Análisis: Avatar: Frontiers of Pandora, una aventura de supervivencia que vale la pena por su mundo

Avatar: Frontiers of Pandora es un videojuego de acción y aventura de mundo abierto basado en la serie de películas Avatar de James Cameron. El juego fue desarrollado por Massive Entertainment y publicado por Ubisoft.
Calificación:
Desarrollador: Massive Entertainment
Distribuidora: Ubisoft
Lanzamiento: 7 de diciembre de 2023
Plataforma: PS5, PC, Xbox Series


Análisis basado en la versión de Xbox Series facilitada por Ubisoft Latinoamérica


Publicado por Ubisoft y desarrollado por Massive Entertainment (parte de Ubisoft), Avatar: Frontiers of Pandora nos ofrece un mundo abierto plagado de actividades, mecánicas y sitios para explorar, mientras descubrimos la historia detrás de los Sarentu; un clan perdido en las arenas del tiempo que muchos creían extinto, pero que nuestro personaje resulta ser descendiente.

Este título nos pone en la piel de un Na’vi sin nombre que, luego de media hora de pura exposición de trama, deberá escaparse de sus captores humanos para reclamar Pandora y terminar con la tiranía que se impone desde que los invasores llegaron.

Uno de nuestros grandes problemas con Avatar: Frontiers of Pandora es que intenta abarcar todas las aristas posibles, quedándose corto, excepto en el aspecto gráfico. Si hay algo que no podemos criticar a este título es que se ve hermoso. Pandora luce llena de vida, la vida vegetal reacciona a nuestra presencia, haciendo que algunas plantas se escondan, otras se defiendan estallando o lanzando esporas y hasta algunas brillan y reaccionan a nuestro tacto. Con la vegetación, podremos interactuar tomando sus frutos, los cuales nos servirán para cocinar o como materiales para construir diferentes cosas.


Cada vez que intentemos extraer un fruto, tendremos que participar de un minijuego en el que deberemos presionar levemente el gatillo e ir girando la palanca izquierda hasta que el control vibre suavemente pero sin parar. Ahí deberemos presionar con más fuerza el botón y pulsar la dirección a fondo para extraer la fruta. Si lo hicimos bien, recibiremos una fruta en mejor estado, lo cual también varía si respetamos el ciclo de la misma, extrayéndola en diferentes estados climáticos y/o en diferentes horarios. Para saber esto, podremos analizar completamente cada parte del bioma de Pandora con nuestra visión especial de Na’vi, la cual tendremos que tener activa la gran parte del tiempo porque sin ella no se encuentra casi nada.

Los animales salvajes también se ven alterados por nuestra presencia. La mayoría escapan, pero otros más curiosos se acercan y hasta algunos atacan sin preguntar. También tendremos la posibilidad de ayudar a animales que cayeron en trampas humanas, los cuales mostrarán agradecimiento, lamentablemente nunca volveremos a cruzarlos, o al menos los cruzaremos, pero sin el recuerdo de nuestra experiencia vivida.

Volviendo a nuestra visión especial de Na’vi, una gran parte del juego pretende estar anclado a esto, aunque suena que es más a pesar del gameplay, que gracias a él. Esto se debe a que habiendo todo el tiempo tanta carga visual de follaje, construcciones, animales, plantas que se mueven, enemigos, mechas, etc., es muy difícil encontrar lo que uno está buscando. Este problema se agrava aún más en misiones de investigación, donde el juego pretende que resolvamos diferentes enigmas, situaciones o crímenes, analizando la escena con nuestra visión Na’vi.



El problema es que no hay mecánica real para estas misiones, solo tendremos que activar la visión, escanear los ítems relacionados en el orden correcto, y el enigma se resuelve solo. No hay penalización por escanear los objetos en mal orden, no hay una conclusión errónea que nos lleve a fallar la misión o a tomar una mala decisión debido a que nuestro razonamiento fue incorrecto, no hay nada. Solo una pantalla que nos hace pensar que estamos jugando a un título mucho más profundo de lo que es en realidad.

Lo anterior, no hay momento donde más quede en evidencia que cuando llega el esperado momento de montar al Leonopteryx. Algo que ha quedado en claro en cada iteración de la saga, es que la comunión entre los Na’vi y su flora y fauna es algo extremadamente especial y único. ¿Cómo encara esto Avatar: Frontiers of Pandora? Dándonos un vehículo con alas que nos lleva del punto A al B, de vez en cuando tendiendo que batallar contra algunos helicópteros o teniendo que escapar de depredadores alados más grandes que nosotros.

