Análisis: Flashback 2, la pésima secuela de un clásico de culto

Flashback 2: Sumérgete en un universo ciberpunk repleto de acción en el que el destino de la humanidad pende de un hilo. Los morphs están preparando su ataque final, decididos a esclavizar a todas las civilizaciones del Sistema Solar, ¡y tu misión es contraatacar!
Calificación:


Desarrollador: Microids Studio Paris, Paul Cuisset
Distribuidora: Microids
Lanzamiento: 16 de noviembre de 2023
Plataforma: PC, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S


Análisis basado en la versión de PC facilitada por Microids


Estar en contacto con desarrolladores de videojuegos es fundamental para entender que ninguno de ellos tiene la intención de hacer las cosas mal. Puede que un título presente una jugabilidad poco pulida, mecánicas inútiles, una historia pobre, o incluso muchísimas asperezas que se manifiestan en forma de ‘bugs’. Aún así, detrás de lo que podríamos considerar como un producto por debajo de lo esperado, hay un equipo de trabajadores que hizo su mejor esfuerzo. Quizá contaron con poco tiempo o tal vez un presupuesto limitado pero, de seguro, dieron lo mejor de sí. Es por ello que hacer críticas negativas -en lo personal- me duele. Pero cuando corresponde, a las cosas hay que llamarlas por su nombre y Flashback 2 es un videojuego decepcionante.


Flashback hizo su debut en 1992, cuando apenas tenía 10 años. Era un juego fantástico en aquél entonces, y lo sigue siendo hoy día. Es un título que marcó una época y que, junto a Prince of Persia, fue uno de los máximos responsables de enarbolar el estandarte del subgénero del ‘plataformero cinemático’. Además, fueron sus características, como la historia y el uso de la rotoscopia para dar vida a Conrad, el protagonista de la aventura, las que le granjearon una aceptación unánime por parte de la crítica. Y más importante aún, lo convirtieron en uno de los desarrollos más importantes de la industria del videojuego francesa.

Flashback 2 comienza inmediatamente después de los eventos de los que fuimos testigos en la primera parte. Si no hago mención de ellos, es porque no quiero spoilear el final de un videojuego que sí vale la pena jugar. Una vez más nos pondremos en los zapatos de Conrad B. Hart, un agente que trabaja para la Oficina de Investigaciones Galácticas. Nuestro objetivo será frustrar un nuevo intento de invasión por parte de los alienígenas conocidos como Morphs, aunque la trama no hace nada nuevo o interesante con dicho concepto. De hecho, sigue prácticamente el mismo ritmo de su predecesor e incluso nos lleva de regreso a varios lugares familiares, aunque renovados con una capa de chapa y pintura.


El problema con Flashback 2 no es que se sienta como una secuela forzada, metida con calzador entre el primer juego y Fade to Black. Tampoco los evidentes cambios en la personalidad de su protagonista. Ni siquiera su historia, cuyo interés se diluye durante las primeras dos horas de juego. De hecho, estos resultan ser inconvenientes menores si lo comparamos con el hecho de que, a poco más de 30 años, Microids y Paul Cuisset, chocaron el Bugatti tirando por tierra todo el legado construido. El resultado es el de un juego que empieza mal y, poco a poco, se vuelve peor gracias a un cambio radical en la jugabilidad y a la adición de mecánicas innecesarias.

Pero ¿Algo bueno debe de haber en el fondo, verdad? Lo hay, y al igual que sus puntos negativos, merecen ser destacados. Lo mejor del título, para bien o para mal, es su apartado visual. Siendo un juego que gráficamente no es demandante, la tasa de fotogramas se mantiene relativamente estable, aunque no está exenta de caídas en ciertos tramos. Por su parte, los entornos son variados, la estética cyberpunk cuyo estilo remite Blade Runner es excelente, con ciudades llenas de luces de neón y la sordidez propia del género. La jungla está de regreso en un claro guiño al juego de 1992 y se ve realmente espectacular. El apartado se complementa con escenas tipo cómic cuya estética es agradable. Y, sinceramente, eso es todo.


Por algún motivo que desconozco y que definitivamente no consigo entender, hay un gran número de criterios de diseño que hacen de Flashback 2 una experiencia olvidable. O mejor dicho, una que me gustaría olvidar. Para empezar, el plataformeo -la base del título original- se deja completamente de lado. Literalmente, no existe. De hecho, aquí hay una suerte de ‘cambio’ en la perspectiva, siendo reemplazada por una suerte de 2.5D. Esto dota a los escenarios de cierta profundidad, la cual pretende aprovecharse para los combates, cuya ejecución es similar a la de un twin-stick shooter, pero mal hecho.

Durante los tiroteos, estamos obligados a lidiar con tres factores realmente molestos. En primer lugar, los enemigos aparecen en cantidades absurdas, desde diferentes ángulos y son esponjas de balas. En segundo, el sistema de apuntado hace que sean increíblemente difíciles de atacar, especialmente a los que están en el aire. Y finalmente, no existe la IA puesto que, en cuanto un enemigo entra en escena, correrá hacia Conrad cual pollo sin cabeza. En contadas (contadísimas ocasiones) tomarán cobertura detrás de alguna caja o barril, pero por norma general, su comportamiento es francamente estúpido.


