Análisis: Valfaris — un run & gun oscuro, metalero e imperdible

Valfaris es el segundo trabajo del equipo de Steel Mantis, un videojuego de perspectiva bidimensional, poseedor de un ritmo endiablado cargado de acción y mucho heavy metal. Un run and gun clásico, frenético, oscuro e imperdible.

Calificación:


Desarrollador: Steel Mantis
Distribuidora: Big Sugar
Lanzamiento: 10 de Octubre de 2019
Plataforma: PC, PS4, Xbox One, Nintendo Switch

Impresiones basadas en una copia digital para Steam facilitada por Big Sugar.

Antes de comenzar a hablar de lo excelente que es Valfaris, me gustaría destacar que Steel Mantis es el nombre perfecto para su desarrollador. El nombre no solo va a tono con el juego, sino que además podría ser usado por una banda finlandesa de power metal que, sin duda alguna, tendría un lugar en la cartelera del festival Hellfest. Ahora sí, dicho lo dicho, comencemos. 


Valfaris es el segundo trabajo del equipo de Steel Mantis (Ex Wolf Brew Games), un videojuego de perspectiva bidimensional, poseedor de un ritmo endiablado cargado de acción y mucho heavy metal, que mantiene las bases jugables de Slain: Back from Hell, pero mucho más pulidas. He de destacar que pese a que pueda parecerlo, Valfaris no es un Metroidvania, sino un run and gun de corte clásico. Aquí no hay necesidad de hacer back-tracking o de buscar desesperadamente el famoso doble salto: Solo hay que moverse de izquierda a derecha del nivel, ocasionalmente subir o bajar, y asegurarse de que los malos no sepan qué o quién los golpeó.

Un detalle curioso, o mejor dicho sorpresivo, es que Valfaris resulta ser una especie de secuela directa de Slain, puesto que hay una relación entre los protagonistas de ambos juegos y el malo de turno. No obstante esto no quiere decir que estemos ante un juego poseedor de una trama particularmente profunda, ya que la historia es bastante simple y definitivamente no es lo más destacable de la producción: Habiendo desaparecido misteriosamente, el planeta Valfaris reaparece repentinamente en la órbita de un sol moribundo, tras haber sido completamente transformado de un paraíso a un infierno. Asumiendo el rol de Therion, un duro guerrero espacial que con tan solo una fija mirada proveniente de su inescrutable rostro pondría a llorar a cualquier marine espacial, tendremos que volver a nuestro planeta de origen para descubrir que fue lo que ha sucedido ¿Ven? No mentí. El argumento es básico y se puede resumir a que nuestro protagonista tiene que matar a todo lo que se cruza en su camino para hallar la respuesta que busca. Fin.


Como dije más arriba, Valfaris sigue los pasos de Slain y como buen juego de plataformas en 2D que se precie, sus mecánicas son sumamente sencillas, aunque efectivas y de algún modo hacen que el juego nos recuerde a Contra o al reciente Blazing Chrome. Hay un botón de salto y otros tres destinados para disparar cada una de las armas que podemos llevar equipadas: Una espada, un arma liviana -cuya munición es infinita- y un arma pesada extremadamente poderosa. No existe la posibilidad de hacer esquivas, aunque si la de usar un escudo de energía que nos permitirá devolver proyectiles a los enemigos o realizar parrys. Tanto este escudo, como el arma pesada consumirán energía de una barra, la cual se puede recargar con ataques cuerpo a cuerpo. Esto aporta cierto valor estratégico a la acción puesto que siempre podremos optar por desatar el poder destructivo de nuestro arsenal contra toda forma de vida, lo cual nos obligará eventualmente a acercarnos para golpear con la espada, o conservar esta energía a tope para hacer frente a aquellos enemigos más duros, como por ejemplo los jefes.

Otra característica muy interesante del juego, que implica esta especie de riesgo/recompensa descrita en el párrafo anterior, es la administración de los ídolos de resurrección. Durante la aventura encontraremos varios puntos de control esparcidos por los niveles, los cuales necesitarán de un ídolo para ser activados. Sin embargo, estos ídolos también son útiles para mejorar la barra de vida y de energía, así como para intercambiarlos por minerales de sangre que resultarán necesarios para aumentar el poder de las armas. Si bien no es una mecánica que agregue dificultad al juego, eventualmente nos hará elegir entre volvernos más fuertes, arriesgándonos a seguir adelante con la implicancia de que si morimos tendremos que repetir todo un segmento, o jugar con seguridad pero siendo más débiles y, por lo tanto, más vulnerables de cara a los siguientes desafíos. En mi caso, conforme avanzaba me di cuenta de que si bien el sistema es interesante, tanto los ídolos como los puntos de control son bastante abundantes, por lo que el juego permite llegar a un equilibrio. Lo bueno es que esto no atenta en absoluto con arruinar la experiencia o mermar de algún modo el nivel de dificultad.


