Lanzamiento: Primer trimestre de 2018
Plataforma: PC
Impresiones basadas en la demo del juego presente en Brasil Game Show.
“¿Cómo haces para dormir por las
noches luego de jugar esto?” Fue lo primero que le pregunté a Karol
Zajaczkowski, uno de los principales responsables de Frospunk,
la nueva producción de 11 Bit Studios. Karol, Amablemente respondió: “Los tiempos
desesperados requieren de medidas extremas”… Y vaya que puede llegar a ser
extremo todo lo que este juego nos incita a hacer…
Frostpunk es como la
evolución de This War of Mine, solo que aquí no nos limitamos a controlar a
tres o cuatro personas para ayudarlas a sobrevivir, sino que decidimos y
velamos por el destino de cientos. Es un videojuego donde la moralidad es puesta
a prueba en forma constante, en base a decisiones que se mueven por esa zona
gris de la moralidad. Nada de lo que hagamos aquí puede llegar a definirnos como
“buenos o malos” puesto que, ¿quién puede juzgar si nuestro accionar fue
correcto o no, cuando muchas vidas dependen de ello?
Pero… ¿De qué va el juego? Sus
creadores lo definen como una especie de “City Survival”… y por mi parte puedo
decir que es la acepción más correcta. El título se cimenta en la
supervivencia pero en un entorno sumamente hostil que no tendrá piedad con
nadie. Aquí cada minuto cuenta, cada decisión tomada acarrea consecuencias y la
pasividad es castigada duramente. Es evidente que no estamos ante un videojuego
pasatista, de esos que le podemos dedicar unos minutos al día. Frostpunk
nos invita a sumergirnos en su mundo por horas, a pensar y ser conscientes de
que, sea como sea, la ciudad debe sobrevivir.
El título nos traslada a un
futuro distópico donde la tierra se encuentra completamente bajo nieve y
sometida a temperaturas extremas. Los pocos supervivientes que se aferran a la
vida se nuclean en pequeñas ciudades construidas en torno a unos generadores, que
son, ni más ni menos, la única fuente de calor existente. Es interesante la ambientación
que 11
Bit ha escogido, debido a se basa en una sociedad del siglo XIX que se
ha visto obligada a desarrollar tecnologías “futuristas” para asegurar su
porvenir.
Al comenzar a jugar, nos
encontramos con un enorme cráter, y justo en el centro de este se encuentra la
ciudad que tendremos que liderar. La primer tarea a cumplir será la de hacer
acopiar carbón, que servirá para poner en funcionamiento el generador, corazón de
la comuna, cuyo calor dará cobijo a los pobladores. También tendremos que hacer
acopio de madera e hierro, recursos que serán de suma utilidad para construir y
expandir nuestro asentamiento.
Hasta ahí todo bien, normal…
Sin embargo, conforme pasan las horas, minutos y segundo (dentro del juego, claro)
los pobladores comenzarán a presentar sus demandas: Vivienda, mejores
condiciones laborales, alimentos, medicinas, etc. Ahí, es donde todo comienza a
volverse realmente complejo, puesto que las decisiones comienzan a manifestarse
y dejar contento a todo el mundo es literalmente imposible.
El tema pasa por el lado de
que hacer crecer la ciudad demanda mucho trabajo a sus pobladores, y seremos
nosotros, en nuestro rol de líder, quienes tendremos que decidir que tanto o
que tan poco estamos dispuestos a sacrificar por ello… entonces, cuando mayor
mano de obra sea requerida, ¿tendremos el suficiente temple para aprobar una ley
que obligue a trabajar a los niños? De más está decir que esta medida
incrementará nuestra fuerza de trabajo, pero, por contrapartida también habrá consecuencias…
Para empezar, la moral se irá a pique. Por otra parte los accidentes de trabajo tenderán a multiplicarse, lo que provocará que nuevas medidas deban ser aprobadas: Hospitales para atender
a los heridos, comedores que sirvan mejores alimentos, mayor comodidad laboral
y un sinfín de cuestiones que nos obligaran a tomar más y más decisiones. El
problema es que conforme pasa el tiempo, nos veremos inmiscuidos en una vorágine
que demandará que estemos atentos a todo lo que acontece. No podemos dejar nada
al azar, porque de ser así, nuestros días en el liderazgo estarán contados…
En lo que fue mi experiencia,
cada elección que tomaba, cada ley que aprobaba me hacía sentir como un
dictador. Promoví el trabajo infantil, las jornadas laborales de prácticamente 24
hs., hice pasar hambre a la población para luego alimentarla con los cuerpos de
los caídos, prometí cosas que nunca cumplí y deje a muchos morir a causa de
enfermedades… Sin embargo, todo lo que hice fue en pos de un bien mayor, o al
menos esa fue mi intención.
Aquí no hay bien o mal, no hay
una brújula moral que lo dictamine, aunque me quedo con la frase expuesta por
el creador del juego que fue algo así como “se puede aprender mucho de una
persona con este tipo de videojuegos”. Que se entienda que nadie nos va a
juzgar por cómo obremos, eso quedará en nuestra conciencia y dependerá de la empatía
que desarrollemos con los pixeles que veamos en pantalla. Frostpunk es un juego difícil,
pero no del estilo Dark Souls, sino porque nos hace posturas, y en base
a eso la esperanza de los pobladores, de sobrevivir un día más, irá variando, lo
mismo que su conformidad o descontento.
Otra de las cuestiones que habrá
que tener en cuenta es la exploración del mundo, puesto que será imperioso
buscar nuevas fuentes de recursos cuando las más cercanas se agoten. Para ello habrá
que enviar exploradores a las cercanías que no solo podrán encontrar madera o carbón,
sino también colonos dispuestos a unirse a nuestra comunidad. Imaginen que esto
implica también decidir y analizar los riesgos, ya que más personas en la
ciudad significa más bocas que alimentar.
Como ya hemos anticipado, aún
falta para que Frostpunk salga al mercado. Sin embargo se nota que el juego está
muy avanzado, por no decir prácticamente terminado. Gráficamente luce muy
detallado, presentando una ambientación post-apocalíptica muy bien lograda y
detallada. Las estructuras y el modo en que todo se va edificando derredor del
generador remite en cierto modo a las ciudades que supimos ver en filmes como Mad
Max, aunque bajo nieve, claro está.
Todo
el trasfondo nos lo contaron los desarrolladores, pero en su versión final, el título presentará un modo historia que, de acuerdo a nuestro accionar, concluirá en distintos
finales. Otro detalle es que, hasta donde pudimos saber, no se incluirán conflictos
bélicos como en los RTS
convencionales, puesto que 11 Bit pretende enfocar la
jugabilidad plenamente en la toma de decisiones y sus consecuencias morales. Para
terminar, solo puedo decir que haber disfrutado de tan solo una parte de lo que
Frostpunk
tiene para ofrecer en compañía de sus creadores fue uno de los pequeños
grandes placeres que nos dejó Brasil Game Show 2017.
Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.
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