Análisis: The Tartarus Key, entre la aventura gráfica y el survival horror clásico


The Tartarus Key: Escapa de una mansión donde nada es lo que parece en este thriller inspirado en los juegos de aventura clásicos.
Calificación:

Desarrollador: Vertical Reach
Distribuidora: Armor Games
Lanzamiento: 31 de mayo de 2023
Plataforma: PC, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S, Nintendo Switch


Análisis basado en la versión de Steam facilitada por Armor Games

A simple vista, uno se topa con The Tartarus Key y sería correcto pensar que el juego bebe muchísimo de los survival horror más clásicos, como podrían ser los siempre mencionados Silent Hill o Resident Evil. No solo por su aspecto gráfico, sino por la seguidilla de puzzles que uno tiene que ir resolviendo para poder avanzar y, aparentemente, sobrevivir a la propuesta del juego.

Por un lado, no estaríamos muy alejados de la realidad, aunque me gustaría pensar que hay otros títulos que también inspiraron a esta gran entrega. El juego es de exploración y resolución de puzzles solamente, no tiene esos toques de survival donde hay que administrar un inventario acotado para poder sobrevivir. De hecho, tampoco podemos morir durante la partida, por así decirlo. Por eso mismo, me gustaría traer dos títulos más como ejemplo, que creo que podrían representar una descripción más cercana: The 7th Guest o The 11th Hour.

Sí, sé que a nivel visual y propuesta de juego quizás no sean tan similares, pero cuando analizamos un poco más en profundidad, The Tartarus Key tiene algunas semblanzas de aquellos títulos clásicos. Porque al contrario de los survival horror, acá el “sobrevivir” sería el concepto final, el objetivo primordial del juego, pero en el camino, no hay enemigos a los que eliminar, ni mucho menos, enemigos que nos persigan o nos pongan en peligro. Si tuviese que hacer un breve resumen, el juego consta de ir resolviendo puzzles dentro de una extraña y misteriosa mansión. Cada puzzle nos revela algo de la historia, y nos permite conseguir datos o llaves para abrir otras puertas antes inaccesibles.

Para los más cinéfilos, hay muchas referencias para destacar, al menos desde las herramientas narrativas. Despertamos en una habitación inmensa. No recordamos cómo llegamos a aquel lugar ni por qué. Nuestra vida es poco interesante como para que alguien nos quiera raptar, y los recuerdos de la noche anterior se sienten difusos. Comenzamos a investigar y entendemos que necesitamos conseguir algunas llaves, algunos códigos numéricos, y todo va tomando forma. Estamos frente a algo que pareciera un “escape room”, pero en un contexto de desesperación y no de entretenimiento.

Mientras resolvemos algunos puzzles como para entrar en calor, conocemos a otra mujer que se encuentra en las mismas condiciones que las de nuestro personaje. Es una ex agente de policía que necesita nuestra ayuda porque un gas venenoso está por terminar con su vida. La ayudamos, resolviendo algunos puzzles, y juntas escapan hacia la planta baja. Nuestra ahora compañera se siente muy mal por el gas que inhaló, y no puede acompañarnos en la misión de poder escapar de aquella mansión que, lógicamente, tiene sus puertas cerradas.

De ese momento en adelante, la tarea es siempre la misma, por decirlo de alguna forma simple. Hay que ir recorriendo la mansión, resolviendo muchos puzzles, algunos bastante complejos, e ir abriendo puertas que nos van habilitando nuevas zonas para explorar. En el camino, nos vamos a encontrar con nuevos personajes que van a ir dándole forma a la historia global del juego, que cada vez se pone más turbia y misteriosa.

Desde el aspecto narrativo, está muy bien enlazado el gameplay con la historia. Cada personaje, en los diálogos que podemos tener, aportan diferentes detalles de lo que en un principio parece una historia que roza los conceptos de Saw o incluso, Hostel, pero que más adelante comienza a tener algunos condimentos un poco más sobrenaturales, por así decirlo, aunque nunca sabemos qué es verdad y qué no, qué es producto de la imaginación de nuestro personaje o, simplemente, todo un acting perpetrado por quien sea que esté detrás de todo este juego morboso.

