Análisis: Conarium — una experiencia narrativa para fanáticos de Lovecraft

Inspirado en la novela de Lovecraft 'En las montañas de la locura', esta aventura de terror sigue a cuatro científicos y su esfuerzo por desafiar los límites de la naturaleza.

Calificación:

Desarrollador: Icerberg Interactive
Distribuidora: Zoetrope Interactive

Lanzamiento: 6 de Junio de 2017

Plataforma: PC

Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por Iceberg Interactive

Aunque personalmente detesto la expresión “cultura pop”, siempre se dice que en este contexto, Lovecraft es sin duda un icono de este movimiento y sus relatos, que durante tantos años pasaron casi desapercibidos, fueron cobrando fuerza con el paso del tiempo. Es una verdad indiscutida, y que todos aquellos que somos fanáticos del escritor podemos afirmar, que la narrativa del autor de Providence tiene una dinámica tan fluida que cada cuento se hace único, y lo descriptivo de sus mundos nos permite sumergirnos en cada palabra escrita.

De la misma forma, y ya adentrándonos en la reseña que esta vez nos compete, no todos los juegos son de acción, ni todos los juegos se sustentan por su dificultad. No todos los juegos tienen curvas progresivas, ni puzzles imposibles, ni jump scares para lograr efectividad. Hay juegos, como el Conarium, que se basan en una narrativa increíblemente potente para meternos de lleno en la historia que plantean y hacernos sentir la necesidad de transitar la experiencia como si de eso dependiese nuestra propia existencia. Este tipo de juego suelen ser bastante lineales en su dificultad y continuidad, porque su búsqueda recae más sobre lo que nos quiere contar hasta llegar al final, que la propia resistencia que opone el juego para que lleguemos a ese final tan esperado.

Conarium se basa de una forma bastante obvia, o al menos eso nos deja pensar, en los acontecimientos que podemos leer en At the Mountains of Madness, si bien toma prestados elementos de muchos otros libros y de todo el universo que rodea a Los Antiguos, el Necronomicón y todas esas delicias. Dicho sea de paso, recomiendo fervientemente este libro que mencionamos con anterioridad, así como la película llamada In the Mouth of Madness, que si bien está lejos de ser una adaptación, toma prestadas muchas cosas de la literatura de Lovecraft y la dirige un grande como John Carpenter.

Volviendo al juego, vamos a meternos en los zapatos de Frank Gilman, miembro de una expedición a la Antártica que venía, aparentemente, viento en popa. Pero luego de tener un sueño abstracto y lleno de misterio, nos despertamos y encontramos la base desierta, con ese clima opresor y tan asfixiante de sentirnos completamente solos en el medio de la nada misma. Vacío como el lugar que vamos explorando está nuestro cerebro, carente de recuerdos. A lo largo del juego y de explorar minuciosamente cada rincón que encontramos, vamos a encontrar un sinfín de pistas, textos, audios y otros elementos que nos van a ir ayudando a construir toda la historia de fondo. Y en la búsqueda de nuestros compañeros, de saber qué pasó y qué está por pasar, nos iremos adentrando en una realidad completamente distorsionada que nos va a llevar desde las habitaciones de esa base en la Antártica, hasta cavernas impensadas, ruinas ancestrales y otras variantes de nuestra propia realidad.

Para ser sinceros, hay que detenerse en la mecánica del juego. Un juego de exploración en primera persona donde nos vamos a cruzar con puzzles muy simples, de esos de “agarro algo acá para usarlo allá”. Mover palancas, presionar botones en el orden correcto, y siempre en base a pistas que se nos dan mediante cartas, diarios o grabaciones de audio. Todo está a mano, todo es consecuencia de otra cosa, y es imposible quedarse atrapado o no saber qué hacer. Y me detengo acá porque para muchos, Conarium no será ningún desafío, pero como dije en un principio, esa no es la búsqueda del juego. Zoetrope Interactive, la desarrolladora de este juego, puso todo su esfuerzo en recrear parte del universo de Lovecraft lo más detalladamente posible, y teniendo en cuenta que la empresa se compone básicamente por tres personas, el trabajo que hicieron es impecable. No estamos hablando de una aventura interactiva, pero este mote me sirve para explicar, metafóricamente, lo que Conarium es. Se acerca más a la propuesta del Layers of Fear que al SOMA, por poner un ejemplo. Solo que tiene una historia potente, y una narrativa tan dinámica que todo el tiempo estamos intentando saber qué hacer, dónde ir. Todo el tiempo tenemos el misterio de lo desconocido, de saber que nos adentramos más y más dentro de la monstruosidad de la imaginación de Lovecraft. Todo lo incoherente se hace coherente.

