Análisis: VirtuaVerse — una aventura que apuesta por el cyberpunk más oscuro y adulto

VirtuaVerse es una aventura gráfica retro point & click ubicada en un futuro no muy lejano donde habitan techomantes, grafiteros de realidad aumentada, grupos de hackers, tribus de criptoshamanes, etc., en una aventura bastante desafiante y de cuidada ambientación gráfica.

Calificación:


Desarrollador: Theta Division
Distribuidora: Blood Music
Lanzamiento: 12 de mayo de 2020
Plataforma: PC (Steam)

Análisis basado en una copia digital para Steam facilitada por Theta Division

Es difícil que una aventura gráfica old school no te regale una linda experiencia. Siempre pensé, en lo personal, que es un género que difícilmente decepciona, justamente por ser un género complejo de hacer. No estoy diciendo que sea más complejo que otros, solo digo que las aventuras gráficas tienen un componente tan fuerte en lo que es historia y narrativa, que es difícil tener ese aspecto tan pulido y, como dije antes, no regalar una buena experiencia, al menos desde ese aspecto.


Todo debería ser un equilibrio, porque si bien la historia puede ser perfecta, quizás los puzzles no son muy creativos o son demasiado fáciles, y ahí el equilibrio se pierde, haciendo que el producto final nos regale mucho por un lado, pero no tanto por otro. El aspecto visual importa, claro, pero no es redundante, al menos en estos juegos, ya que como ya dije antes, es todo cuestión de equilibrio. Irónicamente, la gran mayoría de las aventuras gráficas que vienen saliendo desde hace años, tienen gráficos hermosos, sea cual sea su estilo.

VirtuaVerse está desarrollado por Theta Division y editado por Blood Music. Y acá tengo que abrir un paréntesis para hablar de los editores: Blood Music comenzó como una asociación sin fines de lucro, dedicada a la preservación antropológica y cultural de la música metal extrema. Cuando los planes para crear talleres, proyecciones de películas y otras reuniones locales se desmoronaron, lo único que les quedaba era un sello discográfico en rápido crecimiento. Blood Music es, hoy en día, un pequeño sello discográfico con gran exposición mundial, gracias a haber apostado y trabajado con bandas como Emperor, Strapping Young Lad y Moonsorrow.


Si bien el género de las aventuras gráficas tuvo su edad dorada cuando Lucasfilms pasaba a llamarse LucasArts, en lo posterior, siempre fue un género que solía estar detrás del resto de los géneros, cómodo en su propia existencia, con su público fiel y haciendo lo que mejor sabían hacer. Muchos vienen diciendo, desde hace años y años, que las aventuras gráficas es un género muerto y desde acá, nos reímos de ellos, porque como dice Lovecraft: “no está muerto lo que puede yacer eternamente, y con el paso de extraños eones, incluso la muerte puede morir”.

El género se mantiene, y con exponentes cada vez mejores. Y VirtuaVerse es un claro ejemplo de ello. En este juego encarnamos a Nathan, un fanático de la tecnología y de la vieja escuela, que se siente extraño en un mundo digital y se desentiende con las nuevas modas. Claramente, el juego apunta a aquellos que rondan los 30 años o más, ya que de ser así, constantemente vamos a generar empatía con el protagonista, sus quejas y sus diálogos irónicos sobre el nuevo mundo. El disparador de la historia es simple: nos despertamos, nuestros cascos de realidad virtual se nos rompieron y nuestra novia está desaparecido.


Desde esa premisa, comienzan a darse situaciones que van tejiendo la historia poco a poco. Para arreglar nuestros cascos, que son la única forma de comunicarnos o averiguar algo sobre nuestra extraviada pareja, vamos a tener que meternos en un submundo bastante turbio de contrabando de hardware y drogas duras. Porque como pasaba en Total Recall, la película de Paul Verhoeven protagonizada por el gran Arnold Schwarzenegger, en este futuro planteado por el juego, se venden experiencias de realidad virtual que simulan experiencias de vida, donde nos podemos sumergir para vivir realidades digitales.

Como dichas realidades cada vez se empezaban a hacer más y más limitadas, las empezaron a mezclar con componentes químicos de forma ilegal para que el viaje no tenga límites. De estos desarrollos, se desprenden un montón de grupos de grafiti, que en realidad son grupos de hackers uno más peligroso que el otro y donde, muchos de ellos, son parte de los bajos mundos y las actividades criminales.

Una alegoría muy interesante a lo que planteaba antes de que el juego apunta a personas de avanzada edad, es que de la misma forma plantea que la futura salvación de un futuro controlado por lo digital, todo conectado con todo, van a ser las computadoras viejas, esos trastos que muchos dieron por muerto pero que al no tener toda la tecnología avanzada de ese futuro, pueden conectarse a las diferentes redes sin ser detectados. Por eso mismo, en el futuro distópico de VirtuaVerse, las partes viejas de ordenadores están prohibidas y solo se consiguen de contrabando.


