Primeras Impresiones: Forgive Me Father, un brutal FPS retro entre disparos y Lovecraft

Desarrollador: Byte Barrel
Distribuidora: 1C Entertainment
Lanzamiento: 26 de Octubre de 2021
Plataforma: PC


Primeras impresiones basadas en una copia digital para PC facilitada por 1C Entertainment


Cada vez que llega a mis manos un shooter en primera persona de aspecto retro, mi corazón se pone contento y el sonido de los latidos se vuelve tan fuerte como el disparo de una escopeta recortada de doble cañón. Ahora, imaginen cuando a esa premisa se le suman los mitos de Lovecraft y un estilo visual tipo cómic. El resultado es un combo ganador cuyo nombre es Forgive Me Father. Si bien el juego se encuentra actualmente en Early Access, trae consigo aproximadamente la mitad de su contenido, puesto que cuenta con 12 de los 25 niveles que conformarán la versión final, además de una interesante variedad de armas, habilidades y jefes. 


Todo muy bonito, ¿verdad? La verdad es que, en lo personal, el desarrollo de Byte Barrel me dejó unas muy buenas primeras impresiones. No obstante, entiendo que para quien aún no haya tenido la oportunidad de disfrutar del título la pregunta sea: ¿Merece la pena darle una oportunidad Forgive Me Father en su estado Early Access? Déjame decirte, querido lector, que sí, porque si eres de aquellos jugadores que, como yo, disfruta de la acción vertiginosa, las películas de terror de los ‘90 y la mitología del querido H.P. Lovecraft, te encontrarás con un juego realmente muy bueno, que incluso puede llegar a sorprenderte en más de una ocasión.



Como ocurre con la mayoría de las historias con sabor a Lovecraft, la acción tiene lugar en un pueblo costero de Nueva Inglaterra a principios del siglo XX. Gracias a una serie de notas dispersas por los diferentes entornos, podemos hacernos una idea de dónde estamos, de quiénes son las personas más influyentes de la ciudad y de varios misterios sin resolver. Nuestro personaje despierta en una casa antigua -sinceramente no llegué a entender el motivo de ello- y se pone manos a la obra rápidamente, es decir, a llenar de plomo a cuanto zombi se cruce por su camino.


En esta versión Early Access, solo se puede jugar Forgive Me Father como un sacerdote armado, aunque una vez el juego esté terminado también debería darnos la opción de jugar como periodista. Como dije, y al margen de erradicar el mal, no estoy del todo seguro de cuál es el incentivo de nuestro personaje para seguir adelante, como así tampoco que es lo que hace avanzar la trama, ya que la narrativa no es lo que se diga “vanguardista”. Tal es así que es solo hacer clic en el botón para iniciar el juego para comenzar a pegar tiros. Estructuralmente, su configuración es la de un juego de disparos clásico, con niveles laberínticos en los que tendremos que encontrar diferentes llaves para abrir puertas que nos conduzcan a una salida.



Sinceramente, todo es bastante intuitivo y sencillo, incluso para aquellos que no estén muy familiarizados con los juegos FPS: apuntar, disparar y esquivar, recogiendo munición y salud en el camino. Todos los elementos interactivos tienen una etiqueta de "historia" adherida a ellos, ya sean páginas de libros, fotografías, recortes de periódicos y otros fragmentos de material que contribuyen a la construcción de este desquiciado mundo.


Sin embargo, Forgive Me Father es mucho más exigente de lo que se pueda imaginar. Si bien el comienzo es amigable, hay momentos en que el título nos arroja decenas de enemigos a la cara, haciendo que se convierta en uno de los más duros de su género. Claro, esto se debe también a que al inicio solo disponemos de un cuchillo y una pistola, pero, conforme avancemos, nos haremos con una escopeta, una ametralladora y algunas habilidades que nos ayudarán a permanecer vivos durante más tiempo. Eso sí, aclarar que no estaremos nadando en munición, por lo que es muy importante hacer que cada disparo cuente y cambiar de arma cuando queden pocas balas. Ah, y además, las armas no se recargan de forma activa, lo que hace que con bastante frecuencia se escuche el “clic, clic” que nos hace saber que “se acabó lo que se daba, amigo”.


