Amnesia: The Bunker, una experiencia de terror puro que se adapta a cómo jugamos


Amnesia: The Bunker es un juego de terror en primera persona ambientado en un desolado búnker de la Primera Guerra Mundial. Afronta los terrores que acechan en la oscuridad. Busca y utiliza las herramientas y armas a tu alcance. Mantén las luces encendidas y consigue escapar.
Calificación:

Desarrollador: Frictional Games
Distribuidora: Frictional Games
Lanzamiento: 6 de junio de 2023
Plataforma: PC, PlayStation 4, Xbox One


Análisis basado en la versión de Steam facilitada por Frictional Games


Amnesia: The Bunker es la cuarta entrega de una saga que dejó una impronta tan fuerte en el género que nos cuesta imaginar qué nuevas formas puede llegar a encontrar para asustar, sin copiarse a sí misma. Pero estamos hablando de Frictional Games, quienes no solo rompieron los moldes con Amnesia: The Dark Descent, sino que con SOMA también lograron sorprendernos. El estudio sueco, además de ser sinónimo de buenos sustos, siempre se las ingenia para seguir dando experiencias frescas. Y la verdad es que The Bunker es muy distinto a la mayoría de los juegos de terror, en el mejor sentido de todos.

En el título encarnamos a Henri, un soldado francés durante la Primera Guerra Mundial. El pobre termina atrapado en un búnker mientras se recupera de las heridas del campo de batalla tras un ataque alemán. Los que estaban al mando, en un acto muy inhumano, dinamitaron la entrada sin mirar atrás y dejaron sepultados a todos los soldados, sin importar el bando. No pasa mucho tiempo hasta que Henri descubre que buscaban escapar de un horror implacable e indescriptible que ahora comparte con él los pasillos y las salas del búnker. ¿Qué resta por hacer, entonces? Volar en pedazos la entrada, otra vez, ahora para poder hacer un boquete y escapar. El objetivo es uno solo. Cómo llegamos a cumplirlo y cómo logramos sobrevivir dependerá mucho de cada uno de nosotros.

Amnesia: The Bunker nos presenta un abanico de posibilidades en una experiencia de terror no lineal, que es también tremendamente realista y que se adapta en tiempo real a nuestro modo de jugar. Sabemos que necesitamos explosivos y un detonador para crear una salida, pero a partir de ahí, el camino que vamos creando es propio. La aventura nos suelta por completo la mano mientras estamos a merced de un enemigo imparable e impredecible, y de ahí nace el terror que trasmite la experiencia.
El tipo de miedo que nos trasmite Amnesia: The Bunker se acerca más a la desesperación. Podrá resultar frustrante para algunos, en el buen sentido, porque nos obliga a tomar decisiones rápidas y a poder improvisar en medio de situaciones que son realmente aterradoras. La falta de luz, la necesidad de monitorear todo el tiempo el ruido que hacemos, los guardados de partida manuales y, por sobre todo, el hecho de que no exista una verdadera zona segura y que la criatura nos aceche todo el tiempo hacen que nos sintamos indefensos y en una situación de terror total. No hay jumpscares ni sustos predecibles: es puramente sugestión psicológica y atmósfera espeluznante.

La estructura del búnker nos puede recordar al diseño metroidvania de Resident Evil o de Alien: Isolation, en la medida en que el mapa es un pequeño mundo abierto que está prácticamente desbloqueado desde un comienzo y tenemos que ir buscando objetos para destrabar zonas, revisitando otras y consiguiendo herramientas que, cuando regresemos a un área ya explorada, nos permitirá acceder a algo más. De todas formas, la vara de lo no lineal acá está un poco más elevada porque los objetivos no tienen un orden particular y hay también objetos y caminos opcionales que nos pueden hacer más fáciles las cosas, pero que también implican exponernos más tiempo al terror.
También hay una cuestión estratégica en la propuesta de juego, ya que los objetivos no nos llegan servidos en bandeja. Podemos encontrar la nota de un soldado que nos indica que la llave de un lugar está en un lugar específico, o podemos ir a ese lugar específico de casualidad, buscando otra cosa, y encontrar la llave. Las pistas para saber qué hacer están ahí, pero también es un juego que se vale mucho del sentido común. Frictional Games no suele poner tutoriales y Amnesia: The Bunker apenas los tiene, de hecho, pero si hay una sugerencia que es clara durante todo el juego es la de experimentar. Si hay algo que crees que es posible en la realidad, como dispararle a un candado para abrir una puerta o lanzarle una granada a unos estantes de madera que bloquean el paso, es probable que lo sea en el juego. Lo que siempre hay que tener en cuenta es que el monstruo es sensible al ruido y que la presencia de luz lo mantiene un poco a raya, no del todo.

