stick Shooter. Además, hace uso de una cámara con vista cenital, lo que en primera instancia, a golpe de vista, me remitió un poco a Hot Line Miami, pero sin el encanto que posee dicho videojuego.

Los primeros niveles se desarrollan en el monasterio. Allí tomamos el control de Vasily quien tendrá que hacer uso de sus habilidades para superar cada escenario. El sistema de combate es bastante básico y no presenta demasiada profundidad: tenemos un botón para golpes de puño, otro para patadas y un tercero para realizar la voltereta al mejor estilo Dark Souls. Los más interesante e innovador en este aspecto es poder desarmar a nuestros enemigos cual Jackie Chang, mecánica que en más de una ocasión me salvó la vida.

Sangre, sangre y mas sangre por todas partes.
También existe la posibilidad de usar el sigilo e intentar acercarnos por la espalda de algún soldado distraído y despacharlo instantáneamente… aunque esta mecánica no está muy bien implementada, resultando útil en contadas situaciones. Por último, como generalmente los enemigos atacan en masa, podemos realizar un contra-ataque. El tema con esto es que no se requiere de un timing y la mayoría de las veces en que me veía rodeado o enfrentaba a algún enemigo complicado, me la pase machacando el botón asignado hasta que conseguía el efecto esperado.

Lo más divertido en cuanto al combate, son dos puntos: primero, la variedad de armas disponibles. Las hay del tipo meleé (hachas, mazos, cuchillos, bastones, etc.), de fuego (escopetas, pistolas, ametralladoras e incluso armas experimentales) y objetos contundentes (sillas, barriles explosivos, etc.), todas con efectos realmente devastadores. Créanme que es muy satisfactorio disparar una escopeta a bocajarro y ver como salen –literalmente- volando nuestros enemigos dejando un reguero de sangre a su paso.

En segunda instancia, las ejecuciones, que pueden ser con elementos del entorno tales como sierras eléctricas, hornos de fundición o ventiladores industriales, entre otros tantos. Cada vez que logramos eliminar a un enemigo haciendo uso de ellos, la cámara se sitúa más cerca de la acción y somos testigos de un hermoso festín gore. Por otra parte, también podemos ejecutar enemigos con armas meleé o con nuestros puños cuando la salud de estos llegue a X nivel.

Me da la sensación de que hay alguien que es aun mas sigiloso... y que para peor, esta armado.

Lo bueno de esto, es que el juego nos incentiva a hacer uso de las ejecuciones debido a que es la única forma que existe de recuperar salud. Lo malo, es que al cabo de dos o tres niveles, comienza a volverse repetitivo y poco variado. Es decir, las animaciones se repiten en forma constante y cansa…

Continuando con el desarrollo de la historia, la segunda parte de Redeemer nos lleva a visitar una especie de laboratorio clandestino. Aquí es donde el juego, para mi gusto, comienza a caer en picado ¿Qué porque? Simple, el cambio de ambientación. Para que se entienda, pasamos de un monasterio budista con bonitos paisajes a escenarios cerrados, pasilleros y demasiado genéricos, sin prácticamente incentivo a la exploración. Todo se resume de ir al punto A al B peleando contra una especie de mutantes… o experimentos fallidos según prefieran llamarlos.

Sinceramente, esto no le hace bien a un juego que desde su protagonista, viene pecando de genérico. Y la verdad es que en el último tramo de la aventura esta situación no cambia en absoluto, puesto que los escenarios mantienen una estética similar, aunque presentando una mayor variedad de enemigos. Eventualmente también tendremos que pelear contra los populares jefes de nivel, aunque son poco desafiantes, carentes de personalidad y fáciles de derrotar.

¡Toma ya mequetrefe! Un buen correctivo nunca falla.

Terminar el modo historia me llevo unas cinco horas de juego, y lamentablemente, una vez concluida no hay mucho incentivo para volver a jugarla. Lo único que aporta algo de rejugabilidad al título es el clásico modo Survival, que consiste en enfrentar a interminables oleadas de enemigos durante el mayor tiempo posible.

Podría mencionar algo acerca de los aspectos técnicos del título. En referencia al apartado gráfico, salvo por los primeros escenarios, que presentan un buen nivel de detalle y diseño, no hay nada que merezca la pena ser destacado. En cuanto al sonido, las melodías están bien, acompañan la acción y ya. Los efectos de sonido cumplen y el voice acting que oímos durante las cinemáticas es acorde.

Para concluir, solo me gustaría agregar que pese a que Redeemer no sobresale en prácticamente ningún aspecto, es divertido de jugar. Las ejecuciones y la violencia desmedida sin lugar a dudas que cumplieron con el cometido de llamar la atención. Pero nada más, puesto que dicho concepto en sí no le aporta algo distintivo al juego, sino a la difusión de este. De todos modos esto no cambia el hecho de que faltó, quizá, algo más de profundidad. Por ejemplo, Sobaka había mencionado un sistema de skills en cuanto anuncio el juego, pero este brilla por su ausencia y la verdad es que a mi entender, le hubiera sentado bien, como para brindar algo más de variedad. En fin, lo hecho, hecho está.

Ya quiero ver ver como te sacas mi zapatilla del c**o

Palabras Finales:
Pese a todas las flaquezas que presenta, Redeemer es un videojuego que durante un puñado de horas resulta divertido. Lamentablemente, como dijera al principio del análisis, toda su espectacularidad comienza a diluirse de a poco, hasta volverse monótono. Con violencia solamente no alcanza y Sobaka apostó por la sangre, olvidando que un videojuego se construye de más elementos. Mi humilde consejo es que si deciden darle una oportunidad, esperen hasta que esté de oferta.

Lo bueno: 
-Un Beat´em Up sangriento.
-La variedad de armas y sus efectos que resultan satisfactorios.
-Espectaculares, violentas y sangrientas ejecuciones.

Lo malo:
-Personaje, historia y diseño de niveles bastante genérico.
-Escasa rejugabilidad.
-Con el paso de las horas, la espectacularidad se diluye.
-La sangre y la violencia no siempre son la respuesta a todo.

Nota Final:

5.5
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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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