El disparo es sólido, pero se necesita mucha precisión para mantener a los enemigos a raya. Al principio, no es demasiado difícil porque la mayor parte del tiempo vamos a luchar contra zombis que no tienen nada más que un ataque cuerpo a cuerpo. Un buen 'corchazo al valero' es más que suficiente para destruir a un zombi por completo. Bueno, a menos que tenga una segunda cabeza en su mano, con lo cual reemplazará una por otra y seguirá avanzando para hacernos de todo, menos darnos caricias. Matar a estos enemigos, y a cualquier otro, resulta muy satisfactorio porque la sangre brota a hectolitros y la mayoría explotan en una lluvia de vísceras.



Algo que me gustó del juego es que deja que te acostumbres al comportamiento de un enemigo, en este caso los zombies, para posteriormente sacarte de esa zona de confort introduciendo enemigos cuyos ataques se basan en arrojar proyectiles. Este tipo de enemigos resultan ser muy precisos, por lo que es imperativo estar en constante movimiento y disparar tan preciso como sea posible. Un añadido interesante es que a medida que las criaturas perecen bajo la caricia del plomo caliente, ganaremos experiencia. Entonces, cada vez que subimos de nivel, obtenemos un punto de habilidad que se puede invertir en un árbol que -hasta donde tengo entendido- será diferente para los dos personajes con los que podremos jugar una vez el título esté finalizado. Las habilidades pueden cambiar completamente un arma otorgándole, además de una apariencia diferente, nuevos atributos, pero también hay mejoras que afectan al personaje, como aumentar la cantidad de vida o de munición que este puede cargar, por poner un ejemplo.


Por otra parte, el apartado artístico de Forgive Me Father es maravilloso. Los enemigos son todos en 2D, pero muy detallados y espeluznantes. Además, los diferentes grosores de línea y esa sensación de que todo está dibujado a mano añade mucha vitalidad a los entornos. Hay escenarios que son realmente hermosos, coloridos, con un interesante juego de iluminación que no hace más que reforzar esa estética comiquera. Un añadido que me gustó mucho en este aspecto, son las múltiples referencias y guiños a diferentes películas, como por ejemplo un bonito homenaje a Star Wars o The Shining, entre otras tantas.


Al margen de todo lo bueno que tenga la propuesta, lo cierto es que hay algunos aspectos que, desde mi punto de vista, necesitan algunos ajustes. Por ejemplo, el salto, fundamental para llegar a algunas zonas secretas, se siente débil y sin peso. También existe una especie de fascinación con esconder a los enemigos detrás de objetos lo que hace que sea fácil perder salud a causa de constantes ataques sorpresivos. También, al igual que sucede en todo juego basado en Lovecraft que se precie, hay una mecánica de locura solo que, en lugar de perjudicarnos, hace que el daño y la defensa aumenten. En lo personal es algo que no termina de cerrarme, puesto que el concepto de locura podría estar mejor aprovechado haciendo que, llegado un punto, aparezca algún tipo de enemigo especial o se produzcan cambios visuales en el entorno.



Pese a no estar finalizado, Forgive Me Father resulta ser muy bueno: Cada nuevo nivel es un deleite visual, la carnicería sobrenatural resulta estimulante y el funcionamiento de las armas es muy gratificante. Como alguien que disfruta mucho de los shooters, en especial de aquellos con ese inconfundible sabor old-school, he quedado realmente satisfecho con lo visto hasta ahora. Cierto es que la historia puede pasar inadvertida, que el sistema de locura es intrascendente y que aún hay algunos ajustes que deben hacerse en su apartado jugable. No obstante, aún falta tiempo para que el título esté terminado por lo que hay cosas que pueden llegar a cambiar de cara a su versión final. De todos modos, estimado lector, si estas líneas han despertado tu curiosidad, es porque de algún modo el juego ha llamado tu atención. Si es así, ni lo dudes, estoy seguro de que quedarás tan encantado con el juego, del mismo modo que quedó quien redacta estas líneas.

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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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