Little Nightmares 2 es la secuela de Little Nightmares, el juego de acción con elementos de sigilo, exploración y terror, protagonizado Six. Ahora el protagonismo recaé en un nuevo personaje, Mono, que debe hacer frente a toda clase de peligros en un oscuro y terrorífico mundo de pesadilla.
Análisis basado en una copia digital para Steam facilitada por Bandai Namco
Cuatro años. Parece mentira pero sí, han pasado casi 4 años desde que Tarsier Studios lanzara al mercado Little Nightmares, un videojuego encantadoramente espeluznante que nos ponía en los pies de Six, la pequeña protagonista de una aventura llena de personajes grotescos y aterradores que parecían arrancados de un mal sueño de Alfred Kubin. Aún recuerdo esa sensación de incomodidad, opresión y fragilidad que el título me transmitió cuando lo jugué por primera vez: “Pesadillas pequeñas… si claro, como no”, fue lo que pensé mientras lleno de temor exploraba los oscuros pasillos de The Maw, a la vez que evitaba ser atrapado por los Cocineros Gemelos o el Monstruo de los Zapatos.
A pesar de que encontré que el nombre del juego era un cruel y vil engaño porque, como digo, de pequeñas esas pesadillas no tenían nada, lo disfruté muchísimo. Ese gameplay que mezclaba el plataformeo, la resolución de puzzles y el terror de un modo similar a producciones como Limbo o Inside, automáticamente lo posicionaron como uno de mis favoritos en ese sub-género que, sinceramente, no sabría cómo denominar. Con Little Nightmares, Tarsier Studios se aprovechaba de algún modo de algunos temores de mi infancia para desestabilizar mi mente adulta al punto de hacerme preguntar “¿Por qué estoy jugando a esto?”. La respuesta era fácil: Porque a pesar del miedo, me gustaba.
Cuando en la Gamescom 2019 se anunció Little Nightmares 2 me emocioné muchísimo y seguí el desarrollo bastante de cerca, esperando con ansias que se anunciara su fecha de lanzamiento. Afortunadamente no tuve que esperar demasiado debido a que, para mi sorpresa, el 10 de febrero de 2021 se ponía a la venta. Con mucho entusiasmo comencé a instalar el juego mientras pensaba en Ori and the Will of The Wisps. Si, sé que suena raro esto pero hay un sentido y una razón de ser para este pensamiento.
Cuando se anunció la secuela de Ori and the Blind Forest una de las inquietudes que se apoderó de mi mente fue si Moon Studios podría hacer de algo bonito, algo mucho más bonito. Y vaya si lo lograron. Ori and the Will of the Wisps fue realmente hermoso e incluso incorporaba a su jugabilidad varias mecánicas pertenecientes a un gran exponente del género metroidvania como lo es Hollow Knight. Con Little Nightmares 2, pensaba lo mismo pero del otro lado. Es decir, “¿Podrá la gente de Tarsier hacer que esta segunda parte sea más opresiva y aterradora?”. Desde ya les digo que sí. Si pudieron.
De hecho, he llegado a la conclusión de que Little Nightmares 2 es la antítesis perfecta de Ori and the Will of the Wisps: Es un juego bastante continuista en su planteo, pero que también incorpora mecánicas de juegos como ICO o Brothers: A Tale of Two Sons, con las que se pretende dar un aire de renovación a la propuesta. La diferencia es que aquí hay un nuevo protagonista y, por supuesto, nuevos horrores. Es literalmente la otra cara de la moneda, una que nos muestra el terror, la tristeza de un mundo gris y la opresión.
Little Nightmares 2 nos pone en los pies de Mono, un niño pequeño que lleva una bolsa de papel en su cabeza, quien despierta en un bosque a las afueras de una gran ciudad. Las circunstancias en que lo hace son bastante extrañas puesto que pareciera que Mono despierta de un sueño o, mejor dicho, de una pesadilla en la que ve una especie de pasillo que se transmite por un televisor gracias a la señal de una misteriosa antena. Eso no suena a una gran historia, pero cierto es que Little Nightmares no se caracteriza por tener una narrativa sencilla.
Al igual que en su predecesor, aquí no hay diálogos y una vez más se hace uso del recurso de la narrativa ambiental. Afortunadamente, Little Nightmares 2 tiene entornos que dicen mucho, que insinúan que algo pasó o que algo puede llegar a pasar y, parte de la experiencia de juego también consiste en prestar atención para hacer encajar las piezas del puzzle que dan sentido a la historia. Bueno, en mi caso más bien a teorías de que es lo que creo que pudo haber pasado, porque al final tampoco es que me haya quedado nada demasiado claro.