Este sinsentido hace que los combates sean odiosos, pero conforme el juego avanza, se vuelven extremadamente frecuentes. Por ende, el juego se vuelve complicado y frustrante, pero no por las elaboradas tácticas que plantea la IA, sino por la cantidad de enemigos con los que debemos lidiar. En dicho punto, todas las muertes que hasta entonces no había experimentado, se manifestaron aparejadas de un irrefrenable deseo de que el juego termine. Afortunadamente, al morir se puede continuar el combate en el punto donde lo dejamos, con la barra de salud completa. De ese modo, y a pura fuerza bruta, es que se consigue avanzar.

De por sí solo, los tiroteos son aburridos y mecánicamente defectuosos. Ni hablar de los tres combates contra jefes, completamente olvidables. Pero nada ni nadie me preparó para el insultante nivel final. No exagero cuando digo que es un bochorno lo que hicieron. Por algún motivo, hubo alguien que pensó que un cambio radical en la perspectiva y -por ende- en la jugabilidad sería un giro de tuerca asombroso. Pero no: muy lejos está de ello. A pesar de todo, aplaudo la valentía de Microids por meter dicha secuencia poniendo la frutilla agria a un postre mediocre, para convertirlo en uno ‘espectacularmente mediocre’.


A todo esto se suma un variado elenco de bugs, que podría categorizar entre ‘comunes’, ‘poco frecuentes’ y ‘graves’. Los primeros son los típicos que se pueden encontrar en casi cualquier juego (incluso en títulos AAA), como por ejemplo, caerse del escenario o quedarse trabados con parte de este. Pero la cosa comienza a ponerse un poco más fea con los pertenecientes al segundo grupo. Aquí nos encontramos con problemas como que en los menús solo podemos navegar con los analógicos más no con las flechas direccionales del joystick, o que -extrañamente- el botón de pausa y el que abre el menú están invertidos. Hasta ahí, podríamos hablar de que quizá no hubo tiempo para un control de calidad y que son cuestiones que se arreglan con un parche.

Sin embargo, en el campo de los bugs graves, todo cobra un matiz diferente. En un momento determinado de la partida, se supone que debemos llevar a cabo una acción en concreto. El tema es que el juego nos dice que para realizarla se ha de presionar determinado botón pero, oh sorpresa, no pasa nada. No miento si digo que pasé por lo menos 20 minutos intentando descifrar lo que se suponía que debiera hacer. Revisé los controles y el inventario. Intenté llevar a cabo algunas acciones diferentes, pero nada. Pasado ese tiempo, terminé por recurrir al foro de Steam solo para descubrir que las instrucciones que se mostraban en pantalla eran erróneas. Y sí, podría quedar en la historia como una anécdota divertida, pero a esa altura mi paciencia no estaba para ello.


Finalmente, el problema que me costó al menos una hora de progreso (que cuando hablamos de un juego de 6 a 8 horas es bastante) se presentó cuando a Conrad se le une un personaje secundario. Además de que se movía con la agilidad de una tortuga, este NPC era bastante proclive a quedarse estancado en el escenario, al punto que terminó por romperse y desistió de seguir caminando. Esto, obviamente, me obligó a cargar la partida y volver prácticamente al inicio del nivel, rezando por que el mismo inconveniente no volviera a suceder. La verdad sea dicha, teniendo en cuenta lo rudimentaria que es la IA, es una mecánica que no debió haberse integrado. Lo único bueno es que este personaje no puede morir.

Podría mencionar y citar varios ejemplos más acerca de todas las falencias que ostenta Flashback 2. Quizá no parezcan tan graves, pero cuando comienzan a apilarse problemas sobre problemas, y todo parece conspirar en pos de ofrecer una experiencia frustrante, todo cobra un tenor diferente. Estos inconvenientes, también impactan en cualquier aspecto medianamente decente, como por ejemplo la trama. ¿Qué atención se le puede prestar a lo que sucede cuando todo parece estar roto y el único deseo es que el juego se termine lo más pronto posible? No es divertido. Es desconcertante, como un payaso que detrás de su máscara de felicidad, oculta una tristeza profunda. 


Para terminar, y tal como mencioné al inicio del análisis, no me hace feliz hablar así de un juego. Y mucho menos de uno como Flashback 2. Me encantaría decir que fue el hype que puso las expectativas por las nubes, pero es un videojuego que apenas tuvo marketing. La realidad es que se trata de un intento fallido de revivir una gloria del pasado; de una secuela que no hacía falta. Lo mejor que me podría pasar ahora mismo es tener a mano el neuralizador de Hombres de Negro y olvidarme completamente de que este título alguna vez existió. No tanto por lo malo, sino por el adjetivo que mejor lo describe: decepcionante.

Lo bueno:
- El apartado gráfico.
- Se deja jugar.

Lo malo:
- El combate es repetitivo y odioso.
- La inteligencia artificial de los enemigos y acompañantes.
- El variado y pintoresco repertorio de bugs.
- La secuencia final.
- Tira por tierra su legado.

Nota Final:


3.5

Muy malo
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ESCRITO POR Viejo Frank

Amante de los juegos, las series, películas y cómics... ¡Y del maldito rock n roll! Si no está jugando, está tocando su bateria.

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