Análisis: Slay the Princess, terror psicológico y mucho corazón

Slay the Princess es un juego estilo novela visual y aventura narrativa de terror que toma el concepto de "damisela en apuros" y lo lleva al terror psicológico. Desarrollado por Black Tabby Games para PC.
Calificación:
Desarrollador: Black Tabby Games
Distribuidora: Black Tabby Games
Lanzamiento: 23 de octubre de 2023
Plataforma: PC


Análisis basado en la versión de PC facilitada por Black Tabby Games


Estás en un bosque, camino a una cabaña. Dentro de un sótano hay una hermosa princesa y hay que matarla. No hay discusión posible. Si la princesa no muere, el mundo se destruye. Punto. Esos son todos los datos que vas a obtener. 

Los autores de terror y lo macabro no son ajenos a relacionar la belleza con la muerte, todo lo contrario. Este tropo es común en su repertorio. Las obras de Edgar Allan Poe solían centrarse en la aniquilación desesperada de mujeres hermosas, una pérdida que el autor encontraba tan desoladora como fascinante. Ernesto Sabato en el libro Sobre héroes y tumbas hace algo similar. No juega con la muerte, pero sí con la angustia y el deseo de una mujer tan preciosa como letal. La famosa “princesa-dragón”,

Slay The Princess va por la misma línea y explora estos conceptos de manera brillante. El juego independiente desarrollado por Black Tabby Games salió en octubre de 2023 en plena pretemporada de premios y varios lanzamientos importantes. Tenía todas las fichas para pasar desapercibido, pero rápidamente se convirtió en uno de los productos más celebrados del mes, obteniendo grandes críticas y puntuaciones tanto entre críticos como usuarios.


Y cómo no disfrutar este juego que encara el género y las novelas visuales de una manera familiar, pero con un giro completamente único. Con una dedicación al arte y a la estética alucinante y una música encantadora, Slay The Princess nos transporta en un viaje que empieza confuso, pero que rápidamente nos deja con ganas de más. Y más es exactamente lo que obtenemos. 

Esta es la primera advertencia que nos da el juego luego de los disclaimers habituales en cualquier cosa que trate con temas adultos y de terror. No importa cuántas imágenes perturbadoras nos encontremos, lo importante es tener el corazón para saber sortearlas y tener siempre en mente que detrás de todo lo horrible, hay esperanza. 

La acción comienza con nuestro personaje, del cual no sabemos absolutamente nada, en un bosque escuchando a un narrador en su cabeza. Esta voz en off nos va a acompañar durante toda la aventura, dándonos consejos, directivas y reaccionando a todas nuestras decisiones. La dinámica recuerda mucho a la de The Stanley Parable así como la relación que tienen el protagonista y su compañero. Hay humoradas, (mal)humoradas y chicanas, pero también se termina formando una cierta camaradería que puede concluir de varias maneras. Junto con el narrador hay también otra voz en nuestra cabeza que va a quedarse con nosotros hasta el final, “el héroe”.


En muchas ocasiones ambos cumplen casi los roles del ángel y el diablo posados en nuestros hombros. Así como el primero nos insiste una y otra vez que nuestra misión es matar a la princesa y nada más, sin hacer preguntas y sin dudar; el segundo se comporta más razonablemente. Nos incita a dudar, a replantearnos nuestro objetivo, a cuestionar lo que parece incuestionable. ¿Por qué hay que aniquilar a esta mujer? ¿Por qué no podemos saber nada al respecto? 

Las mecánicas son típicas de una novela visual. Hay diálogo, hay opciones (muchísimas) y algunas avanzan la acción y otras son más bien informativas. En general, las respuestas que tienen la palabra “explorar” entre paréntesis nos darán data, mientras que las que no son las que mueven la trama a través de decisiones concretas. 

Una vez que decidimos ir a la cabaña en la que nuestra enemiga se encuentra prisionera, podemos optar por ir armados o no. Esto, como todo durante el juego, desencadenará una serie de reacciones tanto nuestras como de la princesa que nos llevarán por caminos diversos. La animación del juego es fija, con arte en su mayoría en blanco y negro y cuadros que cambian a medida en que nos vamos moviendo. Las pocas cosas a color son claramente lo que las mentes detrás de esta historia quisieron destacar y siempre se lucen. 


El encuentro cara a cara con la princesa es escalofriante y hermoso. Transmite a la perfección el mensaje general de la experiencia. Las elecciones son realmente variadas. Podemos matarla de una, podemos hablar, liberarla, hacer un poco y un poco, todo parece perfectamente planeado para tener una rejugabilidad superefectiva, pero también para dejarnos pensando qué podría pasar, qué podríamos haber hecho mejor o peor para cambiar las cosas. 

Es durante este enfrentamiento que el juego propone su dinámica más interesante. Lo que parecía una versión de cuento maravilloso de las aventuras de texto expertas en romper la cuarta pared, suma una mecánica de loop en donde vamos siendo conscientes de todas las vueltas que damos. La muerte (la nuestra, la de la princesa o ambas) es solo el principio del viaje. De repente nos vemos transportados a un samsara donde cada elección nos saca disparados a un final distinto, y con cada ronda que acaba, algo nuevo comienza. Nuestra princesa cambia todas las veces, pero también nosotros lo hacemos. Así como en la vida, cada intento nos deja una marca que modifica nuestras futuras versiones.


Esto se expresa mediante nuevos personajes que aparecen como otras voces en nuestra cabeza. Al narrador y el héroe lo empiezan a acompañar otras personalidades según el final que hayamos sacado. El escéptico, el contrera, el frío, el oportunista, el enojado, el enamorado y muchas otras más que evitaremos mencionar para que los jugadores puedan descubrirlas a medida en que la historia va avanzando. 

Slay the Princess tiene 8 finales definitivos, pero decenas de “mini finales” que terminan un ciclo para empezar otro. Más allá de que el juego puede terminarse en cinco minutos o en cinco horas, la realidad es que si se quisiera completarlo, su jugabilidad se puede extender tranquilamente a unas 15. 


Jugar Slay the Princess es un placer. No solo visual, sino también auditivo y emocional. Cada una de las palabras de su guion está deliciosamente pensada. Su poética remite a los más lindos versos del terror gótico, como los de Edgar Allan Poe previamente mencionado, mezclados con un Frankenstein digno de Mary Shelley. ¿Quién es el monstruo de la historia? ¿Vale la pena salvar un mundo en donde domina la crueldad? ¿Tiene significado la vida sin la finalidad que da la mortalidad? Todas estas preguntas y muchas más van a pasar por la cabeza de cualquiera que se le anime a este romance perturbador y bello que nos propone Black Tabby. 

Lo bueno:
- La escritura es única y original, con muchísima personalidad. 
- El humor es excelente y todos los chistes funcionan.
- El arte y la música son preciosos y lo que se escucha o está en pantalla siempre entretiene. 
- Cada decisión importa. Jamás se siente linealidad y cuando eso sucede, el juego es consciente y te lo hace saber.
- Jugabilidad infinita. 
- Los personajes son complejos y muy bien elaborados.

Lo malo:
- No deja de ser una novela visual con mucho, muchísimo texto: No es para todos.
- A pesar de que se pueden saltar, se repiten las escenas del principio de los loops y eso puede ser tedioso. 

Nota Final:


9.0

Muy bueno
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