Tenemos una linterna muy rudimentaria y la posibilidad de hacer fuego. La primera hace un ruido terrible porque es a cuerda y puede atraer a la criatura fácilmente; las antorchas y lo que sea que use fuego, se agota. Lo mismo sucede con las bengalas. La fuente de luz semipermanente que tenemos es el generador, al que tenemos que regresar todo el tiempo para cargarlo de combustible. Podemos monitorear cuánto le queda hasta apagarse con un reloj que se convertirá en nuestro mejor amigo para el planeamiento de objetivos.
Tenemos armas también y varias opciones para dañar al enemigo y a otras amenazas que nos toparemos en el búnker. También podemos usar a la criatura a nuestro favor. No todo es jugar a las escondidas en Amnesia: The Bunker y eso es lo que lo hace genial. La experiencia que vivimos es muy personal y hay muchas formas de encarar un objetivo y de sobrevivir. Tiene claros elementos de immersive-sim: el mundo de juego reacciona a nuestra forma de jugar todo el tiempo y podemos encarar una misma situación de varias formas.

También hay varios elementos aleatorizados, más allá del propio comportamiento de la criatura, lo que hace que cada partida sea diferente. E incluso, cada vez que retomemos después de morir, veremos que la forma en que se termina desenvolviendo la misma situación es muy distinta. Durante los primeros compases, vamos a fallar varias veces y vamos a aprender mucho al morir porque si hay algo que es clave en Amnesia: The Bunker, eso es experimentar y animarse. Tomar decisiones en tiempo real en medio de un momento de terror puro. Por esto es muy probable que haya quienes se frustren y no lo puedan jugar. A diferencia de otros títulos de Frictional Games, este nuevo Amnesia no se sostiene sin enemigos. No es posible vivir la misma experiencia en un modo seguro, como también tiene SOMA, lo que quizás hace que no sea para todo el mundo.
Avanzar dentro del búnker es jugar un gran escape the room, con puzzles variados, y una curva de dificultad que decrece, que nos pega duro en un comienzo y que puede ser alta para muchos, pero que recompensa lo suficiente cuando comprendemos las idas y vueltas que implica nuestro viaje.

La narrativa se vale de los diarios de los soldados que quedaron presos en el lugar y de los pensamientos del propio Henri. Siendo un juego que funciona en tiempo real -aunque ojo, tiene pausa por suerte- y que se adapta a nuestra forma de jugar, interrumpir la acción con cinemáticas no tiene sentido. La historia es atrapante y cala hondo en temáticas muy humanas, aunque se desinfla al final. De hecho, la recta final en general del título es lo más flojo. Acá Frictional vuelve sobre sus pasos y cae nuevamente en las flaquezas de los juegos de Penumbra, que nunca terminaban de cerrar bien.
Amnesia: The Bunker es genuinamente aterrador. Atrapa y entretiene muchísimo, pero requiere hacer de tripas corazón y de un montón de agallas para llegar hasta al final. Es lo más visceral e improvisado, lo más impredecible desde Alien: Isolation. La recta final no está a la altura del resto de la experiencia y no ofrece tanta rejugabilidad como promete, ya que con los elementos azarosos por sí mismos no alcanza para volver, al menos no en mi experiencia, que tuve una partida inicial larga en la que recogí todos los objetos opcionales y exploré cada rincón. Pero para criticar no hay nada más. Es una experiencia fresca y eso es mucho decir en tiempos en los que los juegos de terror nos buscan asustar con los mismos sustos, una y otra vez.

Lo bueno:
- Las situaciones de terror: impredecibles y emergentes en función de cómo jugamos
- El diseño del enemigo principal
- El gameplay de estrategia y supervivencia pura
- El diseño sonoro y de atmósfera
- La historia...

Lo malo:
- ... al menos hasta el final, cuando se desinfla
- Si bien tiene elementos aleatorios en el mapa y en el gameplay, no llega a ser un roguelike como para justificar rejugarlo una y otra vez

Nota Final:


9.0

Excelente
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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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