Análisis: Mutant Year Zero — un mundo post-apocalíptico con mucha personalidad

Mutant Year Zero es un juego de estrategia y supervivencia que presenta un mundo devastado, donde gran parte de la población mundial ha perecido a causa de una enfermedad conocida como la Plaga Roja.

Calificación:


Desarrollador: The Bearded Ladies
Distribuidora: Funcom
Lanzamiento: 4 de diciembre de 2018
Plataforma: PC, PS4, Xbox One

Análisis basado en una copia digital del juego para Steam facilitada por Funcom

Qué lindo es sorprenderse, vivir esa hermosa sensación de recibir algo que no esperabas. Me gusta cuando eso pasa, porque siento que aun, cuando está todo prácticamente inventado, me pueden tomar por sorpresa. Cuando vi el trailer de anuncio de Mutant Year Zero: Road to Eden fue como “¿Y esto? ¿Dónde lo tenían escondido? ¿Por qué no supe nada de este juego antes?”. La verdad es que no estaba seguro de que era lo que el juego se traía entre manos, pero hubo algo que despertó mi interés en el: Un futuro post-apocalíptico de corte Fallout mezclado con combate táctico a lo X-Com, sumada a un repertorio de singulares personajes, fue demasiado seductora para mí.

Para dar forma a Mutant Year Zero, The Bearded Ladies se inspiró en el juego de lápiz y papel Mutant. Si bien las influencias son palpables, no estamos precisamente frente a lo que podría definir como un RPG. Me refiero a que aquí no tenemos toma de decisiones, misiones secundarias en abundancia o tan siquiera la libertad para ir a donde queramos. Simplemente estamos ceñidos a una especie de linealidad dictada por un objetivo principal que funciona de hilo conductor para la trama.

Mutant Year Zero presenta un mundo devastado, donde gran parte de la población mundial ha perecido a causa de una enfermedad conocida como la Plaga Roja. De las ruinas de la cuasi-extinta civilización, surgen reductos de sobrevivientes, algunos poblados por humanos y otros híbridos, donde coexisten estos con los mutantes – seres mitad humano, mitad animal- cuya procedencia es desconocida. Es en uno de estos enclaves conocido como El Arca que viven los protagonistas del juego, un cerdo jabalí llamado Bormin y un pato llamado Dux (Sí señor, que nombre tan original), bajo la tutela y/o guía de un humano al que llaman el Anciano. Como sociedad organizada que son, cada quien tiene un papel en esta “ciudad” y el de nuestros héroes es el de exploradores o “stalkers”. Ellos son quienes se aventuran por el yermo buscando recursos de vital importancia para la comunidad, sean estos alimentos o tecnología “antigua”.


La historia comienza con la atípica pareja recolectando chatarra para reparar un purificador de agua (¿Dónde habré escuchado eso antes?), misión que sirve como tutorial para familiarizarnos con las mecánicas. El juego se divide en dos fases: La primera es la de exploración. Esta transcurre en tiempo real, donde podemos mover al grupo por el escenario en cuestión o haciendo que viajen a nuevas mediante el uso de un mapa. Durante esta etapa, podemos reunir recursos, armas e ítems que servirán para mejorar a los personajes. Un detalle interesante es que contamos con una linterna que podemos prender y apagar a voluntad. Cuando está encendida la movilidad será mucho más rápida, aunque también seremos blanco fácil para los enemigos. Por otra parte, al apagarla entraremos en un modo sigilo que será sumamente útil para evitar encuentros indeseados.

Respecto a la segunda fase, es la de las batallas. Aquí el juego adopta mecánicas de combate por turno, similares a las de X-Com. En este modo podemos disponemos de dos puntos de acción que sirven para moverse, disparar, arrojar granadas, usar botiquines para recuperar salud o alguna de las habilidades especiales que el personaje en cuestión disponga. Una vez se agotan las movimientos de nuestro grupo, será el turno de los enemigos, luego el nuestro… y así sucesivamente hasta que finalice la contienda. Nada nuevo bajo el sol, pero es un sistema que funciona realmente muy bien.