Algo que me gustó mucho es que en Valfaris no faltan instrumentos de muerte que nos ayudarán en nuestra épica misión esparciendo los trozos sanguinolentos de nuestros enemigos por los cuatro costados. A medida que progresamos, Therion encuentra constantemente nuevos "juguetes", que pueden reemplazar su pistola normal, su espada de fuego, o simplemente cubrir el papel del arma pesada. Hay más de 15 armas diferentes y cada una de ellas puede ser mejorada con metal de sangre volviéndolas aún más letales. Mención especial a la selección de nombres que eligió Steel Mantis para bautizar cada pieza de equipo, las cuales podrían ser canciones de un disco de heavy metal: Espectro Infernal, Martillo del Averno, Emisario de la Destrucción, son tan solo algunos ejemplos y créanme que el devastador poder de cada arma hace honor a su nombre.

Valfaris es un juego sumamente entretenido y simple, puesto que solo hay que tener en cuenta una cosa: Matar y evitar morir. Una vez que nos acostumbramos a sus mecánicas y nos amigamos con el sistema de combate, el juego se abre para convertirse en un desafío enormemente agradable, que si bien presenta algún que otro pico de dificultad, nunca sentí que estaba ante un desafío imposible. En cierto modo recuerda a Slain, puesto que tenemos una barra de salud que se agota rápido y si bien hay ítems de curación que ocasionalmente son dejados por los enemigos luego de explotar, es bastante común morir mucho. Eso sí, hay veces que esto se debe a un error, como por ejemplo fallar un salto en algún segmento de plataformas y sucumbir ante uno de los tantos peligros ambientales, o pasarnos de listo con algún enemigo y que este nos haga puré en un instante. Sin embargo, en algunas ocasiones el control no es del todo preciso y puede conducirnos a una muerte indeseada. Ejemplo de esto es el disparo en diagonal, el cual es imposible de ejecutar sin avanzar hacia adelante, lo cual –como imaginarán- más de una vez ha hecho que caiga al vacío. No obstante y al margen de lo expresado, rara vez sentí que morir no era mi culpa y la concentración para evitarlo fue recompensada con progreso.


Siendo sincero, no tengo prácticamente nada que objetarle al desarrollo de Steel Mantis. Si algo pudiera criticarle es que –al menos en mi caso- me resultó algo corto, puesto que en tan solo 6/7 horas llegué a la escena de créditos. Sin embargo, no dejo de sentir que me quejo de lleno, debido a que considero que es una duración adecuada, aunque no da el suficiente tiempo para experimentar a fondo con el vasto arsenal que el juego provee. Lo que si me hubiera gustado es que se hubiera incluido un selector de capítulos que me permitiera re-visitar fácilmente cualquier nivel en el que me hubiera faltado descubrir algún secreto. Y hablando de niveles, si bien el diseño de estos es genial, hay ciertos segmentos que se sienten poco inspirados, aunque son contados con los dedos de una mano.

Respecto al apartado técnico, gráficamente Valfaris tiene una estética muy bien cuidada que remite a... ¿Recuerdas la revistas Heavy Metal o su adaptación europea Metal Hurlant? Bueno, a eso. Es un juego donde el gore excesivo es el ingrediente principal de un mundo sangriento y violento. Además, el pixel art empleado por sus responsables es realmente bueno, presentando escenarios sumamente bellos y detallados, enriquecidos por una gran dirección artística: Los fondos, las animaciones tanto de nuestro personaje como de los enemigos, los efectos de luz, las interacciones con el escenario, el diseño de los jefes… Se nota mucho mimo y atención a cada elemento que vemos en pantalla, lo que da como resultado una atmósfera oscura e infernal. 

En cuanto a la banda de sonido, está compuesta por Curt Victor Bryant -ex guitarrista de Celtic Frost- y es sencillamente brutal. Los estridentes riff de guitarras, acompañados por una demoledora batería son como la guinda del pastel y acompañan la acción de forma magistral. Resulta muy difícil jugar sin estar moviendo el pie al compás de las melodías, e incluso detenerse un momento a golpetear una batería de aire mientras se agita la cabeza sin parar… Bueno, Therion lo hace, y yo también lo hice. No se rían… podrían tener un hijo igual.


Palabras Finales:
Valfaris es un excelente y desafiante videojuego de plataformas de acción, poseedor de una simpleza que recupera el espíritu de grandes glorias del pasado, donde todo pasaba por moverse de izquierda a derecha, saltando y esquivando proyectiles y rayos láser, mientras se destroza a cuanto enemigo se cruce por el camino. Steel Mantis ha demostrado que siempre se puede ir a mejor y Valfaris es la prueba viviente de ello, puesto que su equilibrio en el sistema de riesgo/recompensas, el abundante arsenal y los combates contra los jefes, sumado a un apartado técnico realmente notable, han dado como resultado un título sobresaliente que es –sin lugar a dudas- uno de los mejores juegos indie y una de las más gratas sorpresas que nos ha regalado este 2019.

Lo bueno:
- Su jugabilidad, simple y adictiva.
- Buen equilibrio entre mecánicas de riesgo/recompensa.
- Nivel de dificultad bien ajustado.
- Su apartado gráfico y sonoro.

Lo malo:
- Puede resultar algo corto.
- Ciertos segmentos de algunos niveles se sienten poco inspirados.
- Disparar en diagonal puede conducirnos a muertes indeseadas.

Nota Final:

9
Excelente
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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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