Análisis: Little Goody Two Shoes, terror, romance y fantasía muy oscura a lo RPG Maker

Adéntrate en el bosque mientras juegas a Little Goody Two Shoes, una fantasmagórica aventura narrativa de terror en la que todas tus decisiones importan.
Calificación:
Desarrollador: Astral Shift
Distribuidora: Square Enix
Lanzamiento: 31 de octubre de 2023
Plataforma: PC, PS5, Xbox Series X/S, Switch


Análisis basado en la versión de Steam facilitada por Square Enix


Sobre Little Goody Two Shoes hablamos hace unos meses cuando lo pudimos jugar en Gamescom y quedamos maravillados. Lo nuevo de Astral Shift, publicado por Square Enix Collective, es una aventura narrativa de terror, también muy adorable y encantadora, que replica el estilo visual de las obras de RPG Maker, aunque no esté desarrollada con ese motor. Es fácil identificar las obras que inspiraron a Astral Shift, pero aun así, la combinación es tan peculiar que da vida a un juego único.

Little Goody Two Shoes nos pone en la piel de Elise, una chica ambiciosa y orgullosa que vive en el pequeño pueblo de Kieferberg. La pobre lleva una vida humilde y se gana el pan a diario, realizando pequeñas tareas para sus vecinos, a cambio de una paga que apenas le alcanza para comer. Pero Elise es vanidosa y tiene una personalidad propia de su mayor deseo: vivir una vida fácil, rodeada de lujos y riqueza, como una princesa. 


Tal deseo sería casi irreal para alguien que nace en la pobreza, pero, llega un día que Elise se topa con un par de zapatos rojos y, con ellos, llega la promesa de que todos sus sueños pueden hacerse realidad. El problema es que, para escapar del aburrido pueblo de Kieferberg, tendrá que superar los horrores del bosque y cumplir un ritual. ¿Llegará a cometer tales atrocidades con tal de mejorar su vida?

El planteo suena egoísta, pero la historia de Elise tiene todo lo que tienen los cuentos tradicionales maravillosos. El tono es adorable, mágico, propio de princesas y castillos, pero también viene a darnos una lección y a hacernos empatizar con los más débiles. Como pasa en las versiones originales de Cenicienta y Blancanieve, en Little Goody Two Shoes nada es color de rosa y nuestras acciones y decisiones pueden tener consecuencias oscurísimas y muy trágicas.

Como videojuego, Little Goody Two Shoes es una aventura narrativa que llega dividida en días y en cada uno de estos días, hay sucesos que hacen avanzar la trama y, por ende, el reloj. Cada día se divide en momentos como la mañana, la tarde y la noche, y algunos otros en el medio, y completar tareas como trabajar, cenar con algún personaje, irnos a alguna cita (porque claro, hay romance), hace avanzar el horario. Cada vez que esto sucede, el medidor de hambre de Elise se reduce en uno, porque la escasez y la pobreza no solo están en la historia.


Esto hace que Little Goody Two Shoes sea, esencialmente, un juego de gestión del tiempo y los recursos. Tenemos indicadores de vida y de hambre que debemos vigilar, y muchas actividades para hacer a diario. Al comienzo, parece una aventura lineal en un mapa chiquito, pero que las apariencias no nos engañen porque el pueblo de Kieferberg tiene más secretos, rincones ocultos y cosas para hacer y ver de las que vas a poder manejar.

El juego nos avisa en la lista de tareas cuáles son los sucesos claves que hacen avanzar a la trama y al reloj, de modo que tiene sentido aprovechar para hacer tareas secundarias y explorarlo todo antes. Hay seis cambios de horario en el día y, con cada uno, Elise pierde un pancito en el medidor de hambre. ¿Qué quiere decir esto? Que vamos a tener que buscar formas de comer a diario, ya sea buscando objetos, interactuando con personajes o, la más segura, comprando pan o pretzels que reponen el estómago en la tienda de la panadera. Aunque claro, para comprar necesitamos dinero y el dinero se gana haciendo tareas que avanzan el horario. Conforme avancemos en la trama, la historia se va ramificando y ahí es cuando se vuelve complicado gestionar el cronograma de Elise. Little Goody Two Shoes nos obliga a tomar decisiones difíciles en diálogos, como muchos otros juegos, pero también lo hacemos indirectamente cuando elegimos nuestra rutina diaria. 


Y es que por algo el juego nos recomienda guardar la partida con frecuencia y nos ofrece varias ranuras para hacerlo: Little Goody Two Shoes tiene 10 finales diferentes. Que Elise cumpla su deseo de riqueza o no depende de nosotros, así como el destino de varios personajes y de la aldea.