Lo interesante del combate, es que a diferencia de otros juegos que usan características similares, en Mutant Year Zero se pueden hacer emboscadas al mejor estilo “Guerra de Guerrillas”. Para darles una idea de lo que hablo, les pongo un ejemplo: En uno de los mapas tenía que atravesar una especie de fortaleza y un ataque frontal –obviamente- se traduciría en una derrota asegurada. Lo que hice en este caso fue enviar a uno de los personajes a recorrer los alrededores para ver los puntos flacos, aprenderme las rutinas de patrulla de los enemigos y atacar con armas silenciosas (Como las ballestas) a aquellos que se apartaban del resto. Luego busqué posicionar al resto de mi equipo en posiciones ventajosas y cuando todo estaba listo –según mi criterio- desaté el caos con una efectiva y sorpresiva emboscada. La posibilidad de realizar este tipo de tácticas es un agregado sumamente interesante y la satisfacción obtenida al llevarla a cabo exitosamente, es genial… El único inconveniente, es cuando esta práctica se vuelve casi obligatoria debido a la fragilidad de nuestros héroes.

Hay varios escenarios, especialmente al comienzo del juego, que son particularmente difíciles. El tipo de enemigos que aparecen son bastante fuertes y algunos de ellos pueden llamar refuerzos, otros pueden levantar a los caídos o causar mucho daño debido a su gran potencia de fuego. Por otra parte, nuestros personajes son bastante frágiles… por no decir de papel… y si por una de esas casualidades somos descuidados y nos vemos envueltos en una refriega imprevista, sin planificación alguna… bueno, siempre está el buen botón de “Cargar Partida” a mano. Se entiende por donde voy, ¿No? Al margen de que pueda parecer que la dificultad está desbalanceada, si no se toman recaudos, la muerte es inevitable, lo que nos obliga a estar constantemente guardando la partida para no perder el progreso a causa de un error de cálculo.


De todos modos, y como dice el dicho: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”… Conforme ganemos combates, obtendremos puntos de experiencia con los que subiremos nivel, pudiendo aplicar en el proceso diversas mejoras a nuestros stalkers. Esto hará que los personajes se vuelvan más fuertes y eficientes a la hora de luchar. Sumado a ello, de tanto en tanto podremos regresar a El Arca y mejorar las armas en el taller o comprar nuevo equipo a la comerciante local (conste que dije LA porque solo hay una) con chatarra que recojamos en la aventura. Además podemos visitar el bar y canjear determinados objetos especiales -“reliquias”- por habilidades pasivas, como por ejemplo aumentar probabilidad de conseguir impactos críticos o aumentar el daño de las granadas, entre otras cosas. Dicho conjunto de mejoras hará que la balanza se vuelva relativamente equilibrada, aunque no por eso hay que confiarse porque –como dijo Tusam (Busquen quien es en Google)- “puede fallar”.

Algo que no había mencionado hasta este punto es que al comienzo del juego contamos con dos personajes (Dux y Bormin), aunque conforme avancemos se sumarán tres más: Selma, Farrow y Magnus. Si bien cada quien tiene un rol definido en el grupo (Tanque, DPS o soporte) solo podremos usar a tres simultáneamente, dejando a dos en “reserva”. Si bien hubiera estado interesante controlar a todo el grupo simultáneamente, no veo del todo mal que nos obliguen a elegir, debido a que cada stalker posee habilidades sustancialmente diferentes. Lo bueno es que mientras no estemos envueltos en un combate, podremos cambiar de personaje a voluntad, y esto es de agradecer ya que sus características podrán resultar de mayor o menor utilidad según la estrategia a que deseemos llevar a cabo. Lo malo es que una vez nos sintamos cómodos con un grupo, los otros dos mutantes quedarán relegados al olvido.

Sea como sea, la verdad es que si no se presta atención a lo que se hace, la podemos llegar a pasar muy mal porque Mutant Year Zero es desafiante. No obstante, he de decir que esto es lo mejor del juego porque incluso en el nivel de dificultad “normal” se hace bastante complicado salir airoso de las peleas. En lo personal he disfrutado de jugar en difícil, y encontré que las batallas son realmente tensas y exigentes, obligándonos a ser meticulosos con cada acción a realizar. Además, si sumamos a que el sistema de combate es sólido y funciona muy bien… negocio redondo. El problema que he encontrado a todo este bonito conjunto es la IA: Idiotez Artificial.



Como dije, el juego es difícil y los combates desafiantes. Sin embargo, en numerosas ocasiones, los enemigos se comportan estúpidamente. A ver, cuando en X-Com lanzábamos maldiciones al cielo por el actuar implacable de las tropas marcianas, aquí nos encontraremos más de una vez soltando carcajadas por las absurdas maniobras de las que somos testigos. Debo confesar que me sentí mal por disparar a un pobre incauto que, por cuestiones de su incompetencia artificial, quedara expuesto, sin cobertura, listo para ser finiquitado. Y lo que es peor, la sensación de frustración al sentir que una maniobra táctica sumamente planificada se vea ridiculizada por el actuar enemigo… y no por un buen actuar necesariamente.