En cuanto al gameplay, es completamente en primera persona. Nuestra aventura nos llevará a crear nuestras propias armas, reunir materiales para mejorarlas o crear otras más avanzadas (algo bastante en vano, ya que los mejores equipos, armas y comidas nos lo dan como recompensa en misiones secundarias), destruir puestos de defensa de los humanos que están contaminando el aire de Pandora y ayudar a las demás tribus a que recuperen sus territorios.


Esto es algo que en un comienzo nos llena de expectativas, pero se termina quedando corto. Por ejemplo, cada tribu que descubramos tendrá un nivel de “comunión” o “favor” con nuestro Na’vi, el cual irá aumentando a medida que cumplamos misiones para esa tribu. Esta barra, al llenarse, irá habilitando nuevos ítems, accesorios y equipo para nuestro personaje, el cual igual deberá pagar para obtenerlos, a pesar de que estuvimos el día entero rompiéndonos el lomo para hacerle un favor a un Na’vi egoísta, cuya única recompensa es habilitarnos el inventario. Desde el lado del guion es superentendible el hecho de tener que ganarte la confianza de una tribu para poder acceder a sus secretos, pero no está bien traducido al gameplay.

Por otro lado, Avatar: Frontiers of Pandora está empecinado en hacernos sentir en la piel de un cazador. Nuestra visión Na’vi nos permitirá encontrar puntos débiles en nuestras presas, e incluso en robots o maquinaria humana, pero es todo una fachada, ya que lanzando trampas explosivas, la mayoría de los enemigos caerán sin poder hacer nada al respecto. Y esto empeora cuando encontremos la escopeta, el arma más poderosa de todo el juego; nada ni nadie sobrevive más de dos o tres descargas de escopeta. 


Otra faceta poco profunda de esta entrega es la pestaña de habilidades. Primero, solo unas pocas son habilidades en sí mismas, como la de hacer menos ruido en sigilo o incluso poder correr en sigilo, las demás son modificadores de daño y/o resistencia. Y no es que no existan habilidades, las hay a montones, pero las desbloquearemos al encontrar unas plantas específicas y sincronizar con ellas. No tendremos que ganárnosla haciendo ninguna prueba para demostrar nuestra valía ni nada, solamente tocamos una planta y somos mejores.

A pesar de los apartados no profundizados, el mundo de Pandora es gruesísimo en trasfondo y encontraremos muchos documentos y audios que ayudarán a engrosarlo aún más. Los diálogos son, por otro lado, en su mayoría, exposición pura y dura. Los personajes caen en un monólogo de minutos explicando su historia para que el jugador entienda el mundo y todo lo que lo rodea, haciendo que hablar con casi cualquier personaje sea muy antinatural y forzado.

Algo para remarcar, y sin un ápice de dudas, es lo magnífica que es la banda sonora. Es tensa cuando necesita serlo, llena de misterio cuando quiere evocarnos eso, explosiva y frenética cuando estamos en peligro y serena y calmante cuando desea que vibremos con la fauna y flora. Cada pieza está compuesta con mucho esfuerzo y pensando en qué emoción evocar, cómo y cuánto.


Avatar: Frontiers of Pandora es un título que, por momentos, logra sorprender y emocionar, pero termina predominando lo a mitad de camino que se queda en cada una de sus mecánicas. A pesar de todo esto, es un buen título para disociar un rato y que logra que nos perdamos en el visualmente increíble mundo de Pandora.

Lo bueno: 
- El apartado técnico: gráficos y sonido increíbles
- El mundo es enorme y casi completamente explorable.
- La flora y fauna reacciona a nuestra presencia.

 Lo malo:
- Mundo enorme, pero mayormente sin actividades.
- Gameplay poco innovador, con muchísimas cosas para hacer, pero poco desarrolladas.
- Un guion flojo, sin mucho desarrollo de personajes.
- Sistema de favores con tribus poco aprovechado.


Nota Final:


6.5

Decente

Comparte en Google+
ESCRITO POR Rodrigo Scarlata

Amante del terror en todos sus medios y aspirante a artista marcial. Ama a Hokuto no Ken casi tanto como a sus gatos.

0 Gritos :

Publicar un comentario