Impresiones: The Outlast Trials, un nuevo concepto de terror multijugador


The Outlast Trials es el próximo videojuego de terror en primera persona, desarrollado y publicado por Red Barrels. Es la tercera entrega de la serie Outlast, que sirve como precuela de los dos primeros juegos y presenta sujetos de prueba en un misterioso experimento de la Guerra Fría. Se puede jugar multijugador o en solitario.
Desarrollador: Red Barrels
Distribuidora: Red Barrels
Lanzamiento: 18 de mayo de 2023
Plataforma: PC (Steam)


Análisis basado en la versión de PC (Steam) con una copia facilitada por Red Barrels


En tiempos en los que el terror cooperativo ya parece haber explorado todas sus aristas, llega The Outlast Trials para demostrar que todavía se puede innovar en este campo de vivir miedo y desesperación junto con amigos. Red Barrels cocina una nueva entrega que repite los aciertos de las anteriores (y también algunos errores, lamentablemente) y que adapta la fórmula a una propuesta que se disfruta tanto en solitario como con compañía.

Ambientada en la época de la Guerra Fría, The Outlast Trials nos presenta a la ya conocida por los fans Corporación Murkoff, que recluta involuntariamente a sujetos de prueba humanos para probar métodos avanzados de lavado de cerebro y control mental. En un mundo de desconfianza, miedo y violencia, el título pondrá a prueba nuestra resistencia, nuestra cordura y hasta la propia moral. Es una experiencia de hasta cuatro jugadores que se puede disfrutar a solas también.

The Outlast Trials comienza con una secuencia introductoria de lo más violenta y surrealista, que da paso a un tutorial guiado. Si has jugado las entregas anteriores, los controles y mecánicas te resultarán familiares. El foco principal es el sigilo, incluso cuando podremos desbloquear mejoras para aturdir o cegar a los enemigos, y deambularemos por espacios claustrofóbicos y muy oscuros, en los que podremos ver gracias a que disponemos de unas gafas de visión nocturna. Funciona tal y como la cámara de vídeo de las dos primeras entregas.
Lo primero que notamos es que Red Barrels se esmeró mucho en la dirección de arte y en los escenarios, un punto muy a favor en lo que respecta a las entregas anteriores, que pecaban de monótonas en lo visual. En The Outlast Trials hay incluso momentos que son puramente lisérgicos, cuando un enemigo nos envenena y afecta nuestra cordura y percepción de la realidad. El tratamiento que se le da a algunas secuencias es más parecido a lo que vimos en Layers of Fears, por dar un ejemplo concreto.

Si tenemos que definir con un solo concepto el diseño de la experiencia en The Outlast Trials, ese es la locura. Nuestro personaje es un sujeto de pruebas preso en una instalación de experimentos humanos. El objetivo es superar pruebas muy crueles y aterradoras, en solitario o con hasta otros tres jugadores más, para ganarnos la libertad y poder escapar del espeluznante establecimiento. De esta forma, iremos superando las pruebas, que son niveles de unos 50 minutos con mecánicas y objetivos clásicos en la saga, para después subir nuestro nivel de terapia y desbloquear nuevas posibilidades, como artefactos que sirven de trampa y que harán que las mecánicas sean mucho más que correr y esconderse.

Esta estructura de bucle, de jugar y rejugar las pruebas hasta superarlas, y completar todos los objetivos secundarios que ofrecen, le sienta bien a la franquicia. Uno de los puntos más flojos de Outlast 2 es que el exceso de persecuciones y escondidas dañaba la narrativa con repetitividad y frustración. En The Outlast Trials, la historia en sí pasa a un segundo plano y el foco de la experiencia es el sufrimiento de nuestro personaje, que es un alguien que está destinado a esa repetición. Entonces, el bucle de prueba y error tiene un sentido narrativo en el mundo del juego que antes no tenía. 
El foco de este nuevo juego no es contarnos una historia, sino que vivamos de manera subjetiva un terror más visceral: la tortura y la desesperación en la carne propia de los personajes. The Outlast Trials consagra a la saga como el torture porn a lo Saw o Hostel de los videojuegos. Finalmente, Red Barrels abraza por completo esa visión de violencia y crueldad, y deja de lado las intenciones de contar historias de sectas o naturaleza humana, que terminaron siendo pretenciosas en las entregas anteriores y no convencieron mucho a los fans. Outlast como saga es brillante por lo vívido e inmersivo que es el terror que propone, y acá eso está explotado al máximo.

Dentro de las flaquezas a mejorar, se puede mencionar la progresión de los personajes, que no está mal, pero hasta que desbloqueamos algo para atacar a los enemigos nos la vamos a pasar a hurtadillas y escondidas. Es decir, a puro sigilo. Si tenemos en cuenta que la IA tiene mucho que mejorar, porque a veces los enemigos son muy tontos y otras pareciera que nos ven a través de las paredes (no hay punto medio), las secuencias de sigilo se harán tediosas hasta que subamos de nivel. Es necesario balancear la dificultad también porque hay pruebas con objetivos muy sencillos y otras que realmente nos ponen a monitorear muchos factores, y pareciera que solo se pueden jugar cómodamente en multijugador. Considerando que el juego nos dice que la experiencia es igual de satisfactoria a solas que con otros jugadores, este balance es ultranecesario.

The Outlast Trials ofrece tres pruebas a superar en esta etapa de Early Access y agregará más con el correr de las actualizaciones. Como ya mencioné, son escenarios relativamente cortos, de menos de una hora, que ofrecen rejugabilidad porque tienen objetivos secundarios. Las pruebas son muy distintas entre sí, en escenarios, objetivos y enemigos, de modo que Red Barrels consigue una fórmula de multijugador que no es tan repetitiva como en juegos como Phasmophobia o Dead by Daylight, por mencionar dos que son muy populares dentro del terror y que plantearon algo nuevo en cuanto a jugar con amigos. Justamente por esto, creo que esta nueva entrega de Outlast tiene mucho potencial y puede llegar a ser el próximo gran juego de terror multijugador.

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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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