Los primeros compases de la aventura funcionan como un tutorial que me recordaron lo frágil e indefensos que somos en este mundo. Luego de familiarizarme nuevamente con los controles, el juego me invitó a seguir adelante, solo para encontrarme con una casa en ruinas donde –para sorpresa de nadie, porque esto se encargaron de anunciarlo y recontra anunciarlo- me encontré con Six, la niña del chubasquero amarillo que protagonizó el primer juego. Si les soy sincero, me hubiera gustado que esto lo mantuvieran como una sorpresa porque el golpe de efecto hubiera sido mucho mayor. En fin, estimo que serán decisiones de marketing que, obviamente, escapan a mi entendimiento.
A partir de ese momento, en el que encontramos a Six, ella y Mono se ayudarán el uno al otro en este viaje de pesadilla, mientras luchan por sobrevivir e intentan ponerse a salvo, evitando ser asesinados o devorados por los adultos sedientos de sangre que encontraremos por el camino. Justamente a esto me refería cuando mencioné que el juego hace uso de mecánicas que me remitieron a ICO. Mono, lo único que tiene es a Six y viceversa. Si bien me encantó la forma en que Six actúa de forma autónoma e interactúa con el entorno por su cuenta, mucho más me gustó como los dos protagonistas cooperan para resolver puzzles o como se apoyan mutuamente dándose la mano para avanzar juntos en aquellas situaciones de peligro.
Little Nightmares 2 se divide en cinco capítulos o zonas, estando cada una de ellas “vigilada” por un monstruoso y grotesco ser. La primera zona es una especie de mansión que inmediatamente me recordó a la Casa Baker de Resident Evil 7. Esta área, custodiada por un perverso cazador enmascarado, me obsequió algunas postales muy macabras, siendo la que más recuerdo aquella en que un grupo de humanos disecados están sentados alrededor de una mesa como si estuvieran teniendo una buena cena familiar. La verdad sea dicha, esta primera parte, a pesar de su maravillosa ambientación, no la sentí muy diferente de Little Nightmares. Sin embargo, eso estaba por cambiar.
Que conste en actas que soy muy miedoso y quien me conoce puede dar fe de ello. Dicho esto, sepan que si estoy escribiendo es debido a que no he muerto, pero creo que estuve cerca. El segundo y el tercer acto me pusieron los pelos de punta de tal modo que hubo momentos en que tuve que poner pausa al juego y darme un respiro de 10 o 15 minutos por temor a que me explotara el corazón. En primer lugar, el paso por la escuela ruinosa fue tremendo. El sitio está plagado por trampas mortales, niñas y niños muy agresivos, y una Maestra autoritaria cuyas “habilidades” me dejaron un poco perturbado. Lo dejo ahí. Luego de superar esta parte, con una arritmia leve, llegó el turno del hospital psiquiátrico y ahí me plantee seriamente si dejar el juego o seguir adelante.
El tema es que Little Nightmares 2 hizo un excelente trabajo sumergiéndome en su mundo. El juego tiene una ambientación brutal y sumado a que soy miedoso, me hizo estar con una incomodidad constante mientras me preguntaba qué había sucedido con la sociedad y cómo todas estas personas llegaron a convertirse en esas criaturas grotescas. O si habían sido así todo el tiempo. También me hizo pensar que, posiblemente, debajo de todo esto haya una crítica social bastante fuerte al sistema educativo, al trato que se le solía dar a los enfermos psiquiátricos y a como la TV ha contaminado la cabeza de la gente por años con contenido basura. No sé, solo son hipótesis post-juego de una persona que le gusta analizar las cosas un poquito más allá.
Dejando de lado todo esto, Little Nightmares 2 es un juego bastante convencional en su propuesta jugable. Mono puede correr, saltar, trepar, agarrar objetos, esconderse y tomarse de la mano con Six. De hecho, podemos hacer que vayan juntos de la mano en todo momento y la verdad es que me pareció un detalle bonito e importante. A su vez, Six juega un papel crucial puesto que, como mencionará más arriba, nos ayudará a sobrevivir, a resolver acertijos, darnos indicios de hacia donde tenemos que ir o que hay que hacer, e incluso “dándonos una mano” en algunos segmentos de plataformas. En cuanto a los rompecabezas, los encontré ingeniosos y bastante divertidos, ya que requieren de una manipulación inteligente del entorno.