Esa dicotomía en la forma de plantear el juego es lo que te termina de atrapar. Todos los puzzles son increíbles, muy bien pensados y construidos para aquellos que realmente quieran un desafío de esos donde tienes que usar tu materia gris como principal motor. Es de esos títulos que te obligan a tomar un lápiz y un papel y comenzar a anotar cosas, rever lo que estás haciendo, volver a intentarlo. En este caso, y como ejercicio muy personal, siempre consideré que aquellos juegos que te obligan a tomar nota y quedarte mirando eso que escribiste para intentar descifrar al problema en cuestión, tienen algo muy especial.

Lógicamente, si estabas esperando acción, disparos o una dinámica intensa, The Tartarus Key no es para vos porque ni siquiera es esa su búsqueda. Es un juego que se cocina lento, donde la exploración minuciosa y la atención a todos los detalles son los ejes de que realmente puedas avanzar en el juego. En un subgénero donde quizás títulos como The Talos Principle, The Witness, la saga The Room o The House of Da Vinci, tienen las ofertas más contundentes, The Tartarus Key viene a proponer algo diferente, pero para el mismo público.

Visualmente, el juego tiene unos bellísimos gráficos poligonales al mejor estilos PlayStation 1 que le dan un toque de nostalgia inmenso. Y, al contrario de lo que muchos pueden pensar, estos polígonos tienen un trabajo inmenso para recrear todo lo que el título necesita. Los ambientes, los diferentes objetos, toda la mansión, los pasillos, las habitaciones, los muebles, incluso los puzzles, rebozan de un cuidado minucioso al detalle muy particular, y que logra darle un tono bastan oscuro a toda la propuesta desde la inmensidad del lugar donde nos encontramos atrapados, e incluso desde su aspecto sonoro, con sonidos que muchas veces nos desconciertan o nos hacen presuponer ciertas cosas que quizás nos remitan a películas como The Cube o The Cabin in the Woods. Ser más preciso en estos temas sería entrar en spoilers y, sinceramente, The Tartarus Key es un juego que me gustaría que experimenten bajo su propio criterio.

Como no podía ser de otra forma, hay ciertas variables dentro de toda la aventura (morbosa, pero aventura al fin) que podemos realizar de manera correcta o incorrecta, aunque nunca vamos a ser realmente conscientes de esto. Depende de nuestro accionar, hay tres finales distintos para desbloquear, completamente diferentes. Y hay algo particular, complejo de explicar, que tiene que ver con estos finales: no estamos frente a esos juegos donde el título termina y nos muestra algo diferente dependiendo de lo que hayamos hecho. En The Tartarus Key, dependiendo de lo que hayamos hecho o de decisiones que tomemos a último momento, se nos van a habilidad nuevos puzzles o caminos para lograr acceder a esos finales diferentes, que cambian, como dije antes, completamente el paradigma de la historia que vivenciamos.

The Tartarus Key es de esos juegos que me resulta imposible no recomendar, sobre todo para aquellos que son amantes de los puzzles. Es un juego redondo por donde se lo mire, que cuida sus formas desde el gameplay, las mecánicas, e incluso su aspecto visual y sonoro, para regalar una experiencia muy contundente que tiene como mayor virtud su forma de atrapar al jugador y la equilibrada dificultad sobre sus puzzles. Si querías un desafío de esos que te mantienen pegado al asiento sin poder despegar los ojos de él, este juego es, entonces, para vos.

Lo bueno:
- La cantidad y la dificultad de los puzzles.
- La historia y los rincones a los que se adentra.
- Los diferentes personajes secundarios y el pequeño pero detallado trasfondo que se les da para complementar la historia.
- El aspecto visual, completamente cuidado.
- La intriga y el sentimiento de peligro constante, aunque no haya nada tácito que te lo proponga.

Lo malo:
- Algunos detalles menos en su narrativa, que se siente un poco forzados en pos de la propuesta del juego.

Nota Final:


9.0

Excelente

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ESCRITO POR Lucas Robledo

Game Designer y Producer. Redactor mercenario. Cinefilo conflictivo. Casi músico y muy poco de ilustrador. Gamer de la vieja escuela. Aficionado al terror, a los comics y a la literatura.

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