Para
repasar un poco su contexto, vamos a aclarar que Daymare: 1994 Sandcastle es
una secuela que oficia como precuela de Daymare: 1998, el juego que salió como
resultado de un remake de Resident Evil 2. Capcom ya venía trabajando en su
propia remake y cuando vio la calidad y lo avanzado que venía el proyecto de la
gente de Invader Studios, se comunicaron con ellos, les pidieron amablemente
que abandonen el proyecto y los metieron como parte de los créditos de Resident
Evil 2.
Para no
tirar todo a la basura, la gente de Invader Studios modificó los niveles, un
poco la historia, el trasfondo, los personajes, y lanzaron su propio survival
horror: Daymare: 1998. El juego dio bastante de qué hablar, ya que más allá de
algunos detalles menores, la esencia de los primeros Resident Evil estaba ahí,
en cuerpo y alma. El título supuso un gran revival y homenaje a este género, y
la aceptación en general del público llevó a que se generase una secuela, esta
vez creada desde su propia impronta, para seguir dándole forma a esta nueva
saga.
Para
comenzar, a las diferentes armas a las que podemos acceder, se le suma un liquido
congelante que disparamos mediante un dispositivo que llevamos en nuestra muñeca.
Podemos disparar una bola de liquido propiamente dicha, que al impactar puede no solo apagar sectores prendidos fuego, sino también congelar a
nuestros enemigos. De la mano, también vamos a poder lanzar este componente
como si se tratara de un matafuego, de forma lenta para poder controlar mejor
el uso, aunque claro está, con menos impacto.
En el
camino vamos a ir encontrando diferentes objetos, como municiones de todo tipo
y cargadores de liquido congelante. El resto de las armas, las ya clásicas
armas de fuego de este tipo de juegos, son escasas y limitadas, por lo que
vamos a tener que hacer un uso inteligente de cada disparo (no por nada es un survival
horror, ¿no?). Los enemigos, por su parte, que son quienes reciben la furia de
todos estos dispositivos, van a tener un comportamiento errático en
consecuencia. Quizás sea porque aun le falta trabajo, pero al menos en la demo
no se entiende bien si hay que congelarlos y matarlos, o matarlos a los
disparos directamente… a veces funciona de una forma, a veces de otra.
También
vamos a encontrar muchos bugs diferentes, que cuando recibimos el juego, también
recibimos un listado de ellos. Esto es algo que suelen hacer la gran mayoría de
las empresas a la hora de dar a probar un juego en estado de desarrollo,
justamente para no encontrarnos con demasiadas sorpresas. Para ser sincero, me
encontré con algunos bugs que no esperaba luego de haber leído el documento,
pero, la verdad, fueron detalles muy menores, casi de nivel de playtesting, y considerando que el juego todavía está en desarrollo, tampoco es algo que
haya que tener en cuenta.
Los niveles,
al menos los pocos que vemos en esta demo, son variados. Siempre de gran
tamaño, tenemos diferentes formas de explorarlos, sea mediante pasillos
angostos o espacios abiertos. Los objetos y el diseño de las locaciones, en
general, es muy detallado, no se siente para nada repetitivo y todo esto ayuda
muchísimo a los diferentes puzles que se nos plantean: simples en desarrollo,
pero complejos en ejecución, al menos por el momento.
En general, el juego se ve genial. Los gráficos mejoraron un montón, los detalles, las luces y sombras, las armas, los diseños en general se aprecian con mucho más trabajo. La historia sigue teniendo bastante reminiscencia de la saga Resident Evil, pero se nota cómo de a poco quieren trazar su propio camino, más allá del homenaje. Solo habrá que esperar a que salga su versión final y disfrutarla tanto como disfrute su primera parte.
Daymare: 1994 Sandcastle llegará en 2022 a PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series y PC, publicado por Leonardo Interactive. Si quieres probarlo ahora mismo, hay una demo hasta el 25 de febrero por el evento Steam Game Fest en este enlace.
ESCRITO POR
Lucas Robledo
Game Designer y Producer. Redactor mercenario. Cinefilo conflictivo. Casi músico y muy poco de ilustrador. Gamer de la vieja escuela. Aficionado al terror, a los comics y a la literatura.
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