Algo que si me llegó a molestar un poco son los controles. A ver, no funcionan mal pero adolecen de los mismos problemas que la primera parte. Hubo ocasiones en que agarrar un objeto fue más complicado de lo necesario y otras en que no respondían del todo bien, en especial durante las secuencias de persecución. Además, debido a la perspectiva 2.5D, hay momentos en que saltar desde una cuerda a una plataforma puede convertirse en todo un desafío por una cuestión de perspectiva, mientras que en algunas secuencias la cámara pierde la pista del protagonista, dando como resultado un plano bastante incómodo. No es algo que se diera con frecuencia, pero aun así consideré que debía mencionarlo porque me resultó molesto.
Sin embargo, lo que más llegó a desesperarme es que Little Nightmares 2 depende mucho del ensayo y el error. Hubo un par de momentos en concreto que llegué a sentir un pelín de frustración. El primero fue a raíz de que el juego no me explicó con claridad el funcionamiento de una mecánica y me tomó alrededor de 20 minutos descubrir cómo seguir adelante, eso sí, muriendo una y otra vez. El segundo se dio durante una persecución que también me tomó bastante tiempo, debido a que me vi obligado a hacer todo a la perfección para poder superarla: Cada salto y barrida está calculado al milímetro, por lo que un pequeño fallo es lo mismo que morir. De hecho, creo que desde Tarsier lo hicieron a propósito como para que me sintiera peor enseñándome una y otra vez todas esas animaciones de muertes violentas que puede llegar a sufrir Mono. Afortunadamente, el juego es bastante indulgente y siempre hace que aparezcamos justo al lado del lugar donde morimos.
Lo que acabo de mencionar, son detalles que se vienen arrastrando de la primera parte. No obstante, donde Little Nightmares 2 se desmarca totalmente de su predecesor es en lo visual y lo sonoro. De verdad, no sé cómo se las arreglaron para hacer que todo se vea más aterrador. O mejor dicho, bonito, pero aterrador. Además, hay un manejo de la luz muy inteligente, en especial en el nivel del hospital que fue donde peor lo pasé.
Por su parte, el diseño de sonido es increíble. El ambiente que los efectos sonoros generan no hizo más que aumentar mi tensión durante las 6 horas y media que me tomó terminar el juego. Caminar por la escuela, el hospital o los edificios abandonados de una ciudad den ruinas y sentir el crujir de la madera, el viento y la lluvia del exterior, junto con los gemidos guturales ahogados de los torturados habitantes de este terrorífico universo no hizo más que hacerme sentir un sudor frio corriendo por la espalda. De hecho, muchas veces me puse demasiado tenso cuando por accidente rompía algún frasco de vidrio porque me preocupaba que alguien lo hubiera escuchado y viniera en mi búsqueda, haciendo que instintivamente buscara un recoveco donde esconderme. Y si se preguntan por la música, la verdad es que no hay mucha, pero la que hay es excelente y hace lo necesario para crear un ambiente único.
Little Nightmares 2 no es un videojuego que llega para revolucionar el mundo de las plataformas, pero tampoco es lo que pretende. El desarrollo de Tarsier es como un tren fantasma cuyo destino es un viaje a un mundo miserable, opresivo, triste y aterrador, habitado por las peores y más grotescas personas que puedas imaginar. Tal es así que Little Nightmares 2 tiene todo para ser uno de mis videojuegos de terror favoritos debido a que el agobio que me hizo sentir fue a raíz de invocar el miedo a través de las insinuaciones, de su narrativa ambiental, de una maravillosa dirección de arte y un diseño de sonido que me hizo provocar pavor a cada paso que daba. Y si bien es una aventura corta, entre la calidad y la cantidad, la elección se me hace bastante obvia.
Lo bueno:
- Tarsier hizo que un juego aterrador pueda serlo aún más.
- Su narrativa ambiental, la construcción de sus ambientes y como estos insinúan los peligros.
- Las criaturas que nos persiguen en el juego son increíblemente grotescas y aterradoras.
- El diseño de sonido es maravilloso.
Lo malo:
- Ciertos problemas con el control.
- Las secuencias de puzzles o plataformeo que dependen mucho del ensayo y error.
- Que quizá falten 4 años o más para Little Nightmares 3.
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