Impresiones: Jugamos Remnant II, una secuela más grande y más brutal, al estilo soulsborne

Remnant: From The Ashes supo hacerse de un público fiel con su propuesta de shooter de loot con elementos RPG y niveles procedurales, todo aderezado con un nivel de dificultad a lo soulsborne. Una combinación difícil de encontrar, sin dudas, ambientada en un mundo de bicharracos demoníacos y decadencia. En Summer Game Fest pude jugar Remnant II y, en esencia, la secuela no viene a cambiar mucho las cosas. Es la misma propuesta con esteroides, que además suma arquetipos (o clases) para los jugadores, que permiten que la experiencia sea incluso más variada que en el original.

Al arrancar la demo se me dio la opción de elegir jugar con uno de los tres arquetipos. El gunslinger, que es básicamente un tirador, muy diestro con las armas; el handler, que es un personaje balanceado que lleva a todos lados un compañero canino; y el challenger, que es básicamente el tank del grupo. Cada uno de ellos tiene sus propios perks, muy en tono con su clase. El equipamiento en Remnant II no está ligado al arquetipo, así que las armas melee y a distancia no tienen restricciones.

Es difícil resistirse a un personaje que tiene como compañero a un perro tan adorable, incluso en un trasfondo oscuro y derruido como el de Remnant, así que elegí al handler. 

La sinergia entre este arquetipo y su colega peludo está basada en perks. Podemos darle órdenes para que ataque, dar soporte o incluso distraer a los enemigos. Una verdadera navaja suiza para el equipo que puede dar vuelta una situación si se lo sabe usar. La verdad es que el perrito me ayudó a salir viva de varios momentos ásperos durante la demo.

El área de la demo era un bosque oscuro cortado por templos en ruinas. Un ambiente tan lúgubre como hermoso que como nivel era inmenso tanto en lo vertical como en lo horizontal, con muchísimo para explorar. Invitaba a ver cada rincón, aunque eso implicase un peligro inminente. No pasó mucho tiempo hasta que comenzó el desfile de enemigos y durante mi tiempo con Remnant II pude darme una idea de las dinámicas que propone el combate. Consigue un balance interesante entre momentos con muchísimos enemigos que requieren táctica para que no nos sobrepasen y otros donde la coreografía del combate está centrada en un único enemigo muy potente y los demás son solo una distracción. La dificultad es elevada, como ya sucedía en el primero juego, pero también en los momentos más intensos me recordó en el buen sentido a Returnal, aunque con menos balacera de por medio
Lo mejor de Remnant II es que los escenarios son procedurales y las dinámicas de los enemigos también. Eso da mucho lugar a la improvisación y nos mantiene en tensión constante: nunca sabemos qué encontraremos al entrar en una zona nueva o cómo se verá una zona que ya jugamos. Desviarnos del camino principal puede implicar toparnos con un subjefe opcional que nos la ponga muy difícil. Pero también, con cada muerte, vamos a aprender mucho de los enemigos y eso hará que podamos encararlos de formas nuevas. Y, por último, siempre estará el factor suerte en este tipo de experiencias aleatorias: como me pasó a mí, que el desarrollador me comentó que tuve la suerte de encarar con sigilo una zona que tenía un enemigo que le había hecho la vida imposible a muchos otros jugadores. Por la forma en que me posicioné yo, y gracias a mi compañero perruno, lo pude aniquilar rápidamente. 

En otras situaciones no tuve tanta suerte y eso es lo genial de Remnant II: que consigue que el factor sorpresa esté presente siempre, pero que no se sienta injusto. Como en los mejores juegos de dificultad elevada, aprendemos de nuestros errores y hay mucho lugar para reorganizar la estrategia y encarar un mismo combate desde varios ángulos.
Lo único que no me cerró del todo, pero es lógico que no se aprecie bien en la demo, es el apartado narrativo. En un momento, me topé con una criatura que lucía como un hada y el representante de Gunfire Games que me asistió en la demo me contó que era un tipo de personaje aleatorio, que podía cruzarme para desbloquear nuevas perks. Algunas de estas se obtienen cumpliendo misiones de la historia, otras son propias de desarrollar al arquetipo y las demás, se obtienen de formas secretas, como encontrando este tipo de NPCs que aparecen al azar. Lo que me desconcertó de todo esto es que el hada comenzó a hacerme preguntas filosóficas y terminé teniendo una conversación muy larga que desentonaba completamente con el tono del resto de la propuesta. Habrá que ver qué tanto sentido tiene todo esto en el juego final.

Mi experiencia con Remnant II fue individual, pero en su versión final se podrá jugar de hasta 3 jugadores en cooperativo y el mundo de juego escala en función de cuántos somos y qué nivel tenemos. Ya quiero ver lo brutal que será la experiencia conjunta, con amigos. Jugar con el handler fue divertidísimo, desesperante (en el buen sentido) y me hizo sacar a relucir mis mejores habilidades de táctica, en pleno tiroteo, para no mandarme al combate sin pensar antes. Y si lo hacía, también fue más que satisfactorio encontrar que había lugar para improvisar. Publicado por Gearbox Publishing y desarrollado por Gunfire Games, lo esperamos para el 25 de julio en PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC.

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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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