Es verdad que definir este juego se hace difícil. No porque Conarium sea único, sino porque es más una experiencia que un juego. Y eso no es nada malo, claro está. Quizás no sea para todo el mundo, pero de malo nada tiene. Para resumirlo mejor, podría decir que el juego es una “simulación de vida de un momento determinado de nuestro personaje”.

Pero aun así, y siguiendo la narrativa contundente de la que vengo hablando, los puzzles son atractivos no por su dificultad, sino por su relevancia con el universo en el que se desarrolla el juego. Simbología extraterrestre, complejos mecanismos relacionados con las estrellas y la posición de ciertos planetas, runas y tecnología avanzada con dotes de ciencia ficción antigua. Todo está perfectamente ideado para que se empate con la historia y con una lógica que lejos de tener explicación racional, es acorde a lo que plantea la historia. Un trabajo inmenso en el guion del juego, aplicado a la parte pequeña, pero didáctica, del juego.

La parte gráfica es destacable en todo su conjunto. El uso del motor Unreal Engine 4 permite muchas cosas a nivel gráfico, detalles y luces, rendimiento. Pero todo el arte realizado por los hermanos Onur Şamlı y Oral Şamlı es magnánimo. Y utilizo esta palabra porque no encontré otra. Y si, seguramente todos van a saltar a decirme que hay juegos mejores, pero primero esperen a que explique a dónde voy: cuando hablo de arte, no me refiero sola y exclusivamente a la calidad final del producto, a la cantidad de polígonos o a lo verosímil del resultado. Me refiero a la parte artística, a la creatividad, a poder traducir la demencia descriptiva de Lovecraft de forma visual. Es lógico que la imaginación de estos dos artistas no sea la misma que la nuestra, pero eso no quiere decir que la concepción de sus diseños sea errada. No recuerdo otro juego donde haya hecho tantas capturas de pantalla por considerar que a cada momentos lo que estaba viendo era digno de un fondo de pantalla.

Y lo mejor de todo en este aspecto, es que a diferencia de muchos juegos que comprar paquetes de elementos gráficos ya prearmados y ellos solamente los van acomodando por sus niveles (también armados a base de elementos gráficos prearmados), Conarium tiene cientos de diseños propios, maquinarias, símbolos, personajes, y muchísimos elementos que sirven para dar vida a todo lo que Frank, nuestro personaje, tiene que recorrer. Vivir. Experimentar.

Palabras Finales:

Conarium es una experiencia narrativa imperdible para los fanáticos de Lovecraft. Es un juego interesante, que crea muy buenos climas y ambientes, que tiene un poco de misterio sin llegar a ser un juego de terror explícito. Es una aventura con una oscuridad digna de cualquier relato del autor, que nos mete de lleno en el centro de una historia atrapante y no nos deja salir. Lamentablemente dura poco, en unas cuatro horas lo vamos a poder terminar, y nos va a quedar un sabor amargo en la boca. Sabor a poco, sabor a un final repentino que llega sin demasiado aviso. Sin demasiado impacto. Más allá de eso, Conarium sigue en la línea de todos esos grandes juegos que se han basado en los relatos de unos de los mejores autores de literatura fantástica de la historia.

Lo bueno:
- Los climas y los ambientes.
- La narrativa.
- Sentirse parte del universo de Lovecraft.

Lo malo:
- El final repentino y un poco tosco.
- Es corto, y por lo entretenido y atrapante que es el juego, harían falta un par de horas más de entretenimiento.

Nota Final:

8

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ESCRITO POR Lucas Robledo

Game Designer y Producer. Redactor mercenario. Cinefilo conflictivo. Casi músico y muy poco de ilustrador. Gamer de la vieja escuela. Aficionado al terror, a los comics y a la literatura.