Ok, ok, sé que pueden pensar “Hey, pero que los enemigos sean torpes ayuda a que el juego no sea tan difícil” y sí, están en lo correcto. Sin embargo, la IA no discrimina y puede tener el mismo efecto en “Juan de los palotes” o en un jefe, e incluso ¡En el jefe final! Quizá no sea el caso más frecuente, pero que este problema surgiera en la última batalla, me arruinó una parte importante de la experiencia de juego. Sentí que la pelea fue muy anti-climática y fácil, que ni siquiera la pude considerar como un desafío real.

Y ya que estamos en tema, otro punto en contra son algunas cuestionables decisiones de diseño. Párrafos más arriba decía que los personajes pueden mejorar y adquirir habilidades. Muchas de ellas se enfocan en la movilidad, como por ejemplo Selma que puede dar grandes saltos para llegar a lugares de otro modo inaccesibles. Pues bien, dicho poder solo se puede usar en combate y no fuera de él, limitando de este modo la posibilidad de explorar los entornos en mayor profundidad ¡Y ay si alguna desafortunada explosión vuela una escalera que nos llevara a un segundo piso donde había un ítem! Van a tener que decirle adiós para siempre. Algo similar sucede con Bormin o Farrow que pueden usar el poder de devorar cadáveres enemigos para recuperar salud durante las batallas. No sé, igual no entiendo y es durante esa fase en que los cuerpos son más apetitosos, porque luego de las contiendas se ve que no han de gustar en absoluto.


Respecto a la trama, es bastante interesante y en un principio logró captar mi atención, aunque conforme fui avanzando noté que no estaba demasiado desarrollada, dejando incluso varios huecos argumentales. Es como si les hubiera dado pereza cerrar arcos argumentales o profundizar un poco más en la historia de algunos personajes. Tampoco ayuda mucho el “lore” repartido por el mundo, en forma de notas o documentos que apenas enriquecen el trasfondo debido a lo cripticas e indirectas que resultan ser.

Por último, hubo un buen número de usuarios que se quejaron de la duración de la campaña, que en mi caso particular fueron unas 15/16 hs. de juego. Sinceramente no creo que el tiempo de juego fuera acotado, sino que no hubiera nada más una vez finalizado ¿Me explico? Es decir, una vez finalizado no hay más: No hay diferentes opciones de dialogo que experimentar, no hay diferentes personajes que probar, no hay misiones secundarias opcionales que realizar, ni tan siquiera un “New Game +”. En definitiva, ningún incentivo para ser rejugado.

Por el contrario, donde si brilla Mutant Year Zero es en sus personajes, en los diálogos y en la presentación de un mundo post-apocalíptico visto dese una perspectiva inusual. Es muy gracioso ver la reacción de los stalkers cuando encuentran objetos tales como un radio-grabador o un lavarropas, pertenecientes a un pasado que no conocieron. Técnicamente también es muy bueno, y aunque carece de algunas animaciones básicas (como bajar por una escalera), presenta entornos coherentes, homogéneos y llenos de detalles. Tanto héroes como enemigos se sienten parte del escenario, porque no desentonan en absoluto. Por otra parte, las actuaciones de voz son de buena factura, en especial la de Bormin (que es quien narra prácticamente en toda la aventura) interpretada por Enzo Squillino Jr., actor que si bien no ha tenido grandes papeles en la industria del cine y el gaming, hace un trabajo excelente.


Palabras Finales:
Mutant Year Zero: Road to Eden ha sido una grata sorpresa dentro del género. Su combinación de aventura y combate táctico por turnos, sumado a un nivel de dificultad exigente funciona muy bien, dando como resultado un título satisfactorio y/o gratificante. Quizá un presupuesto más elevado y un mayor tiempo de desarrollo hubieran resultado en un videojuego pulido en todos sus ángulos, puesto que sus fallos pueden diezmar el disfrute de los usuarios más exigentes. Ojalá en un futuro veamos más de este mundo y sus personajes. Ojalá que The Bearded Ladies me vuelva a sorprender.

Lo bueno:
- Los personajes y un mundo post-apocalíptico que remite a Fallout.
- El sistema de combate es sólido y ofrece interesantes posibilidades tácticas.
- Apartado técnico con grandes niveles de producción.

Lo malo:
- La inteligencia artificial enemiga.
- La historia decae conforme se avanza y deja varios huecos argumentales.
- Nulo incentivo para ser rejugado. Una vez se termina no hay más.

Nota Final:

7.5
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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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