2019: Grandes juegos de terror que tienes que jugar - The Beast Inside


Hacer la misma introducción de siempre cada vez que se me presenta un walking simulator frente a mis ojos ya me tiene un poco cansado, pero me resulta inevitable en casos como este, cuando el desarrollador apuesta a un subgénero completamente explotado de incontables basuras y, aun sabiendo esto, decide que su proyecto va a ir por ese lado. Es entonces cuando, conscientes de esto, deciden no caer en lo mismo que el resto de los interminables ejemplos de juegos que quedan en el olvido, y se preparan a dar lo mejor, a reescribir los conceptos, a hacer todo lo que tienen en sus manos para regalar la mejor experiencia posible.

El último título de este subgénero que jugué fue el Blair Witch, al que también reseñé en este sitio. La verdad es que no tenía demasiada expectativa sobre The Beast Inside y, gracias a todos los dioses nórdicos, me sorprendió sobremanera. Y no tiene uno o dos puntos a favor, sino que su entero repertorio de aspectos son positivos y voy a intentar plasmar todo eso que me hizo sentir y vivenciar el juego, el cual ya lo recomendé a todo persona que conozco. Ojo en este punto: seguramente no es un joya indiscutida ni muchos menos un GOTY, pero para los amantes del terror, es una bocanada de aire fresco entre tanta decepción constante.

Este tipo de juegos, al menos cuando son buenos, apuntan todas sus armas a generar inmersión y empatía. The Beast Inside logra ambas cosas, desde su historia, las locaciones y el desarrollo de personajes. Es una mezcla de diferentes elementos que saben fundirse y así llegar a tocar diferentes emociones que nos meten de lleno en la historia y sobre todo, en el personaje principal. Es muy interesante el contraste que tiene el juego a nivel narrativo, paseando por diferentes temáticas y logrando que todas sean una dentro de un contexto muy bien pensado y recreado.


El juego comienza muy arriba y nos propone vivir la experiencia a través de dos líneas de tiempo, siendo complementarias entre sí. Una de ellas sucede en el presente de la historia del título, ambientado en 1979, y la otra en el pasado (alrededor de 1864). La cohesión de ambas líneas temporales reside en que la mayoría de las veces, vamos a necesitar hacer cosas en el pasado para seguir avanzando en el futuro, por así decirle.

En el presente, tenemos a Adam, un criptoanalista de la CIA, que su ciudad de origen para establecerse en Blackstone con su esposa, Emma. Como todo es contexto, la casa a la que se mudan está en el medio de la nada misma, dentro de un bosque kilométrico y alejada de toda la civilización. Su línea de tiempo se establece en la Guerra Fría y su trabajo, claro está, es descifrar códigos militares, con la esperanza de que su trabajo pueda alterar el curso de la guerra. Y ahí es cuando empieza el juego a tomar forma. Tenemos a la CIA por un lado, espías rusos que al parecer nos están acechando y todo un dejo de tintes sobrenaturales que van a ir apareciendo de a poco. A partir de esta línea temporal, se va a ir desarrollando la otra.

Fantasmas del pasado, una historia llena de secretos detrás de una familia que escondía su apellido por viejas atrocidades que se habían hecho en su nombre. Tenemos alguien que nos persigue, un ser sobrenatual que no sabemos quién es ni qué quiere. Espías rusos que al parecer saben todos nuestros movimientos. No podemos confiar en nadie, incluso en nadie de nuestro trabajo. La situación se hace cada vez más tensa, la presión comienza a subir, y la inmersión se va dando sola, como debe ser. La incertidumbre, las ganas de descubrir todo lo que está pasando, porque casi nada tiene un sentido lógico.

Retomemos por un momento los primeros párrafos de esta reseña. La gente de Illusion Ray Studio, quienes desarrollaron el juego, tenían muy en claro que no querían ser un walking simulator más. Entonces pensaron una fórmula para que los jugadores podamos sentir esa diferencia, vivenciarla más allá de las típicas variables que se pueden dar en la historia, el tono o lo visual, y se enfocaron en las mecánicas de juego que podían sumar dentro de la mecánica principal. Por ende, nuestro walking simulator de repente se convierte en un poderoso FPS, un shooter donde vamos a tener que eliminar a lo que en otro juego tranquilamente podría ser un jefe final. También vamos a tener momentos de sigilo, donde debemos escondernos y andar en silencio por diferentes locaciones para no ser detectados por las fuerzas del mal. Y claro, como no podía faltar, el juego también está lleno de puzzles que debemos sortear para poder avanzar. Incluso tiene muchos momentos donde los QTE (Quick Time Events) se hacen presentes. Pedir más sería de pura gula.


Si la historia, que es una mezcla entre thriller, acción, aventura y claramente, terror, no te convence, el juego intenta decirte que vas a tener varias mecánicas del juego que lo van a hacer lo menos lineal y plano posible. Si aun así no te convence, entonces hablemos del apartado gráfico. Gracias a la magia que se puede hacer cuando se usa el Unreal Engine 4 en todo su esplendor, el apartado visual del juego es simplemente asombroso. El nivel de detalles que permite este motor está muy bien explotado, los paisajes, los diferentes elementos, todo, pero todo lo que podemos ver, goza de un acabado completamente realista. Esto también se debe a que se utilizó la técnica del escaneado 3D para lograr mayor efectividad. Si a eso le sumamos el increíble manejo de luces, las texturas y un nivel de creatividad imponente, el apartado visual se corresponde con el resto del juego.

Haciendo hincapié en lo detallado que es este título en general, el uso del inventario y todos los objetos que vamos encontrando es muy inmersivo también, desde el lado de la historia. Podemos examinar muchos objetos, que nos van a generar recuerdos y esos recuerdos se van a convertir en parte de la historia. Hojas sueltas, mensajes en diferentes zonas a explorar, fotografías… todo le da forma a la historia principal del juego, amén de lo que tengamos que ir haciendo a cada momento. Es como una historia frondosa y llena de matices que se deja descubrir a medida que vamos avanzando en el juego, resolviendo puzzles y vivenciando todo ese halo de sentimientos que nos puede despertar el juego.

Porque así como digo que estamos frente a un walking simulator, también me animo a afirmar que el mote principal del juego es el de ser un survival horror. Por ende, todo lo que tenga que ver con la tensión, el suspenso, eso de generar climas incómodos y el excelente manejo de los sonidos y la música ambiental, terminan de anudar el moño con el que llega este regalo que tanto podemos disfrutar los amantes del género. Porque hay algo que está claro: mientras más se adentra en detalles un juego de este estilo, menos disfrutable es para el público en general, ya que no a todos les gusta el terror o este tipo de mecánicas. Por suerte, todos los que seguramente estén dando vuelta por esta web respiran terror, y si andaban buscando algo nuevo para jugar, The Beast Inside es un exponente que no se pueden perder.
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ESCRITO POR Lucas Robledo

Game Designer y Producer. Redactor mercenario. Cinefilo conflictivo. Casi músico y muy poco de ilustrador. Gamer de la vieja escuela. Aficionado al terror, a los comics y a la literatura.

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