Como toda obra cyberpunk que se precie, el hacking, la moral, y el manejo de las grandes corporaciones por sobre el ciudadano promedio están a la orden del día. Aquellos que aceptan ser parte de la maquinaria y aquellos que prefieren vivir luchando, en la oscuridad. Hay una fuerte crítica social en el juego, no solo hacia ese lugar donde vamos, ese futuro aparente, sino a la actualidad, al mundo de hoy en día. Si le sacamos las luces de neón y algunos avances tecnológicos que todavía no existen, VirtuaVerse podría ser tranquilamente, un reclamo social actual.

Moverse en el mundo que imaginó la gente de Theta Division es simple. Para empezar, tenemos el control clásico y primitivo del point and click. El personaje se va a mover dependiendo de dónde hagamos click y para interactuar con los diferentes objetos o personajes solo tenemos dos opciones: ver y acción/hablar. Y ésta es una de las grandes apuestas del juego. Si bien hay mucho adorno y mucho objeto para dar contexto, el hecho de ver todo lo que nos parezca relativo con la historia y leer la descripción que nos pone o el comentario que nos hace el protagonista, es sumamente importante. No solo leerlo, sino también recordarlo.



Porque justamente el fuerte de este juego, además de su historia de la que ya hablamos y de su aspecto visual, del que vamos a hablar más adelante, son sus puzzles. VirtuaVerse no es de esos juegos que se conformas con puzzles evidentes, ni es de esos que te proponen interacciones sin sentido, sacadas de la más pura fantasía, para lograr un objetivo. En VirtuaVerse hay que usar la lógica, esa que va acompañada de una inteligencia bien cognitiva. Sí, avanzar en este juego es complicado, no voy a mentir. Varios de los puzzles conllevan una lógica muy meticulosa, lo que genera un gran desafío y, por ende, horas y horas de rompernos la cabeza recordando todo lo que leímos, los diálogos con los personajes, y pensando muy bien cómo utilizar todo lo que tenemos en el inventario.

Algo que hace muy bien este juego, y un gran acierto por parte de los desarrolladores, es que hay varias locaciones que siempre van a estar activas para que podamos ir y venir constantemente. Mientras otros juegos te proponen uno o más puzzles a resolver en una locación y así pasar a otra, en VirtuaVerse vamos a estar constantemente viajando entre los barrios que conforman la ciudad donde transcurre todo el juego. Para eso nos vamos a ayudar de nuestra moto y un simple menú que nos da a elegir la locación. Para momentos puntuales del juego, donde ya hayamos avanzado bastante, quizás necesitemos visitar 3 o 4 de estas locaciones para resolver un objetivo que se nos propuso en otra locación. Un caos bellísimo.

Visualmente, VirtuaVerse es hermoso. Completamente cyberpunk, tiene un pixel art muy detallado, con diseños que mezclan conceptos de tecnología digital y retro al mismo tiempo, con mucha luz de neón y elementos de fondo en cada uno de los escenarios que nos obligan a interactuar con cada uno de ellos. Como siempre me gusta decir, la atención al detalle es símbolo de profesionalismo, y éste título se pasa en ese sentido, como la gran mayoría de los últimos exponentes que estuve jugando. En este aspecto, iguala y a veces supera cualquier exponente de Wadjet Eye Games (los nuevos LucasArts del género) como Unavowed, Technobabylon o Gemini Rue, por solo poner algunos ejemplos.


Palabras Finales:
En pocas palabras, VituaVerse es un juego increíblemente desafiante que apunta directamente a los amantes del género sin esconderlo. Esto genera, como ya dije anteriormente, que los diseños de los puzzles sean más complejos, poniendo a prueba las habilidades lúdicas de los jugadores y llevándolos hasta el extremo. La satisfacción de superar los diferentes objetivos es casi adictiva. Aventura gráfica, cyberpunk, música synthwave y pixel art, la combinación perfecta para cuando no elegimos terror.

Lo bueno:
- La historia y el contexto planteado.
- El pixel art y todo el concepto cyberpunk.
- Un juego maduro que se aleja de la comedia y trae un planteo adulto con mucha carga social.
- La lógica de los puzzles y su complejidad.
- Para lo que es una aventura gráfica, es un juego de larga duración que propone muchísimos hechos y sucesos a resolver.

Lo malo:
- Para los que buscan una experiencia más relajada, este juego no es la opción correcta.



Nota Final:

9
Excelente
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ESCRITO POR Lucas Robledo

Game Designer y Producer. Redactor mercenario. Cinefilo conflictivo. Casi músico y muy poco de ilustrador. Gamer de la vieja escuela. Aficionado al terror, a los comics y a la literatura.

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