Análisis: The Foglands, un FPS de realidad virtual que es puro humo

The Foglands para PS VR 2 es una atmosférica aventura roguelike en la que descubrirás nuevos caminos y desvelarás viejos secretos. Corre hacia lo desconocido, lucha contra monstruos, busca loot.
Calificación:
Desarrollador: Well Told Entertainment
Distribuidora: Well Told Entertainment
Lanzamiento: 31 de octubre de 2023
Plataforma: PS5, PS VR 2


Análisis basado en la versión de PS5 facilitada por Well Told Entertainment


El género roguelike ha sabido estallar en los últimos años, dejando ejemplares que quedarán en el corazón de todos, con juegazos como Hades, Binding of Isaac, Spelunking, Dead Cells y el divertidísimo Cult of the Lamb. El problema es que, al ser un género tan específico en sus condiciones, es menester innovar y atrapar con mecánicas que lo hagan resaltar entre todos los peces que nadan en este vasto océano.

Lamentablemente, The Foglands no ha sabido encontrar su lugar entre estos grandes del estilo, presentando un título cuyas mecánicas no innovan ni van más allá de lo básico, sus escenarios se pierden en un mar de mediocridad y sus personajes, a pesar de lo divertido y único de sus diseños, se pierden en la insipidez de la historia y sus misiones.

The Foglands se centra en Jim, un runner que vive bajo tierra como la mayoría de la civilización, debido a lo inhabitable de la superficie. Estos runners tienen como misión adentrarse aún más en las profundidades de la tierra, para descubrir recursos y ayudar a los pocos supervivientes a reconstruir una sociedad.


Jim, en una de sus exploraciones, muere y es traído de vuelta por un extraño sujeto que le ofrece inmortalidad a cambio de ciertos favores que le irá pidiendo a medida que avancemos en la historia.
Sin mucho más que ofrecer, la historia arranca presentándonos pocos personajes que intentan con todo su corazón ser interesantes y tener algo para decir, pero la historia, el gameplay y, sobre todo, Jim son tan vacíos y carentes de contenido que no logran más que perderse en el olvido una vez que salimos del juego.

Como todo buen roguelike, contaremos con upgrades temporales que surtirán efecto durante cada partida, pero se resetearán luego de morir o terminar la partida. Estos pueden subir nuestra vida, velocidad de movimiento, cantidad de balas que podemos disparar antes de recargar, daño que hacemos ya sea melee, explosivo o con proyectiles/armas, resistencia a los diferentes tipos de daño y varias ventajas más. Además, contaremos con upgrades permanentes que desbloquearemos encontrando unas llaves específicas que podremos usar en nuestro hub y comprando puntos de vida, daño melee, daño de armas, etc., con ítems específicos que ganaremos al derrotar jefes.


Esto, de igual manera, no cambia mucho el gameplay, ya que los enemigos son escasos en variedad y aún más escasos en ideas. Podemos completar más de un run estero sin morir, solamente acercándonos al enemigo, golpeándolos con nuestro puño, y retrocediendo por si fallamos para evitar un golpe. 

El “por si fallamos” viene a que el hit detection de The Foglands es paupérrimo, moverse y atacar (ya sea a distancia o cuerpo a cuerpo) es menos preciso que adivinar la temperatura sacando la mano por la ventana. A veces, si no estamos pegados y mirando directamente al objetivo, nuestros golpes fallarán en el 90% de los casos, y si intentamos combate a distancia, es aún peor. Esto se debe a que si nos movemos mientras disparamos, es casi imposible apuntar, ya que la mira y su control son extremadamente imprecisos, y si decidimos frenarnos para disparar, los enemigos nos terminarán matando porque somos un blanco fácil.

Ya sea melee o a distancia, contaremos con una gran variedad de alternativas, ya que podemos arrojar y golpear melee a nuestro enemigo cualquier cosa que tengamos a mano, incluso con las armas de fuego. Esto nos da un amplio arsenal de armas y nos permite tener siempre una opción a la hora de defendernos, algo que es bueno, ya que las municiones son realmente escasas en The Foglands.


En general, todos nuestros enemigos mueren con uno o dos golpes de melee, y usualmente con la misma cantidad de disparos, por lo que las armas de fuego suelen ser útiles solo para mantener distancia y asegurarnos que no nos sobrecoja una oleada de enemigos, pero ahí se acaba su utilidad. La mayoría de los runs nos encontraremos no disparando un solo tiro hasta llegar al jefe, dejando a las armas de fuego prácticamente obsoletas.

Cada vez que morimos, el extraño que nos resucitó se burlará de alguna forma sobradora de nosotros y nos dejará en nuestro hub, donde deberemos abastecernos de armas y municiones, ya que al morir perderemos todo. Algo bueno que sí tiene The Foglands, es que ayuda a que no todo nuestro progreso se pierda, permitiéndonos depositar dinero en ciertos puntos específicos de cada mapa, usualmente frente o al lado de la tienda.


Hablando de la tienda, esta nos ofrecerá tres ítems por vez que son aleatorios. Esto hace que quizás nos estemos acercando a un jefe y necesitemos munición o un arma mejor, y la tienda nos ofrezca pura basura. De igual manera, cuando nos ofrece cosas buenas están carísimas y usualmente, o no tenemos esa cantidad de dinero, o equívocamente, la depositamos uno o dos cuartos atrás y ya no podemos hacer nada al respecto.

De igual modo, de vez en cuando nos encontraremos otros runners dispuestos a vendernos sus tesoros, pero también su stock es aleatorio y también usualmente llegamos pobres o habiendo depositado recién nuestras ganancias.

A pesar de esto, rara vez se dificulta una partida y podremos recorrer cada sector sin morir ni tener miedo a ello, cosa que nos permite explorar nuestras posibilidades y realmente divertirnos con The Foglands. Lamentablemente, esto sucede solo después de aceptar TODAS las limitaciones que este título tiene y descubrir lo poco que nos importa lo que suceda, por lo que terminamos abrazando las mecánicas simples y repetitivas y las explotamos al máximo, arrojándole sillas, mesas, botellas, armas, palos y un sinfín de objetos al enemigo, y divirtiéndonos por la física de robote, viendo como los enemigos se chocan entre ellos y nuestro proyectil rebota con la física digna de un personaje de anime, que lleva una espada 6 veces su tamaño y peso, y la blande como si fuese un control remoto. 


The Foglands nos termina dejando un sabor raro en la boca, como cuando comemos helado y tomamos gaseosa. Ambos sabores están bien, y por separado nos gustan un montón, pero juntos no saben a nada y arruinan el sabor del otro. La diversión que nos ofrece es más “a pesar de…” que “gracias a”. Sus personajes se esfuerzan por resaltar, pero no logran sobrevivir lo monótono que es la historia y el gameplay peca de brindarnos solo lo que ya existe, y no se juega en lo más mínimo. Si no hay nada más para jugar, mal no la vamos a pasar, pero habiendo tantas alternativas mejores y más baratas, no hay muchas razones para dedicarle nuestro tiempo.

Lo bueno:
- Las mejoras técnicas
- El DualSense le agrega una capa de inmersión sin igual
- No Return es muy divertido y desafiante
- La versión definitva de un juegazo

Lo malo:
- No Return podría tener carreras más largas con más niveles para experimentar más, como en cualquier roguelike
- Los modos making of están disponibles una vez que terminas la campaña

Nota Final:


4.0

Muy malo

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ESCRITO POR Rodrigo Scarlata

Amante del terror en todos sus medios y aspirante a artista marcial. Ama a Hokuto no Ken casi tanto como a sus gatos.

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