Hay otras mecánicas que impactan directo en la historia. Por un lado, tenemos el medidor de sospecha. Muchos lugareños no tratan bien a Elise, no solo porque se aprovechan de su pobreza, sino porque en el bosque que rodea a Kieferberg aceca una bruja malvada, según las leyendas. Durante el día, vamos a tener varias interacciones que afectan directamente a la sospecha que tienen los pueblerinos de nosotros y, muchas veces, nos va a resultar difícil encarar la situación porque puede que, para mantener a alguien callado, tengamos que gastar recursos que, insisto, son limitados.

La posibilidad de romancear a otras chicas también suma tensión a la fórmula, además de ternura, claro. Little Goody Two Shoes tiene una faceta de juego de citas yuri, pero no imaginen nada picante, sino más bien un tono inocentón y adorable, como en los mangas de CLAMP de los 90. Lo cierto es que elegir qué muchacha del pueblo nos gusta más tendrá sus beneficios y sus contras, y será imposible romancear a todas en la misma partida.



Y todavía no mencioné nada del terror en Little Goody Two Shoes porque es algo que se cuece a fuego lento e impacta cuando menos lo esperamos. Durante la noche, precisamente en la hora de las brujas, Elise vive una pesadilla y vamos a tener que sobrevivir. La faceta survival horror sucede por las noches y vamos a resolver puzzles, evitar enemigos y trampas y experimentar todo tipo de eventos traumáticos que afectarán la cordura de la protagonista. Cuidar nuestra salud es lo más obvio, pero la sanidad mental y el hambre también son factores a medir todo el tiempo, además de los fósforos que encienden la linterna, que son limitados. No es opción quedarnos a oscuras, así que habrá que usarlos bien.

Y aunque Elise pueda estar a salvo durante el día, en el pueblo y en el bosque, las cosas se van poniendo más tensas y turbias conforme avanza la historia. Cada vez hay más factores a tener en cuenta y, lejos de ser apabullante y frustrante, Little Goody Two Shoes siempre maneja un buen ritmo para que sintamos desesperación e intriga en partes iguales y nunca queramos soltar la experiencia. Es un juego difícil, pero justo, y me encontré recargando la partida en más de una ocasión para repensar la estrategia.

A nivel audiovisual es un encanto, tanto en lo adorable como en las imágenes espeluznantes que graba en nuestras retinas en los momentos más aterradores. Y la banda sonora suma muchísimo para crear una atmósfera palpable, que aterra, saca sonrisas y resulta nostálgica también, porque hay mucho de anime retro en el juego. Combina visuales pixeladas estilo chibi con animaciones japonesas de los 90 y va mechando estilos visuales de todo tipo, como títeres reales, animación tradicional o stop motion. El compendio de estilos le da una impronta gráfica única y lo convierte en un juego tan hermoso como aterrador.

Hay muy poco que reprocharle a Little Goody Two Shoes. La realidad es que resulta un título muy único en cuanto a combinación de géneros, con gestión del tiempo, simulación de vida y survival horror, pero algunos elementos no terminan de cuajar, como los minijuegos que nos tocan si elegimos trabajar para ganarnos unas monedas. En general, estos minijuegos son adorables al principio, pero terminan siendo un tedio después de la mitad del juego. Por otro lado, al no haber combate, las mecánicas de evasión de monstruos deberían estar más pulidas, ya que vamos a comernos algún que otro ataque de forma injusta por controles toscos o escenarios enrevesados, pero no es nada que opaque al resto de los apartados. La narrativa, los puzzles y lo importante que son nuestras decisiones en la trama hacen de Little Goody Two Shoes un juego imperdible.


Las brujas que no pudieron quemar son aquellas que disimularon y evitaron la hoguera. Little Goody Two Shoes va por el mismo camino: las apariencias engañan y en el juego de Astral Shift nada es lo que parece. Es una aventura narrativa no convencional que combina géneros de forma inesperada y los dota de terror, que es el hilo conductor que permea la experiencia. El miedo crece de fondo, tal como la leyenda de la bruja y los sueños de Elise, y el horror se cuela en lo mundano. Al final, con cada pequeña acción, cada situación cotidiana y cada diálogo, estamos tomando decisiones sin notarlo. El punto más fuerte del título es cómo no deja de tomarnos por sorpresa.

Lo bueno:
- El apartado visual combina muchas técnicas distintas y tiene una personalidad que enamora
- La narrativa no lineal y lo mucho que importan nuestras decisiones, que las tomamos sin darnos cuenta
- La combinación de géneros
- Ofrece mucha rejugabilidad con los 10 finales
- Buenas mecánicas de supervivencia y dificultad elevada pero justa

Lo malo:
- Es un poco tosco a la hora de escapar de enemigos
- Los minijuegos no dicen mucho


Nota Final:


9.0

Excelente

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ESCRITO POR Florencia Orsetti

Editor in Chief y fundadora de SHD. Aficionada por el horror tanto en videojuegos como en cine y literatura, tiene varios años de experiencia en redacción periodística. Seguidora y promotora de videojuegos independientes.

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